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El Mediterráneo y Cabo de Gata |
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La Sierra de Cabo de Gata está formada por erupciones marinas en un mar tropical que datan del Mioceno Medio y Superior, entre 14 y 15 millones de años hasta unos 7.5 millones de años. Nos encontramos una sierra de origen volcánico, que se introduce en el mar. Dada su posición, con influencias del océano atlántico y las corrientes marinas del estrecho de Gibraltar, estas hacen que Cabo de Gata sea un lugar de gran biodiversidad marina, que alberga tanto especies atlánticas como mediterráneas.
Estas dos masas de agua superficiales se encuentran justo frente al Cabo de Gata, una de origen atlántico, más fría y con menor salinidad, y otra típicamente mediterránea, más cálida y con mayor salinidad. Estas corrientes marinas, al encontrarse, quedan unidas, y se ven empujadas en dirección al norte de África, hacia Argelia; resultan determinantes en la distribución de la vida marina, ya que en el agua se encuentran, además de los grandes nadadores y muchos organismos propios del plancton, las larvas de la mayoría de los animales marinos litorales. Así, existen especies que se encuentran sólo a poniente de Cabo de Gata, mientras que otras sólo viven en la costa de levante, siendo el mismo cabo un límite bien definido. Los fondos marinos de Cabo de Gata son muy variados, predominan por su extensión los fondos blandos de arena y de praderas de fanerógamas marinas, aunque los fondos rocosos, los más espectaculares, también están muy bien representados.
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La Posidonia oceanica es una de las comunidades marinas mas importantes de Cabo de Gata y constituyen uno de los más extensos ecosistemas litorales de este espacio natural. Se extienden en algunos lugares desde casi la misma orilla hasta 25-30 m de profundidad. Las praderas de esta planta marina más extensas se encuentran en la costa norte y central, entre Agua Amarga y San José, siendo más escasas y reducidas en el resto. Las praderas de Posidonia oceanica albergan una gran variedad de formas de vida. En el estrato de tallos o rizomas encontramos algas y animales propios de sustratos duros como erizos de mar y esponjas, entre muchos otros, mientras que entre las hojas vive una comunidad muy especializada con algunos organismos exclusivos de este hábitat, como el falso coral incrustante Electra posidoniae, pequeñas quisquillas de intenso color verde, o la pequeña estrella de capitán. Además, muchos peces y crustáceos de interés comercial utilizan las praderas para vivir, para alimentarse o simplemente como áreas de reclutamiento de sus fases juveniles, por lo que el buen estado de las mismas repercute en los poblamientos de otras comunidades marinas.
En los fondos rocosos el sustrato estable y duro permite el asentamiento de una gran cantidad de formas de vida. En los primeros metros, los que reciben más cantidad de luz, encontramos el dominio de las algas verdes y pardas, mientras que en las zonas más oscuras o profundas, los animales son los que más abundan. Entre las algas podemos destacar el denso cinturón de Cystoseira mediterránea, cerca de las rompientes, que alberga una gran diversidad de otras algas menores y de muchos invertebrados. Aquí viven también varias especies de peces, como las babosas. Más abajo, dominan otras algas fotófilas como Stypocaulon, Padina, Jania, entre muchas otras. |
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En esta zona poco profunda existen áreas con piedras y bloques, muy heterogéneos, que albergan una fauna infralapidícola muy interesante y variada, esponjas, gusanos, falsos corales, gasterópodos, bivalvos e, incluso, peces como el chafarrocas. Este es el hábitat de muchas especies de peces, entre los que destacan por su número y su presencia habitual los lábridos, los espáridos como Diplodus, Sparus, Pagellus y Obladas. Tambien los serránidos, como las vaquillas y cabrillas, los falsos abadejos y los grandes meros, estos últimos principalmente en zonas de grandes rocas.
Francisco Segura Piedra |
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