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La batería y el mirador del cerro de la Testa

La historia de España, a partir de la convulsión mundial desencadenada por la revolución francesa, a caballo entre las postrimerías del siglo XVIII y comienzos del XIX, se transformó en un enfrentamiento casi continuo entre tradición y progreso. Fracasados los intentos de diálogo y acuerdo, se desencadenó un largo periodo de más de un siglo de beligerancia intermitente entre ambos bandos, de los cuales el más feroz, y esperemos que último, fue la Guerra Civil que asoló España entre 1936 y 1939.

La consecuencia de semejante quiebra de la convivencia fue durante el siglo XIX la inestabilidad política, con la alternancia de tres dinastías al frente de la monarquía (Bonaparte, Borbón y Saboya) y una república efímera. Ninguna de dichas opciones fue capaz de estabilizar el país, cuya situación se agravó al verse envuelto en guerras coloniales, que condujeron a la derrota ante Estados Unidos en 1898 y a la traumática liquidación de cuatro siglos de imperio colonial.
La inestabilidad política española se trasladó a un siglo XX que ha sido gobernado durante cerca de la mitad del mismo por dos dictaduras militares: la de Primo de Rivera y la de Franco Bahamonde, con un periodo republicano entre ambas.
La Segunda República llegó en 1931 como una gran esperanza de establecer una democracia moderna, que superara la desolación social causada por la crisis de 1929, pero sus gobiernos cometieron numerosos errores que permitieron el refuerzo del autoritarismo antidemocrático, que también prosperaba en otras partes de Europa.
El recurso al levantamiento militar anidó en el ejército, que se había forjado en nuevas guerras coloniales africanas. Tras intentos fracasados, la sublevación de 1936 no consiguió sus objetivos, pues desencadenó la revolución que deseaba evitar, y desembocó en la brutal Guerra Civil, que anegó España de fuego, horror, sufrimiento y sangre.

Foto: Batería y mirador del Cerro de La Testa © Pilar Gónzalez Carranza
 

Almería y la Guerra Civil
La población almeriense vivió y padeció las consecuencias del conflicto secular y en 1936 permaneció fiel al gobierno de la república, derrotando a los golpistas que intentaron sumarla al levantamiento. A partir de ese momento fue objetivo atacado reiteradamente durante tres años por la aviación, que forzó la construcción de unos refugios antiaéreos en los que se pudiera amparar la población durante las agresiones. Un tramo de los mismos ha sido recuperado y se puede visitar en la actualidad.

Los restantes ataques, al ser puerto de mar, procedieron de buques de guerra, destacando el del crucero Canarias, que el 8-11-1936 destruyó los depósitos de la CAMPSA situados en el puerto.
Mucho más importante fue la agresión sufrida por la ciudad el 31-5-1937 a cargo de una escuadra nazi enviada por Adolf Hitler, como represalia al bombardeo de la aviación republicana en el puerto de Ibiza del acorazado Deutschland, dos días antes. Los objetivos propuestos por el dictador nazi fueron Cartagena o Valencia, pero la inteligencia naval alemana le disuadió por hallarse conveniente artillados.

 
Foto: Batería del Cerro de La Testa © PGC
 

El ataque de Almería por la flota nazi
La desgracia le tocó a Almería que fue obligada a soportar el aluvión de 275 proyectiles de diversos calibres que impactaron sobre la ciudad disparados por una flota de cinco unidades, comandadas por el acorazado Admiral Scheer.
Se trata de un ataque pavoroso realizado por una potencia extranjera, sin que mediara declaración de guerra alguna. Según cifras oficiales ocasionó entre 19 y 31 fallecidos, entre 55 y 100 heridos y dañó o destruyó entre 35 y 306 edificios.
Una tragedia equiparable a la de Guernica o aún más grave, pues aquella fue realizada por la Legión Cóndor, unidad regular alemana incorporada a la aviación franquista, mientras que ninguna unidad de la marina de guerra nazi fue agregada a la marina franquista durante el conflicto. Sin embargo, el bombardeo de Guernica se ha convertido en un hito mundial contra la guerra y especialmente de las agresiones contra las poblaciones civiles, a lo cual contribuyó, sin duda, Pablo Picasso con el cuadro que se ha convertido en un lienzo de referencia para el arte del siglo XX. La agresión de Almería se ha mantenido, como veremos, como un hecho oficialmente oculto hasta ahora y en la ciudad es imposible encontrar una lápida, monumento o memorial que recuerde aquella barbarie.

Foto: Interior de la batería del Cerro de La Testa © PGC
 

No obstante, demostrada la indefensión de Almería ante cualquier ataque naval, las autoridades republicanas decidieron, por fin, defender dicha bahía trasladando desde Cartagena cuatro piezas de 152,4/45 Vickers, modelo 1923, procedentes de cada una de las baterías de Aguilones, Chapa, Jorel y Parajola.
Dos de dichos cañones fueron instalados en Roquetas, donde nada queda reconocible, y los otros dos en el cabo de Gata, al pie del cerro de la Testa, ambos emplazamientos estratégicos elegidos por su eficaz control de la bahía de Almería, en la que no se volvieron a producir más agresiones navales, ni españolas ni extranjeras, durante el resto del conflicto. Ambas fueron desmanteladas en 1939.

 

Foto: Interior de la batería del Cerro de La Testa © PGC

 

La batería del cerro de la Testa: mirador del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar
En la batería del cerro de la Testa aún se pueden contemplar las bases circulares construidas de hormigón para asentar los afustes de las dos piezas instaladas en dicho paraje, un búnquer que amparaba un nido de ametralladoras como defensa avanzada, unas excavaciones realizadas en la ladera, probablemente para servir de polvorín, una dirección de tiro fortificada y un cuartelillo o cuerpo de guardia para albergar a los servidores de las piezas, éstos últimos sin completar, probablemente por la finalización del conflicto antes de su conclusión.
Durante la dictadura franquista el silencio y el intento de olvido no consiguieron ocultar a la población la agresión, el peligro y el sufrimiento que padeció durante aquella pavorosa barbarie, pero estuvo censurada cualquier noticia o actuación relativa al tema. Lo sorprendente es que durante otras cuatro décadas de régimen democrático no se haya desbloqueado el tema y Almería siga, hasta una reciente resolución municipal, aún no materializada, ignorando su pasado, a pesar de haber gobernado durante dicho periodo alternativamente partidos de la derecha y de la izquierda, que han mantenido la misma pauta de silencio y olvido que estableció el franquismo.

 
Foto: Mirador del Cerro de La Testa © PGC
 

Ante dicha situación he solicitado a las distintas autoridades in/competentes, su acción decidirá si son acreedoras del prefijo, que se reúnan para acordar fundamentalmente dos objetivos:

- Hacer evidente en Almería la agresión identificando los edificios, al menos los públicos, que fueron dañados por el bombardeo.
- Proceder lo antes posible a la declaración de B.I.C. de la batería del cerro de la Testa y actuar de inmediato, incluso mucho antes de que se cumplan los dilatadísimos plazos que suelen emplear la autoridades culturales, con las medidas adecuadas para convertir dicha batería, dando valor a los elementos patrimoniales existentes en la misma, en un nuevo recurso turístico, que sin duda será el mejor mirador del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, a la vez que recuerdo permanente de la necesidad de evitar que vuelvan a ocurrir hechos tan pavorosos como el rememorado.

Sin duda será una eficaz forma de asociar un emplazamiento estratégico y natural, la belleza de su paisaje, el turismo y la memoria del pasado con el deseo y la esperanza de un futuro en paz.

Antonio Gil Albarracín