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Cultura del agua : los aljibes tradicionales |
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Los aljibes son posiblemente el símbolo más representativo de nuestra cultura; su forma escultórica, su simbología y su mística representan la lucha por la vida en un medio extremadamente árido. Estas construcciones antiguas son utilizadas por todas las civilizaciones que se han asentado por estos lugares; en la cultura argárica ya se usaban. Los cortijos y cortijadas se situaban cerca de las ramblas y barrancos para aprovechar el agua de estos, pues los aljibes jugaban un papel importante en la recogida y almacenamiento del agua. Para dosificarla durante todo el año, se construían donde había un buen paso de agua en caso de fuertes lluvias, como el agua que corre por una ladera o por un cauce.
Para su construcción se hacia un hoyo en la tierra de las dimensiones que se consideraban, según sus necesidades y utilización; después se hacen los cimientos y se va subiendo el muro a base de piedra, la más utilizada es la volcánica con cal.
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Foto : En el camino desde el Cortijo del Fraile a Los Albaricoques © |
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Para la construcción de la bóveda se utilizaba un molde de madera en forma de arco de medio punto, de unos 50 cm de ancho, donde se colocaban las piedras, que después se rellenan y se enlucen con cal o yeso. Este proceso se llevaba a cabo por tramos. Con la finalidad de evitar filtraciones, las paredes están pintadas con almagro y la mayoría llevan contrafuertes interiores o exteriores. En la parte interior, junto a la puerta, hay una pila donde se echa el agua que se saca del aljibe con una garrucha y un cubo y sale a los pilares y al abrevadero, que se encuentra en el exterior. En la parte trasera se sitúa la balsa de decantación, donde queda el material de arrastre del agua que llega a través del terreno de conducciones. Hay diferentes tipos de aljibes: los ganaderos y agrícolas son los más grandes y los aljibes para las viviendas, también llamados tanques, son los más pequeños. Estos tienen un depósito circular de unos tres metros de diámetro y la misma profundidad que el aljibe; se techa con una cúpula, empleando el mismo sistema que los grandes aljibes y normalmente solo abastecen a una vivienda.
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Foto : Aljibe en el Cortijo del Fraile © |
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Si importantes son los aljibes, no lo son menos los sistemas de captación del agua para ellos. La captación de ladera es quizás la más sencilla : se cava un surco o acequia en la pendiente de la ladera, que está orientada con una ligera inclinación hasta el aljibe. Una variación de esta es la captación de ladera y meseta: la meseta inclinada vierte sus aguas por sus bordes en dirección a la rambla o barranco, se construye entonces en sus laterales una conducción hasta el aljibe. Otro tipo de captación es la de barranco: aquí el aljibe, está situado a un margen del barranco y aprovecha sus aguas con un corto sistema de captación que a veces incluye una presilla. Por último está la captación de vaguada u hondonada: aquí la construcción es mínima, ya que el aljibe se encuentra junto al paso de agua o su parte de acumulación, la balsa de decantación del aljibe, es más grande de lo habitual. Los aljibes así situados suelen ser los de mediana y gran capacidad.
El entorno de los aljibes también servía como lugar de encuentro social. Las mujeres se reúnen a lavar, charlar y coger agua para la vivienda, transportada en cántaros; acuden los pastores con los rebaños; alrededor de él crecen chumberas, higueras, pitacos, algarrobos, etc. Y esto es la vida en su estado más puro, gracias al agua. Francisco Segura Piedra |
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