Si no, cómo se entiende que contando con una buena carta magna, la constitución española, el desarrollo de las leyes y resto de normativas se hayan puesto al servicio de la corrupción, permitiendo así que se hayan comprando voluntades con total impunidad, se hayan enriquecido con todo tipo de operaciones ilegales unos y otros, se convierta lo público en un problema siendo manos mercenarias las que controlen todo.
Lo ocurrido con la Justicia en España, en Almería, solo es el termómetro de una sociedad lastrada en la corrupción y la apatía. Cómo se entiende que, en Almería, su Juez Decano declare que los malos son esos ecologistas que con sus denuncia pretenden frenar la destrucción del territorio, qué atrevimiento intentar frenar la corrupción urbanística y a aquellos políticos que ponen las administraciones al servicio de la trama.
Pero no solo había que anular y meter miedo en las filas ecologistas para que no se atrevieran a denunciar o realizar declaraciones públicas, sino también había que anular a algún que otro juez o abogado que se atreviera a enfrentarse a las tramas corruptas.
El paro, la pobreza, la pérdida de valores, la manipulación informativa, la sanidad, la educación y la cultura al servicio de intereses privados, han ido aumentando la temperatura del termómetro, y ese termómetro ayer estalló, reventó… El Tribunal Supremo lo ha conseguido con los grados de calor provocado con su injusta sentencia contra Baltasar Garzón, ha terminado por conseguir que la ciudadanía nos perdamos en la selva despiadada y queden escasas esperanzas de orientarnos para salir sanos y salvos de ella.
Ya los malos no son los corruptos, los terroristas, los que han causado crímenes contra la humanidad, los que han cavado fosas en las que se han enterrado miles y cientos de padres, madres, hermanos, vecinos o vecinas, …
Ya los malos no son los que secuestran niños y niñas recién nacidas,…, ya los malos no son aquellos políticos que a las puertas de nuestras casas instalan industrias o crematorios asesinos de nuestra salud, …, ya los malos no son los que roban y trafican ocultos en la bolsa y paraísos fiscales…
Los malos son esos “putos ecologistas”, esos “jueces atrevidos que quieren poner a asesinos y traficantes en la cárcel”…
Papá, mamá, esto no es lo que vosotros me enseñasteis… ¿Qué debo hacer ahora?
Paco Toledano
Coordinador de Ecologistas en Acción-Adra |