¿Qué podemos esperar de un Estado que se ha despreocupado incluso de mantener las apariencias? ¿Seguimos confiando en esa apariencia de los Estados democráticos basada en el imperio de la ley? Seguro; de otro modo, los ciudadanos pulverizaríamos la paz social. Pero hasta el más despistado sabe ya que la ley es un chiringuito ilegal.
Ese sempiterno monumento a la ignominia, El Algarrobico, precisa desde hace años (2003) de varias asociaciones y un abogado a tiempo completo y por amor al arte -sin cobrar, lo que da idea de su desmedido empeño en la tarea-, para que no se abra al público, conteniendo los sucesivos intentos de la Junta de legalizarlo. Con ser importante, es sólo un ejemplo paradigmático de cómo suceden las cosas en este Estado de Derecho.
La batalla es constante por mantener a flote este viejo navío que es nuestro parque, como lo son los intentos oficiales de desmantelarlo. En 2008 aparece un nuevo PORN que pretende amnistiar todas las ilegalidades y dar rienda suelta a la explotación urbanística, agrícola y de aprovechamiento turístico. Todavía no hay sentencia, pero dará igual el signo del pronunciamiento porque la Junta nos sorprende con un Decreto que fulmina todos los parques andaluces. Se instituye una especie de “reserva de disposición” que permite que cualquier carguillo político apruebe lo que convenga a sus intereses o a los de sus amiguetes, sin reparar en minucias; diga la ley lo que quiera. Una reproducción literal del derecho franquista.
Insaciable corrupción. Mar Ruiz
Colabodora del grupo jurídico de Amigos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar |