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Editorial

Tiempo y dinero

El tiempo es dinero, así dicen. Muchos temen no tener ni suficiente dinero ni suficiente tiempo. Pero eso de “suficiente” es relativo, unos necesitan diez mil euros al mes para que sea suficiente, y otros mil doscientos o menos. Tener mucho dinero o poco en el mundo en el que vivimos, diferencia a los seres humanos, lo queramos o no. Sin embargo, el tiempo es el mismo para todos, veinticuatro horas al día, y es por esto que el tiempo nos iguala.

Los que deciden dar un valor económico al tiempo sabrán lo que vale una hora y treinta minutos de sus veinticuatro horas, que se lo paguen es otra cosa.

Entonces, estar tumbado en la arena de Los Genoveses, digamos por treinta minutos, ¿qué valor económico tendrá?

Un amigo sigue soñando con estar tumbado en una playa y que mientras tanto sus ganancias se dupliquen. Es un sueño, claro, pero hoy día este sueño ya no tiene mucha gracia, porque sabemos a donde lleva esto de dejar “trabajar” al dinero sólo por ser dinero. Si no vinculamos el dinero a valores éticos, fácilmente propiciamos nuestra ruina.

No se me borra de la memoria este “pobre” señor que vi en el mes de agosto en Mónsul. Él se bañaba hasta las rodillas en el mar hablando por su BlackBerry y no se podía evitar escuchar de qué hablaba. El tema eran euros, gesticulaba con sus manos, la cara roja, y era evidente: su tiempo era dinero, adonde sea que se encuentre su cuerpo.

Y los señores del caso Poniente ¿que harán ahora en El Acebuche con todo el tiempo sin poder mover los millones de allí para acá? A lo mejor su castigo, aparte de haber perdido la libertad, será haber ganado tanto tiempo. ¿Qué harán con el?

Mi amiga Pepa se niega rotundamente a relacionar dinero con tiempo, y dice: ¿qué tiene que ver lo uno con lo otro, si me paso el día entero cuidando de los niños, de mi suegro, de la casa, del jardín y por las tardes de mi marido y ni me queda tiempo para mí?

Es para liarse entre dinero y tiempo, y estos tres versos de Jesús Gázquez dan una vuelta de tuerca al tema:

Odio el tiempo
Me gusta que pase
Así queda menos.

Lisa Frohn
Presidenta de la Asociación
Amigos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar