El 24 de agosto la barrera que da acceso a las playas de Genoveses, Barronal, Mónsul, Media Luna y Cala Carbón desde la pedanía de San José dejó de funcionar provisionalmente. Una denuncia contra la empresa Playas y Cortijos, que ostentaba la explotación del servicio, señalando que no contaba con la licencia de actividad para el cobro del estacionamiento de vehículos, provocó que se suspendiera la actividad. La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, que el 21 de abril de este año publicó en el Boletín de la Junta de Andalucía la resolución que regulaba el acceso de vehículos a motor y de grupos de artefactos flotantes a las playas de San José, asumió el servicio y continuó controlando la barrera, aunque la disminución, provocada por las fechas en el número de vehículos que intentaban acceder a estas playas, generó que en muchas ocasiones la valla se mantuviera abierta.
Un Plan de Movilidad que regule los movimientos de los distintos medios de desplazamiento y el acceso a las playas y a los parajes emblemáticos de este espacio medioambiental es una necesidad vital que lleva más de una década reivindicando la Asociación de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar. Este plan establecería las bases que tendríamos que seguir y respetar todos los usuarios de esta Reserva de la Biosfera. Hace más de dos años se constituyó una mesa de trabajo integrada por representantes de la Junta Rectora del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, desde donde se estudió, mediante múltiples reuniones, la elaboración de unos parámetros básicos para confeccionar ese plan. Las recomendaciones acordadas fueron entregadas por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio a dos técnicos de la administración andaluza, quienes presentaron un boceto. Después de mucho tiempo, todo sigue igual y la administración no ha sido capaz de dar pasos contundentes para su puesta en marcha.
Es cierto que gran parte del terreno es de titularidad privada y hay que mantener acuerdos y convenios con los propietarios para regular el uso de estos espacios. Pero también es cierto que el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales establece unas normas que se deben respetar y cumplir. Tiene que prevalecer el interés general en la defensa de los valores medioambientales sobre los recreativos y turísticos. Hay que establecer las normas de comportamiento para las miles de personas que visitan cada verano esta reserva del sureste español. Tienen que aprender que aquí no está todo permitido. Que aunque nos encontremos en parajes semidesérticos y solitarios, no se puede ensuciar y arrojar basura, destrozar o arrancar las plantas o recorrer los espacios fuera de los senderos establecidos. El peor ejemplo son los dos incendios que arrasaron a principio del verano 100 hectáreas junto al faro de Cabo de Gata y entre el Pozo de los Frailes y San José, uno a causa de una colilla y otro supuestamente por las chispas que salían de una torre de alta tensión.
Nos encontramos en un espacio natural que reúne unas características que lo hacen único en todo el territorio europeo. Si olvidamos esta premisa, estaremos creando los cimientos para perder el interés científico y turístico hacia este medio natural. Provocaremos un sentimiento de rechazo que hará del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar un lugar nada atractivo para muchos visitantes.
Antonio Hermosa
Miembro de la Junta directiva de la Asociación
Amigos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar
|