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Salud ambiental

Radiaciones y campos electro magnéticos

La contaminación electromagnética está en aumento por la excesiva carga de electricidad y magnetismo en el ambiente. Paralelamente aumentan los problemas de salud de las personas, cada vez más expuestas a este tipo de contaminación invisible. Por eso uno de los problemas emergentes en salud ambiental es la Electrohipersensibilidad (EHS).
La radiación electromagnética es una combinación de campos eléctricos y magnéticos oscilantes, que se propaga a través del espacio, transportando energía de un lugar a otro. Existen diferentes tipos de ondas electromagnéticas en función de su longitud de onda, lo que determina su frecuencia.

Hay dos tipos fundamentales de radiaciones: A. Las que emiten los aparatos eléctricos, electrónicos, cables y torres de alta tensión (Baja frecuencia-ELF)
B. Las radiaciones más peligrosas e ineludibles con el actual nivel tecnológico urbano y la universalización de la telefonía móvil, son las radiaciones por Radio Frecuencia- Alta frecuencia (RF), que emiten los aparatos inalámbricos, los teléfonos móviles de última generación, las antenas de telefonía, las torres de transmisión o los repetidores. Todos ellos constituyen las radiaciones electromagnéticas (EMR) y los campos electromagnéticos (CEM).

La música, las tormentas, o el campo magnético de la tierra que mueve las brújulas, también generan ondas que nos afectan para bien o para mal. Principalmente a la homeostasis y bienestar físico, por alterar el sistema endocrino y el sistema nervioso central, entre otros.

¿Sabías que…?
El ministro nazi Goebbels decretó en 1939 que la afinación de la nota musical LA se entonara a menor frecuencia de la que estaba acordada, pasando de ser de 440 Hz a 432 Hz. El profesor Dussaut recogió 23.000 firmas de músicos que apoyaban la frecuencia original, por ser el punto de balance sónico de la naturaleza y porque se considera que la reducción de los Hz en esta nota convierte a la música en un campo inarmónico que provoca problemas de ánimo y salud. Cuando los armónicos no encajan con la frecuencia vibratoria del ser humano se producen desórdenes físicos que comienzan por fatiga, cansancio, apatía. (Brian T. Collins). Las críticas acusan al gobierno nazi de modificar esta armonía universal para generar un efecto intencional insalubre en el medio ambiente y las personas, como forma de control social para dejar a las personas sin ganas de nada, muy sumisas y vulnerables ante peligrosas y desconocidas enfermedades que, por otro lado, benefician a la industria química y farmacéutica, de la que fueron socios.

Pink Floid o Mick Jagger investigaron sobre esto y “se dice” que su música vibra a los Mz saludables, que por eso generan estado de satisfacción. Similar a escuchar música clásica anterior al decreto y a la cual se atribuye favorecer el desarrollo de capacidades intelectuales y extrasensoriales.
Los seres humanos vibramos a un rango de frecuencia que va de 16 a 32 Hertzios y modificar estas ondas puede generar reacciones de inseguridad, miedo, angustia y desorden interno. Si además recibimos una alta carga electromagnética, aumentan las posibilidades de sufrir trastornos nerviosos, cognitivos, inmunológicos, hormonales, musculares y dolor físico incapacitante.

“Si supiéramos el peligro que suponen las radiaciones de nuestros teléfonos actuales, dejaríamos de usarlos”, dijo Minerva Palomar, la primera mujer española que ha recibido la incapacidad permanente por las graves secuelas que el EHS ha causado en su salud. Minerva es fundadora de la Plataforma http://electrosensiblesderechosalud.org
Se calcula que entre el 3% y 5% de la población europea, unos 13 millones de personas, padecen algún grado de EHS. Según las personas más afectadas, la sensación al recibir un exceso de ondas es “como si te meten en una freidora y la cabeza está a punto de estallar”.

 
  Imagen termográfica que muestra efectos negativos en cerebros humanos, después de haber hablado quince minutos por teléfono móvil.
 

Los síntomas más generales son: nerviosismo, fatiga, dolor de cabeza y muscular, inflamación neurogénica, aumento del estrés oxidativo, reducción de los mecanismos de defensa, alteración del metabolismo de vitaminas y proteínas, mayor tendencia a padecer Alzheimer, trastornos cognitivos y diferentes tipos de cáncer y tumores cerebrales. El EHS está relacionado con una alta tasa de suicidio y trastornos adaptativos diagnosticados erróneamente como psiquiátricos, sobre todo cuando la persona desconoce la fuente de su dolor.

Conocer para prevenir
El campo eléctrico produce radiación al estar los aparatos eléctricos o electrónicos apagados, pero al encenderlos el campo magnético aumenta las radiaciones. La frecuencia (Hertzios, Hz) es lo que distingue las diferentes formas de energía electromagnética y las que hemos de “temer” son las HF: High Frecuency, (alta frecuencia).
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, (IARC), organismo perteneciente a la Organización Mundial de la Salud, (OMS), ha clasificado los campos electromagnéticos producidos por los teléfonos móviles como posible cancerígeno para los seres humanos.

"No necesitamos más estudios para reducir los límites de seguridad", afirma el experto canadiense Dr. Blank, "Ya hay suficiente evidencia para recomendar límites inferiores para la radiación inalámbrica..." Pero, como siempre en la historia de la salud y la medicina, existen poderosos conflictos de interés que retrasan la aplicación del conocimiento científico a la prevención sanitaria y a la producción y organización social. Lo deseable sería disfrutar de la tecnología sin sufrir problemas de salud.
Olle Johansson, Valeria Pacífico, Chiara de Luca, Devra Davis, Dominique Belpomme o Ceferino Maeztu en España, son algunos de los expertos internacionales que publican e investigan a cerca de la EHS, uno de los Síndromes de Sensibilizacion Central que ya mencioné en artículos anteriores de esta sección.

La preocupación aumenta conforme la tecnología se extiende, sobre todo por su implementación en espacios públicos como colegios infantiles. En Suecia, por ejemplo, el EHS se reconoce como incapacitante, tanto para la vida laboral como para la convivencia en núcleos urbanos donde las radiaciones son insorteables. La EHS, igual que la Sensibilidad Química, no se considera una enfermedad de la persona, si no del ambiente artificial que es el que debe cambiar y adaptarse para permitir el derecho a la vida y la salud. El tratamiento para ambas es el “Control o Higiene Ambiental”, que consiste en reducir la exposición a radiaciones y químicos lo máximo posible.

Os apunto algunas recomendaciones preventivas para EHS:
1. Evitar y/o minimizar el uso de todo lo inalámbrico: teléfonos, wifi (de todos los dispositivos: ordenadores, tablets, libros electrónicos, tv de las modernas...) y routers inalámbricos que den servicio telefónico.
2. Comprobar el campo eléctrico de la instalación de la vivienda.
3. Evitar permanecer en lugares habituales (cama, sofá, escritorio,...) por encima de los 10 v/m. No tener nada enchufado al lado de la cabeza cuando se duerme (despertador, lámparas, etc.) Si no se puede contar con mediciones para tomar medidas especificas, una acción precautoria puede ser una distancia de al menos 1 metro de la cabeza y el cuerpo de enchufes y llaves de la luz.
4. Es fundamental que las personas que estén al lado (misma habitación o vivienda) de la persona con EHS apaguen sus dispositivos inalámbricos, móviles. También sirve poner en modo avión, desactivarle bluethooth y wifi.
5. Sobretodo nunca dormir cerca del móvil si no está apagado o en modo avión. Hablar con manos libres o auriculares para reducir la alteración cerebral. Evitar que niños y niñas hablen por teléfono móvil o inalámbrico.
6. Sustituir teléfonos inalámbricos, wifis, vigila bebés, alarmas antirrobo por sistemas de baja frecuencia: wifi por cable de red, teléfonos inalámbricos DECT, por teléfonos fijos de cable, o sustituir por teléfonos inalámbricos ECO DECT con el sistema full eco activado.
7. Evitar las antenas de telefonía, transformadores de alta tensión en los lugares habituales de estancia y procurar estar en la “zona de sombra” que dibujan a modo paraguas, donde la radiación puede ser nula.

Para descargar el electromagnetismo de nuestro cuerpo es muy recomendable poner los pies y las manos en contacto con la tierra. Recomiendo escuchar música binaural y música clásica (anterior al discutido decreto nazi) y sentir la vibración e intuición al respecto.
Por cierto, en la tierra volcánica del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, por su actividad sísmica y por su composición geológica se dan altos niveles de radiación natural. Que sean beneficiosos o no, depende de diversos factores.

Me interesa conocer tu experiencia a cerca de este tema y si tienes alguna preocupación sobre salud ambiental que quieres que investigue para próximos artículos, escríbeme a lauradrosado@gmail.com, gracias.

Más información:
http://electrosensiblesderechosalud.org
Documental SOS EHS: Todos somos electrosensibles.
Informe Bioinitiative 2012, en www.bioinitiative.org
Directrices EHS del Colegio de médicos de Austria.

Laura Domínguez
Rosado, Socióloga y formadora en ecología y salud ambiental
www.lauradrosado.wordpress.com

www.ecosalud.es