Ya está aquí el
verano, con sus calores y sus visitantes. Este verano
estrenamos corporaciones municipales en el Parque. En
Almería y Carboneras, una buena dosis de más
de lo mismo, lo que traerá continuidad asegurada
a los conflictos que tenemos con estos dos ayuntamientos;
sin embargo, en Níjar ha habido un cambio radical,
el PP entra con fuerza desbancando al alcalde de siempre,
que parecía incombustible. A pesar del cambio,
pocas esperanzas tenemos de que el nuevo ayuntamiento,
salido de las urnas, vaya a ser más respetuoso
con el Parque que su antecesor. La parte positiva es
que a mucho peor no se puede ir.
Lo dicho, llega el verano y de
su mano el nuevo Eco del Parque con su parte divulgativa,
su sección cultural y sus imprescindibles denuncias.
Los PGOU de los pueblos del Parque,
con sus evidentes amenazas a este delicado entorno,
siguen sin aprobarse. Esperemos que el parón
en la construcción haga que la Junta aplique
la lógica y no deje pasar las desmesuradísimas
aspiraciones urbanas de los municipios. Además
seguimos a la espera del nuevo PORN, en un silencio
tenso y preocupante, sin saber a qué esperan.
Por otra parte, pese a que todo
el mundo tiene muy claro que hay que reducir emisiones
para tratar de controlar el cambio climático,
ENDESA continúa tratando de colarnos su tercer
grupo en Carboneras. Muy cerca, la sombra del macrohotel
continúa proyectándose sobre la playa
del Algarrobico, mientras en los juzgados se marea la
perdiz.
Para no seguir con las desgracias,
diremos que el lunes 13 de agosto se celebrará
nuestra Asamblea general a las 20.00 h. y Fiesta
de verano a las 22.00 h., en el Cortijo La Loma
en La Isleta del Moro, como siempre, donde expondremos
con amplitud las actuaciones, logros, objetivos y frustraciones
de esta Asociación de Amigos del Parque.
También os recomendamos el Festival
de cine Calientamiento global que
organizamos del 29 de julio al 5 de agosto en el Castillo
San Felipe de Los Escullos.
Pues nada, a pasar el verano
lo mejor posible. Unos al trabajo, otros a la playa
y todos atentos al latido de nuestro Parque, que, muchas
veces, sufre taquicardias por desamor y por estrés.
Redacción de El
Eco
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