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Historia de un bar en Mónsul

El pasado 14 de diciembre de 2015, en fechas pre-navideñas para pillar al personal distraído, el Boletín Oficial del Estado publicaba una resolución de la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en Almería, por la que se anunciaba la licitación de la concesión administrativa de uso y explotación del "Centro de Servicios Litorales de Mónsul". En el anuncio no se daba ningún detalle sobre lo que consistía ese centro de servicios, remitiéndose al pliego de condiciones para obtener la descripción detallada de la concesión administrativa.

Una vez leído el pliego de condiciones técnicas, nos damos cuenta de que se trataba de un punto de información e interpretación del Parque Natural, una tienda, y lo más llamativo de todo, un bar restaurante con terraza. No sería llamativo, si su emplazamiento no estuviera en un espacio natural protegido, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO (entre otras protecciones), frente a una de las playas vírgenes más emblemáticas y visitadas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, que ha sido imagen de la provincia a nivel nacional e internacional.
El citado pliego de condiciones técnicas recogía que en la tienda podrían venderse artículos de suvenir, droguería y de actividades de ocio y tiempo libre, publicaciones relacionadas con el espacio natural protegido, productos locales de la zona (artesanales o emblemáticos, elaborados en el Parque Natural o en su área de influencia), productos promocionales con serigrafía del espacio natural protegido y otros acordes con las necesidades y expectativas de los visitantes y una línea infantil de artículos en la que se incluyen juguetes y complementos relacionados con la educación ambiental y la naturaleza en general.


Foto: Edificio para el C. S. L. de Mónsul © JG

En cuanto al bar restaurante, el pliego establecía que podrían venderse bebidas, así como la elaboración y venta de comidas frías y calientes, prestando especial atención a los productos y recetas de la zona donde se ubica el equipamiento. El servicio se prestaría tanto en la zona interior, barra y/o mesas, así como en la zona exterior (terraza en zona de porche-pérgola). Se trataba por tanto, de un bar restaurante en toda regla, en el que solo se establecía la prohibición de instalar máquinas recreativas de juegos de azar.

Junto con estos dos establecimientos lucrativos, el concesionario debería mantener en servicio un punto de información e interpretación del Parque Natural que tendría que permanecer abierto al menos un 75% del horario de apertura del bar restaurante. Es decir, dicho bar restaurante podría estar abierto y el punto de información e interpretación cerrado. Con este detalle, se dejaba ver claramente lo que se establecía como prioritario en esta concesión administrativa: el bar-restaurante.

Los servicios se prestarían en un edificio de planta baja situado junto a los aparcamientos de la playa de Mónsul, que cuenta con una superficie aproximada de 313 metros cuadrados. El inmueble se distribuye en varias dependencias, siendo una unidad de información con una unidad de interpretación contigua, un área de restauración, aseos y un almacén.

Esta Asociación no entiende de qué modo puede contribuir la apertura de un bar restaurante a la conservación del Parque Natura Cabo de Gata-Níjar. Creemos que más bien contribuiría a todo lo contrario, esto es, a su degradación. Según datos de la propia Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en los tres últimos años la presión humana sobre las calas y playas no urbanas del Parque Natural ha aumentado en casi un 20%, ya sea con acceso en vehículo privado o a través del servicio de autobús. En concreto, la playa de Mónsul es la que mayor presión de visitantes soporta. En este sentido, no parece muy oportuna la medida de abrir un bar restaurante en dicha playa para reducir la presión que soporta, mas bien, tendría el efecto contrario y supondría prolongar la estancia de los visitantes en el entorno e incrementar la frecuencia de las visitas.

Argumentaba la administración medioambiental que el servicio de restauración asociado era para permitir cierta rentabilidad y reclamo de visita a las instalaciones. Sobre la rentabilidad, hay que decir que la mayoría de servicios públicos no son rentables en términos económicos y que se pagan con los impuestos de los contribuyentes. Hay que tener en cuenta el entorno en que se ubica este inmueble para establecer la conveniencia o no de abrir un establecimiento de este tipo para hacerlo "rentable". En cuanto al reclamo de visita al centro de información e interpretación cabe decir que el centro de visitantes de Las Amoladeras no tiene ningún bar restaurante asociado y lo visita quien está interesado. Además, si se permitía que el bar restaurante estuviera abierto un 25% más de tiempo al día que el centro de interpretación, ¿de qué reclamo de visita estamos hablando? El visitante que esté interesado en la información ambiental del centro de interpretación no necesita un bar para acceder a dicha información. Por otra parte, ya existe una nutrida y variada oferta de establecimientos de hostelería en las playas urbanas del Parque Natural a la que pueden acceder los visitantes.

Fotos: Edificio para el C. S. L. de Mónsul © JG
 

Por otra parte, por si el camino de acceso a Mónsul no soporta ya suficiente presión de vehículos, ahora además habría que sumar la de los camiones cisterna para abastecer de agua a este centro de servicios, ya que no hay red pública de agua, los camiones cisterna que recogieran las aguas residuales que se generasen, ya que no existe red de alcantarillado, así como las furgonetas y otros vehículos de suministros de comidas y bebidas para el restaurante.

La idea del bar restaurante en Mónsul era un completo despropósito sin sentido y fue rechazada por colectivos ecologistas, partidos políticos y miles de ciudadanos que lo expresaron con su firma en una iniciativa en internet que a través de la plataforma change.org recogió en pocas semanas más de 30000 firmas. A fecha del cierre de la redacción de este artículo llevaba más de 48000 firmas. Ante el clamor popular en contra de abrir el bar en Mónsul, esta Asociación pidió a la Delegación de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio que reconsiderara la idea y rectificara la licitación para quitar el bar restaurante, pero dicha administración medioambiental manifestó su intención de seguir adelante.

El delegado de medio ambiente manifestó que el pliego de la licitación era impecable, aunque no debía serlo tanto cuando dicha licitación fue suspendida el pasado día 25 de enero al detectar "errores" en el pliego, aduciendo que ante la dificultad que entrañaba el expediente, al tener que estudiar las abundantes cuestiones técnicas que se planteaban y que suscitaban peticiones de aclaración y delimitación más precisas de determinados aspectos contenidos en el pliego técnico, el proceso se suspendía temporalmente en tanto en cuanto no se solventaran algunos problemas en su redacción. Concretamente, el error detectado en el pliego de condiciones técnicas se refería a la "unidad de depuración ecológica", un elemento sobre el que existiría en el mercado un amplio abanico de variantes y posibilidades técnicas, que debía sustituirse por "depósitos estancos para la acumulación de aguas residuales".

La Asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar presentó una queja formal ante la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz debido al empecinamiento de la administración andaluza por llevar a cabo semejante despropósito. Incluso un partido político pidió explicaciones en el Parlamento Andaluz en la Comisión de Turismo y Deporte ante un hecho que consideró como alarmante.

Ante el clamor popular en contra de esta iniciativa y las fuertes críticas que desde diferentes ámbitos se estaban produciendo, el pasado 9 de febrero el consejero andaluz de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio anunciaba la anulación definitiva del concurso de adjudicación del "Centro de Servicios Litorales de Mónsul" debido a las "voces críticas" con la puesta en servicio de este equipamiento que le llevaron a considerar que podría ser "un elemento distorsionador" de los valores naturales de una de las playas vírgenes símbolo de este espacio protegido y de esta forma "no poner en duda la conservación del espacio natural protegido y como muestra de la vocación de diálogo social por parte de la Administración autonómica", indicaba en un comunicado el Consejero.

Finalmente ha triunfado la sensatez y la administración ha reconsiderado su postura, pero de no haber sido por la presión de los ciudadanos y colectivos que nos hemos manifestado en contra de esta iniciativa, el proyecto hubiera seguido adelante. Esta Asociación quiere agradecer el apoyo y firme compromiso por la defensa del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar que han mostrado todas las personas que se han manifestado en contra de este proyecto. Nosotros seguimos alerta y vigilantes ante cualquier situación que pueda suponer una agresión al Parque Natural y pueda poner en peligro la conservación de sus valores naturales y etnográficos.

Asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar