La principal causa de muerte por ahogamiento en nuestra zona son las corrientes de resaca, que ocurren en algunos lugares con viento de levante (véase Eco del Parque nº 5 pp. 16-18).
Éstas son corrientes fuertes, localizadas y más bien estrechas, con más fuerza cerca de la superficie del agua, perpendiculares a la línea de la costa que se alejan de la orilla. En muchos casos, aunque no siempre, pueden ser identificadas mediante la observación desde tierra pudiendo verse zonas de rompiente intercaladas con otras en donde no hay olas, aparentemente será una zona tranquila y podría ser elegida para zambullirse, ese es el error que suelen cometer muchos. |
El peligro real de las corrientes de resaca no es el ser arrastrado por ellas mar adentro, sino que muchos bañistas, siguiendo cierta lógica, tratan de nadar contra la corriente, que es más rápida que ellos, por lo que se agotan y pueden hundirse. La corriente no sumerge a los bañistas, los aleja de la playa, así que la clave para escapar no es nadar hacia la orilla, sino dejarse llevar y nadar en paralelo a la playa en dirección hacia donde las olas estén más cercanas, hasta salir de la corriente y una vez fuera de ella, entonces sí, nadar directamente hacia la orilla. Si no se logra escapar hay que mantenerse a flote pataleando y gritar o agitar los brazos para pedir auxilio.
En caso de existir en la zona bollas rojas, agarrarse a ellas y pedir socorro. Estas boyas fueron instaladas por el ayuntamiento de Níjar en las zonas de resaca de El Plomo, las Negras y La Calilla de San José.
Además, este verano, aunque los socorristas de las playas urbanas están, como el verano pasado, desde el 15 de junio al 15 de septiembre, la información por banderas está desde el 1 de junio al 15 de octubre, disponible también, en el mismo periodo de tiempo, en la aplicación para teléfonos móviles del ayuntamiento de Níjar. Juan Manuel Jerez
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