Redes de trueque, bancos de tiempo. Monedas complementarias.
No hace falta ser economista para constatar la falta de dinero para satisfacer las necesidades más básicas de unos y las enormes cantidades de dinero de las cuales otros disponen para especular sin ningún beneficio para la economía real. El paro masivo y la pésima gestión de la crisis han hecho florecer algunas alternativas que permiten a familias, que están en apuros, aliviar su situación.
Las redes de trueque
En las sociedades tradicionales el trueque servía sobre todo para intercambiar los excedentes de producción. En la actualidad el trueque moderno entre particulares se organiza en redes locales donde las personas sin recursos pueden intercambiar bienes, servicios y conocimientos. Las operaciones se registran en libretas y en general no se emiten billetes. Por ej.: un peluquero puede cortar el pelo y recibir a cambio una clase de Inglés o tres kilos de tomates.
Una red de trueque funciona según unos principios compartidos y consensuados en asambleas por los socios que crean la comunidad. Estos principios son, entre otros: la ayuda mutua, el bien común, un intercambio justo, el respeto de normas éticas y ecológicas.
Los bancos de tiempo
En la mayoría de bancos de tiempo sólo se intercambian servicios. En los bancos de tiempo la unidad es la hora y vale lo mismo para cada transacción. Que seas enfermero o fontanero.
Se establecen en general en los ámbitos de salud y bienestar en colaboración con administraciones y autoridades locales, aunque a veces plantean una economía alternativa, con un carácter más autárquico, asambleario y reivindicativo(1). Hay bancos de tiempo en hospitales, colegios, ayuntamientos, prisiones.
El banco de tiempo escolar de San Javier (Murcia) ha sido premiado por la Caixa por haber fomentado el interés de los escolares hacia otros colectivos, como personas con discapacidad, inmigrantes y personas mayores.
¿Por qué poner en marcha una moneda local?
Para disponer de una herramienta que favorezca una economía más respetuosa del ser humano y de su entorno natural. Aprender a cooperar, a intercambiar sin que el lucro o la ganancia sea el objetivo prioritario.
Para manejar una moneda que escape a la acumulación y a la especulación y favorezca el intercambio de bienes y servicios en una red de trueque. Sin olvidar que fomenta la ayuda mutua y la equidad entre personas y crea lazos entre vecinos que viven en la misma comarca.
¿Cuáles son las ventajas de una moneda local o complementaria?
Permite el crecimiento de la economía local, permite a los que la usan orientar sus adquisiciones hacia productos que son más éticos en una red de particulares y asociaciones que potencia los criterios ecológicos, sociales y humanos. Fomenta una doble economía. Mientras la moneda local circula, los euros que se recogen para conseguir la moneda local pueden servir como nano créditos que financian pequeños proyectos que sirven a la comunidad.
Una de las monedas más extendidas en el mundo empezó en Argentina. Un pequeño grupo de personas en una localidad próxima a Buenos Aires (Bernal), en 1995. La red de trueque se propagó a todo el barrio, de allí se expandió hacia la ciudad hasta llegar en mayo de 2002, en plena crisis económica, política y social en el país, a 5000 nodos, 60% en la provincia de Buenos Aires, 2 millones de socios. Pero la red ha sufrido de su crecimiento explosivo y de los desvíos que este ha implicado: sobre-emisión, discordias, abusos y, finalmente, el sistema ha muerto por la venta masiva de créditos.
La primera moneda local que ha nacido en la provincia de Almería, en Rioja más exactamente, se llama la Pita, está acoplada a un banco de tiempo. Forma parte de un proyecto piloto llamado Tredar, una iniciativa de la Federación Agroalimentaria de CCOO e implementada por la Asociación Trotamundos Animado. Es un proyecto diseñado para la promoción de circuitos cortos de consumo y dar la oportunidad a personas desempleadas de formarse en agro ecología con la posibilidad de crear autoempleo. Desde este año 2013 no cuentan con ningún tipo de apoyo institucional y han pasado a ser un grupo de personas que se organizan libremente.
En Rioja empezaron con los huertos sociales, ofrecidos a personas en dificultad que se comprometían a seguir una formación en agroecología. Crean un banco de tiempo para los intercambios y un mercado alternativo para los excedentes de la huerta y para dar una salida a los productos de segunda mano.
Hace más de medio año las personas adscritas al grupo de intercambio del Bajo Andarax comenzaron a intercambiar servicios sin dinero oficial por medio.
Para concretizar los movimientos crean la moneda alternativa «la pita» que equivale a un euro. Diez pitas valen una hora de trabajo. La Pita sirve para cualquier intercambio de bienes, servicios y conocimientos dentro de la comunidad del bajo Andarax y está gestionada online a través del CES, un sistema de intercambio en comunidad libre. Para los días de mercado se ha creado una pita papel que agiliza los intercambios que habitualmente se apuntan en una libreta. Los limites de crédito a 200 pitas y de débito a 100 pitas son los garantes de que los usuarios no se van a endeudar ni tampoco acumular y cada mes cambia el diseño de La Pita para evitar las falsificaciones.
En resumen, es un sistema completo de economía social que en la actualidad se está extendiendo a toda la provincia, incluyendo el Parque Natural Cabo de Gata.
(1) Recomiendo leer el libro de Julio Gisbert Quiero Vivir sin empleo (Los libros del lince) que me ha ayudado mucho a entender las monedas sociales.
Y visitar las páginas web de la pita http://www.laspitas.es
Del CES https://www.community-exchange.org
Antonio Martínez |