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Torres y castillos II

TORRE FUERTE DE LOS ALUMBRES DE RODALQUILAR

La torre de los Alumbres está situada en el camino de Rodalquilar al Playazo. La fortaleza se construyó en 1509, por orden de Francisco de Vargas, para la defensa de la mina de alumbres de Rodalquilar, ante los numerosos ataques de piratas berberiscos. Junto con ella se construyó otra torre hecha de tapial, que desapareció en el siglo XVIII. La torre de los Alumbres es de planta cuadrada, de unos 14 m. de altura, rodeada de una pequeña muralla con torreones circulares o barbacanas en sus esquinas. Se sabe que el acceso se realizaba a través de un puente levadizo sobre un foso que rodeaba el recinto.
Foto: Torre de Los Alumbres, © PG

La torre está hecha de cantería perfectamente labrada, unida con mortero, y se mantuvo defendida mientras se explotaron las minas de alumbres. Después de muchos avatares, soportando terremotos y ataques de las fustas de moros, se abandona cuando se dejan de explotar las minas, hacía 1555, dejándola sin guarnición. Hacia 1590 se vuelve a dotar de guarnición, para convertirla en el presidio de Cabo de Gata y seguir apoyando la vigilancia de la costa ante las correrías de magrebíes y turcos; manteniéndose con más o menos hombres de dotación, pero guarnecida. En 1736, a raíz de la puesta en funcionamiento del cercano embarcadero para el acarreo de carbón y cal procedente de hornos cercanos, se trató de dotarla de dos cañones de pequeño calibre procedentes del Fuerte de San José, pero sólo pudo ubicarse en ella uno de 8 libras, por ser el otro de 16 libras demasiado grande. Se hizo una amplia reparación en 1755, porque la torre se encontraba en estado ruinoso; se mantuvo con guarnición hasta 1768, año en que se construiría la Batería de Rodalquilar, conocida como Castillo de San Ramón, que la dejó sin uso debido a la distancia de un kilómetro que la separa de la costa.

Foto: Torre de Los Alumbres, © PG
 

A mediados del siglo XIX sirvió como alojamiento para los torreros destinados en la vecina torre del Cerro del Lobo. Después, por abandonó y falta de arreglo, ha llegado a nuestros días en el estado ruinoso que conocemos. Fue declarada monumento bajo el amparo del Estado en 1949, pero, pese a su protección, se ha vendido en varias ocasiones junto a los terrenos aledaños y no se sabe claramente cuál es su situación actual; pero lo que está más que claro es su vergonzoso estado de conservación. La torre de los Alumbres se hunde poco a poco sin que nadie tome medidas para su reparación.

 

 
Foto: Torre del Cerro de Los Lobos, © MS
 
 

TORRE DEL CERRO DE LOS LOBOS O DEL LOBO

En el Cerro del Lobo, se construyó, hacía 1733, una barraca para vigilancia de contagios de peste por mar, de tan mala calidad, que no duró mucho. En 1767 se levantó una atalaya troncocónica con dos cordones de ladrillo en su parte alta, y según parece también resultó con defectos de construcción respecto a lo proyectado. La torre se mantuvo para vigilancia de la costa, haciendo señales con hogueras que se encendían en su cima, con la dotación de un cabo y dos torreros. Hacia 1849, se encontraba en tan mal estado que los torreros no la habitaban y hacían las señales desde su pie, habilitando la vieja torre Fuerte de Rodalquilar para su alojamiento.

Posteriormente sería cedida al cuerpo de carabineros para su labor de vigilancia de la costa y después a la Guardia Civil; siendo protegida por el Decreto de 1949. Fue cedida al Ministerio de Obras Públicas en 1991 para su restauración y ubicación de un faro en su parte superior. Desde esa fecha funciona como faro para cubrir el espacio entre el de Cabo de Gata y el de Mesa Roldán.

La restauración fue bastante fiel a su original. El faro que está en su cima es solar y su linterna de pequeño tamaño no afecta en exceso a la estética original de la torre, exceptuando la puerta de entrada, horadada en el muro, y un gran escudo del ministerio que se le colocó sobre la misma, rompiendo la originalidad del conjunto. Lo que más afecta a la estética original es la gran cantidad de antenas de varios tipos que se van acumulando en su parte alta.

Mario

Bibliografía: Libros de Antonio Gil Albarracín y artículos en Axarquía de Mariano Martín García