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Editorial

De piedra nos quedamos cuando nos enteramos de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha anulado la protección ambiental establecida por la Junta de Andalucía para el sector del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar en la que se proyectaba la urbanización Marina de Agua Amarga, con 353 viviendas y un hotel.

Ante esta decisión la Plataforma en Defensa de Agua Amarga, apoyada por Amigos del Parque, ha presentado un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Si no prospera, tendremos que acudir al Tribunal Constitucional o a la Unión Europea para plantear esta aberración que pone en peligro la declaración de Reserva de la Biosfera y que pretende multiplicar por tres la edificación y el número de viviendas de esta barriada nijareña. De todas formas, habría que tener en cuenta que la sentencia del Tribunal Supremo del 12 de diciembre de 2007 clasifica la finca como no urbanizable. La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía se refiere a una modificación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) realizada en el año 2008 por la administración andaluza. El TSJA puntualiza que en la normativa de ordenación anterior este sector estaba clasificado como zona urbanizable carente de interés ambiental. Hay que recordar que Marina de Agua Amarga es una urbanización que pretende desarrollar la empresa del arquitecto Federico Echevarría, encargado de realizar las antiguas normas subsidiarias del municipio de Níjar en el año 1987. En las mismas calificó como urbanizable las 48 hectáreas de Marina de Agua Amarga.

También, en los primeros días del mes de junio, nos hemos encontrado con la decisión de un juzgado de Almería de iniciar procedimiento contra antiguos cargos de la administración andaluza por prevaricación al obstaculizar la construcción de un hotel en el Campillo de Gata promovido por la empresa Círculo Agroambiental. El juzgado señala que resoluciones aprobadas por estos cargos paralizaron el inicio de unas obras que habían contado con sentencias del TSJA y contra la licencia de obras otorgada por el ayuntamiento de Níjar.

Por último, vemos la campaña promovida por los alcaldes de la mancomunidad de municipios del Levante almeriense y apoyada por el presidente de la Diputación Provincial, para que abra sus puertas el hotel del Algarrobico. Todos están de acuerdo en que su puesta en marcha supondría la creación de puestos de trabajo y el relanzamiento del sector turístico de Carboneras. Ninguno explica las razones por las que a la salida de este pueblo, camino de la playa del Algarrobico, existen urbanizaciones con muchas viviendas sin vender y hoteles que están todo el año vacíos. Tampoco dicen que en el Toyo, que se encuentra a la entrada del Parque Natural, muy cerca de la ciudad de Almería, también existen edificios construidos y con casi todas sus viviendas en venta. Nadie de ellos ha dicho las razones que llevan a los hoteles de esta urbanización, levantada en torno a un campo de golf, a tener que cerrar casi todo el año y solo abrir sus puertas en la temporada alta.

Esta contraofensiva urbanística se olvida de que Cabo de Gata-Níjar es un espacio natural declarado en 1997 Reserva de la Biosfera por la UNESCO, Zona de Especial Protección para las Aves, Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM), integrado en la Red Natura 2000 al ser calificado por la Unión Europea como Lugar de Interés Comunitario.

Antonio Hermosa
Miembro de la Junta directiva de la Asociación
Amigos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar