Home
El Eco
Noticias
Juridico
Senderismo
Conocer
Planos y mapas
La Asociacion
Estatutos
Enlaces
Contacto
Casas rurales, hoteles, cortijos,
y otros servicios
en el Parque

Visita nuestros Patrocinadores
  Camisetas de la Asociación
Diferentes tallas, modelos y colores
Descúbrelas
y cómpralas
 
Síguenos en

Sitemap

Aviso legal
Política de cookies
Política de privacidad

Webdesign: espacioazul.net

 
 
 
 

Paseo botánico a Cala del Toro

Entre la Isleta del Moro y el Mirador de la Amatista se encuentra la Cala del Toro, una playa con encanto singular. Puesto que sólo podemos llegar a ella andando, aprovechamos el paseo para reconocer en distintas paradas su vegetación. En este entorno, la aridez del clima provoca que en verano la vegetación muestre un aspecto más decaído: muchas plantas pierden sus hojas para no perder agua con las altas temperaturas y la desecación por el viento.

Bajando desde el aparcamiento, un olivo será el primer punto de referencia. A nuestro alrededor se extiende una de las mejores formaciones de cornicales del Parque. Al cornical (Periploca angustifolia), lo distinguiréis como pequeñas manchas grises (pues pierde la hoja en verano) salpicadas por las laderas de los cerros, acompañados de palmitos (Chamaerops humillis) y espartos (Stipa tenacissima). Junto a ellos, en menor cuantía podremos encontrar rascamoños (Launaea arborescens), cambroneras (Lycium intrincatum) y esparragueras (Asparagus albus), constituyendo una formación de matorral espinoso. Algo más abajo, nos detendremos en la primera curva, nuestro segundo punto de referencia. Aquí rascamoños (Launaea lanifera), tomillos (Thymus hyemalis), cerrillos (Hyparrhenia hirta), lavandas (Lavandula dentata y Lavandula multifida) y Stipa capensis forman un tomillar que coloniza antiguos bancales ya no cultivados, su tonalidad grisáceo-dorada nos dificulta imaginar su aspecto primaveral mucho más llamativo y vistoso.

 
 

En la siguiente curva del camino, un grupo de jaras (Cistus albidus) constituye nuestro tercer punto de referencia. Acompañadas de genistas (Genista spartoides), matagallos (Phlomis purpurea), coronillas (Coronilla juncea) y la endémica zamarrilla del cabo (Teucrium charidemi) conforman un matorral típico del Parque.

Cuando el camino se ensancha, y antes de comenzar el abrupto descenso veremos una señal de identificación de la playa, a la derecha nuestra cuarta parada, un barranquillo en el que se refugia un pinar de pino carrasco (Pinus halepensis) y algunas especies alóctonas como eucaliptos (Eucaliptus camaldulensis) y palmeras (Phoenix dactylifera) de gran porte.

Foto: Desde el parking de la carretera hasta Cala del Toro  
   
     

Estas formaciones arbóreas son escasas en el Parque, no sabiéndose con exactitud si este pinar es un relicto natural, tal y como indican algunas opiniones (aprovechado para sestear con el ganado). Estos pinos, ya cerca de la playa adoptan una curiosa forma rastrera, debido a la acción del viento (efecto bandera).

Continuando la bajada, algunas especies nuevas se presentan en el recorrido. A pesar de encontrarnos en una zona semiárida, en algunos puntos se presentan surgencias de agua, como ocurre en el tramo final de este barranquillo; juncos (Juncus sp.), carrizos (Phragmites australis) y Scirpus holoschoenus, nos delatan su presencia.

Ya en la playa, formada por cenizas volcánicas, la vegetación cambia drásticamente. Adaptada a estas duras condiciones de vida, Elymus farctus coloniza la arena y en los acantilados, con detenimiento, observaremos gran variedad de plantas. Mirando hacia el mar, a la izquierda se encajan entre las grietas padrijos (Asteriscus maritimus), gurullos (Anabasis articulata), orugas de mar (Cakile maritima) o perejil de mar (Crithmum maritimum). En las repisas rocosas al lado opuesto se desarrolla un tomillar halófilo, es decir un tomillar de especies adaptadas a la influencia del hálito marino, con mucha cantidad de sales: tomillos saperos (Frankenia corymbosa), tomillos salseros, capitanas (Limonium sinuatum), plantas del curry (Helichrysum stoechas)... Que no os extrañe cuando os zambulláis encontrar la orilla cubierta por un manto de lijo, restos de la planta Posidonia oceánica. Su presencia nos delata que cerca, bajo el mar, se desarrollan praderas de esta planta, indicadoras del buen estado de conservación de los fondos marinos de esta costa.

Esperamos que de esta forma el camino de descenso se haga más cortito y entretenido y si queréis saber más de las plantas del Parque, os invitamos al Jardín Botánico “El Albardinal”.

J.B. “El Albardinal”,
Consejería de Medio Ambiente