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¿Qué hago si me “pica” una medusa?

Lo que se llama picadura de medusa consiste en una irritación de la piel por las sustancias toxicas de los filamentos que cuelgan de su umbrela y que solo se descargan al rozar con ella. Fuera del agua, las medusas tienen el mismo peligro, pues no todas están muertas y las que lo están conservan las sustancias toxicas activas en los filamentos.

La lesión provoca ardor, inflamación, enrojecimiento y dolor. Cuando esto ocurre, lo más adecuado es lavar la zona con suero fisiológico, puesto que diluye el veneno y, por su salinidad, no hace estallar las células urticantes. Pero como no se suele tener a mano, a menos que se acuda al puesto de socorro y allí disponga de él, lo mejor es lavar abundantemente la zona afectada con agua del mar y sin frotar. Una buena medida es, siempre que el afectado no esté en una zona complicada o se encuentre realmente mal, permanecer entre un cuarto y media hora en el mar con la zona de la picadura en remojo. Esto disminuye la gravedad.

Foto : Medusa en la arena en San José © JMJ

No debe utilizarse el agua dulce porque por diferencias de presión osmótica puede hacer estallar las células urticantes que queden en la piel, extendiendo más veneno. La orina no es buen remedio y si hay alguna erupción incluso puede infectarla, al igual que la arena, que no tiene ningún efecto positivo ni absorbente sobre el veneno, pero puede crear erosiones en la piel aumentando la posibilidad de infecciones. Tampoco resultan adecuados el amoniaco, el vinagre ni otros remedios caseros.

Es conveniente retirar los filamentos adheridos en la piel sin tocarlos directamente con las manos: con pinzas, utilizando guantes, o arrancarlos con un trozo de cartón, una tarjeta de crédito o algo similar.

 
Foto : Medusas en La Fabriquilla © JMJ

El hielo puede venir muy bien para reducir la inflación y calmar el dolor, pero no debe derramar agua sobre la herida; para ello hay que envolver los cubitos con una bolsa de plástico, evitando que se filtre. No obstante, al principio es más útil aplicar calor pues los venenos son termolábiles y se inactivan con el calor.

Luego conviene mantener la zona aislada del agua y del sol durante dos o tres días.

Estas lesiones solo revisten gravedad en personas especialmente sensibles a quienes la toxina urticante les hace una reacción alérgica extrema pudiendo producir shock anafiláctico. Los síntomas que sugieren esta posibilidad son: erupción cutánea, entumecimiento, debilidad, dolor de cabeza, dolor en brazos, y piernas o en el pecho, espasmos musculares, lagrimeo, sudoración, calambres musculares, dificultad respiratoria, cambios en el pulso y desmayo. Ante la aparición de algunos de estos signos es necesario acudir a un servicio de urgencias sanitarias y si se está dentro del agua hay que salir inmediatamente, pues una perdida de consciencia puede ser causa secundaria de accidente por inmersión.

Juan Manuel Jerez