¿Qué es un gyotaku?
Gyo significa pez y taku imprenta. Es una técnica que se inscribe en una larga tradición asiática y fue utilizada en sus inicios para inmortalizar las mejores capturas de los pescadores así como para los concursos de pesca de los samuráis. Las piezas más valiosas estaban entintadas antes de ser recubiertas por un soporte flexible, habitualmente papel de arroz. En el gyotaku tradicional aparecía también el nombre del pescado, su peso, el sitio de su captura, a veces un poema o comentario, así como el sello del autor. Resulta curioso imaginar a los pescadores incorporando pinceles, tinta y papel a sus utensilios cotidianos.
El gyotaku es una forma de expresión gráfica de estampación, que se asimila a la monotipia y al frottage. El pez está entintado y con sumo cuidado se presiona y alisa el papel sobre toda su superficie, lo que permite registrar fielmente cada detalle del modelo. La tinta que se utiliza es orgánica y permite el consumo posterior del pescado. Se trata de la tinta Sumi, a la que se le conceden ciertas atribuciones mágicas y espirituales para captar el alma de lo que representa. Su uso va mas allá de lo técnico para unirse al espíritu de las cosas.
Los primeros gyotakus datan de 1500 años aunque es en el siglo XVII cuando se desarrolla como técnica gráfica. La base de la técnica del gyotaku es la imprenta, por esto los puristas utilizan el pincel exclusivamente para el ojo del pez. Es el último toque que se da a la obra y con este gesto el gyotaku se anima, es como si el animal cobrara una segunda vida.
El gyotaku tradicional ha evolucionado con el tiempo bajo el impulso de grandes maestros japoneses, incorporando en particular el color, aplicado presionando suavemente con muñequillas encima del papel. De esta forma, el resultado se asemeja al “frottage”.
Los gyotakus expuestos en l’Atelier son obras que parten de la técnica tradicional, pero con el toque personal de las dos artistas. Están iluminados con acuarelas y los peces nadan entre algas lo que les confiere más movimiento y vida dando al resultado final un toque de alegría y humor. Una vez seco, el gyotaku estampado sobre el fino papel de arroz hace su enmarcación casi imposible por lo que se tiene que pegar a un soporte más rígido (papel de acuarela) mediante la técnica del “marouflage” que permite suprimir todos los pliegues y arrugas del papel.
Os invitamos a venir a ver el resultado de este proyecto y a sumergiros en este acuario seco donde se puede bucear sin mojarse. Asociacion TICU
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