-¿Qué es eso de “Terapía Gestalt”?
-“El Zen occidental

A la hora de explicar el enfoque que recoge las distintas técnicas de mi trabajo en expresión y conciencia corporal, me encuentro con que hay mucha gente que ha oído hablar de la Gestalt pero que no sabe de qué se trata. No es tarea fácil resumir tan brevemente algunos de los principales conceptos de esta psicoterapia que ha traspasado el ámbito de la enfermedad para convertirse en una herramienta de desarrollo personal, en una filosofía de vida.

Gestalt es una palabra alemana que significa forma, configuración, estructura, algo que es más / o diferente de la suma de sus partes. Proviene de la psicología de la forma de principios del siglo XX, de los estudios de la percepción y desarrollo de las necesidades. Una Gestalt es una totalidad que contiene un fondo del cual emerge una figura. Ejemplo: cuando una persona se enfada, la ira es la figura que destaca del fondo constituido por otros sentimientos o pensamientos. Si el enfado no es expresado o reconocido se queda enquistado como resentimiento y se convierte en una Gestalt inconclusa, en una necesidad pendiente que va a pugnar por resolverse.

En los años 50, Fritz Perls (psicoanalista alemán) y sus colaboradores (Goodman, Weisz, Laura Perls, Shapiro…) desarrollaron en USA la terapia de la Gestalt que se nutre de la Fenomenología (describir antes que explicar), el Existencialismo (cada persona es responsable de su proyecto existencial), el Budismo Zen, el Tao (la atención en el aquí y ahora, el vacío fértil, las polaridades), además de recoger aportaciones del psicoanálisis, el psicodrama, “las corazas musculares” de Reich… No es un popurrí, ni una ensalada, es una síntesis original y coherente cuya innovación es el cómo utiliza y organiza los elementos que la componen. Pertenece a la tercera corriente psicológica, centrada en el potencial humano, donde lo psíquico y lo físico están intrínsecamente unidos y el organismo reacciona como una totalidad organizada (holismo).

El objetivo de la Terapía Gestalt es el de desarrollar una forma integradora de actuar y de expresarse y proporciona una cantidad de estrategias que podemos usar para enriquecer nuestra capacidad del “darnos cuenta”. Solo cuando nos damos cuenta de lo que hacemos y de cómo lo hacemos estamos capacitados para cambiar la conducta. La salud es la recuperación de la percepción, de las emociones, las polaridades, es percibir tanto lo que sucede dentro de uno mismo como en el mundo que nos rodea y hacer algo congruente con ello.

La Terapía Gestalt es una practica meditativa, una practica de regresar al presente, de poner atención al dialogo interno, de escuchar el cuerpo, de ser un cuerpo. Es un proceso en constante innovación, una visión integradora del ser humano en sus dimensiones afectivas, intelectuales, sensoriales, sociales y espirituales. Por su variedad de recursos y de lenguajes (verbal, corporal, metafórico) se aplica, en las artes, la educación, el trabajo social, las terapias corporales, etc…
Como dice Perls,” es una terapia demasiado buena como para dedicársela solo a los enfermos”

¡Ojalá os pique la curiosidad!

Maite Martín Moro

Bibliografía:
“Esto es Gestalt” (diversos autores). Edt. Cuatro vientos editor
“Gestalt para principiantes”. S. Sinay y P. Blasberg. Edt. Era naciente

Que duda cabe: somos lo que comemos; y saber comer se convierte así en la mejor terapia de salud, tanto física como emocional. Aún así, no es fácil cambiar los hábitos alimenticios, a pesar de que éstos sean poco equilibrados e incluso perjudiciales, sobre todo porque, como sabemos, en esta sociedad prima el beneficio de unos pocos y no la calidad de los productos. Es por ello por lo que intentaremos, humildemente, informaros de algunos productos que consideramos altamente beneficiosos para la salud, y que aportan una alternativa: cuidarnos comiendo; ya sabéis, mens sana in corpore sano.

En esta ocasión daremos protagonismo a uno de los productos “reyes” de las dietas vegetarianas, debido a su alto contenido en proteínas: la SOJA. Originaria de China, es conocida popularmente como la “vaca vegetal”, debido a su versatilidad nutritiva. Es la legumbre con mayor contenido proteínico (su proporción en aminoácidos esenciales se aproxima a la de los productos de origen animal) y suele tomarse elaborada de diversas formas tras un proceso de fermentación, o en forma de harina, leche, tamari (salsa de soja), en forma de aceite, texturizada, lecitina, tofu (queso vegetal), miso (paté de soja) y todo tipo de hamburguesas, salchichas, croquetas...

Los alimentos elaborados a partir de la soja no contienen colesterol (y prácticamente ninguna de las grasas saturadas tan abundantes en la mayoría de las carnes animales), y son bajos en calorías. Además son una estupenda fuente de minerales, especialmente de magnesio, fósforo, hierro y calcio (23% más que en la leche de vaca) y contienen vitaminas del grupo A, B y E.

La clave de la soja es, si la tomáis en grano, hacerlo al mediodía y en pequeñas cantidades (debido a su contenido en purinas, que producen en el organismo exceso de ácido úrico), y si lo hacéis en forma de elaborados de soja, tomarlos por la noche, para una mejor absorción de los nutrientes. Como curiosidad, deciros que 500 gramos de soja equivalen en cuanto a contenido en proteínas y lípidos a unos 5 litros de leche completa y a 28 huevos de gallina.

No hay duda: la soja y sus derivados son un alimento ideal para disminuir, o incluso sustituir, el consumo de productos de origen animal en vuestra dieta diaria, repercutiendo esto de manera beneficiosa en vuestra salud.

Semilla Verde, Bioalimentación