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Desde
aquí os animamos a enviar vuestras cartas
contándonos anécdotas, comentarios
y opiniones sobre todo lo relacionado con el Parque
Natural. Podéis hacerlo a través de
Internet o por correo postal. Gracias. |
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S.O.S.
Rodalquilar |
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Somos
un numeroso grupo de amigos que visitamos
el Cabo de Gata desde hace muchos años
y estamos consternados por el desastre que
se está cometiendo en el mismo centro
del valle de Rodalquilar. La construcción
de una enorme depuradora por balsas al aire
libre al lado de la carretera que lleva
al Playazo de Rodalquilar, un lugar único
en el mundo. Consideramos, y con nosotros
todos los habitantes de Rodalquilar y todos
los amigos de años y años,
que este sitio es el menos indicado, pues
destruye ambientalmente uno de los símbolos
de nuestro querido Parque Natural. La tecnología
aplicada es de hace 40 ó 50 años.
Esas
enormes balsas de porquería flotante
sólo traerán malos olores,
mosquitos... y un impacto visual horroroso.
Unos miles de metros más arriba,
entre los montes, hay varios lugares idóneos
para su ubicación... y los propietarios
de los terrenos los cederían gratuitamente.
En cualquier caso hay procedimientos mucho
más avanzados y menos impactantes
¿Qué intereses tenía
el antiguo consistorio de Níjar para
colocar la depuradora en un lugar tan improcedente?¿Por
qué la Delegación de Medio
Ambiente ha colaborado en este delito ecológico?
Mandemos
e-mail, telegramas, faxes, mensajes... al
nuevo Ayuntamiento de Níjar, a la
Delegación de Medio Ambiente. Con
la presión de todos es posible.
TODOS
JUNTOS PODEMOS PARARLO Y HACER QUE LAS ADMINISTRACIONES
RECAPACITEN.
AÚN ESTAMOS A TIEMPO
S.O.S. RODALQUILAR. ¡¡¡PAREMOS
LA DEPURADORA!!!
Pongamos
este desastre en conocimiento de la sociedad
a través de los medios de comunicación.
Alicia
Sánchez y 11 amigos más.
E-mail: asanchezsevilla@hotmail.com
NOTA:
Este modelo de depuradoras parece que será
el que se establezca en las barriadas del
Parque Natural de Cabo de Gata (San José,
Las Negras, etc...).
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¿Todavía
podemos hacer algo?
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Con la llegada de
los primeros días del mes de junio
y como viene siendo habitual desde hace
bastantes años, comienzo con gran
ilusión los preparativos para poder
reencontrarme con ese lugar tan especial
como es el Cabo de Gata y que, dada la distancia
que nos separa, hacía casi un año
que no visitaba. El objetivo: disfrutar
de ese inigualable rincón del Mediterráneo
antes de que llegue la oleada de veraneantes.
Este año me recibió un fuerte
levante que no me impidió recrearme
en una de sus hermosas playas, al abrigo
del mismo. Y fue al tercer día cuando
el viento cambió a poniente; entonces
pude visitar uno de mis lugares preferidos:
una recóndita cala de difícil
acceso cuyo nombre desconozco, pero de una
gran belleza y tranquilidad. Todas mis expectativas
se transformaron en tristeza, rabia e impotencia
¿Cómo era posible que un lugar
tan virgen estuviese tan lleno de basuras?
Siempre que había ido por este sitio
había encontrado algún madero,
cuerdas y botes de plástico en la
playa, pero esta vez era demasiado, no se
trataba de algún resto,
pude observar más cantidad que en
otras ocasiones, además de gruesos
pegotes de alquitrán adheridos a
las rocas de la playa y varias pelotas de
goma, restos que, en esta ocasión,
no sólo se encontraban en la playa
sino que también flotaban en la orilla.
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Mi
rincón idílico había
perdido su magia.
Reflexionando posteriormente me di cuenta
de que no era solamente este lugar el
que había perdido el encanto;
no hay más que ir a la playa
de los Genoveses y ver cómo las
edificaciones de San José van
asomando por encima de las montañas,
ganando terreno al espacio natural y
perdiendo esa sensación de virginidad,
la cala de San Pedro que va tomando
aspecto de barrio marginal con las construcciones
tipo chabola que se están construyendo. |
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Foto:
Cala llena de basura, ©
AP |
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Respecto
a los fondos, los encuentro más degradados
y con menos peces; es por supuesto una apreciación
subjetiva, basada en comparaciones anuales,
pero es como el que habitualmente pasea
por un bosque y al cabo de los años
se percata de que hay menos árboles.
En la zona que antes describía, donde
abundaba la basura, antes abundaban los
tomates de mar y, no es que hayan desaparecido,
es que no se ven como antes. Hace años
encontré bastantes juveniles de mero.
Esta vez ni juveniles, ni adultos. Era bastante
fácil ver estrellas de mar y aún
se pueden encontrar, pero hay que buscarlas.
Y en cuanto a pulpos, alguno se dejaba observar,
pero en esta ocasión no vi ninguno.
Las praderas de Poseidonia oceánica
(indicadoras de labuena salud
de los mares) también las he visto,
aunque más degradadas. Como muestra
de ello el estado lamentable de la pradera
de la cala de San Pedro. Su aspecto era
más parecido al rastrojo del cereal
que al de una pradera de Poseidonia. Por
cierto, por el fondo se mecían al
ritmo cadencioso de las olas numerosos vasos
de plástico, latas y bolsas. ¿Qué
le está pasando al Cabo de Gata?
Manuel
Perdigones
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Roturaciones |
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Hace
casi tres semanas observé un
gran tractor roturando en el paraje
"El Palain", que se encuentra
en el Parque Natural, término
municipal de Carboneras, cerca de
la carretera del Saltador. Llamé
a la Oficina Administrativa del Parque
en Rodalquilar, telfno. 950 389742,
y notifiqué los hechos. Me
pidieron un teléfono y mi nombre
para que un encargado de vigilancia
se pusiera en contacto conmigo. Hasta
ahora no he tenido noticias, el tractor
ha seguido su trabajo y se ha roturado
un enorme espacio que, según
la normativa del parque, está
catalogado como de cultivo tradicional
de secano. No es la primera vez que
llamo a Medio Ambiente para notificar
actuaciones dudosamente legales en
esta zona del Parque (Rambla de Río
Alias) y nunca se pusieron en contacto
conmigo y, desde luego, nunca se pararon.
Se llegó hasta el absurdo de
negar que se fumigue con helicóptero
unos cultivos intensivos en El Albardinar,
cuando todos los vecinos los vemos
y los padecemos. ¿Para qué
sirven los "guardianes motorizados"
del Parque, si nunca se percatan de
los desmontes, roturaciones, construcciones,
etc.?
Paola
29 de octubre de 2004
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¿Habéis
dicho legal? |
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Hace
poco, unos conocidos, dueños
de una bonita casa muy bien
cuidada en el Parque Natural
de Cabo de Gata, deciden
volver a su país
y vender la casa. Preguntan
en una inmobiliaria, sobre
todo - dicen - para tener
una idea del precio que
podrían pedir. El
agente inmobiliario visita
la casa y les pregunta qué
precio se imaginan. Indican
la cantidad de 250.000 euros.
El agente considera la suma
un poco alta, pero dice
que se lo pensará.
La misma semana regresa
diciendo que su mujer está
encantada con la casa y
desea absolutamente vivir
en ella, por lo tanto quiere
comprarla inmediatamente.
Nos sorprende una venta
tan rápida, sobre
todo porque teníamos
amigos interesados en la
compra de esta casa. |
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Foto:
Cartel de venta,
© PS |
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Los
vendedores nos dicen que ya tienen
un compromiso con el agente inmobiliario,
pero que se puede hablar con él
en el caso de que su mujer cambiara
de opinión. Lo que hacen rápidamente.
Visitan la casa con un representante
de la inmobiliaria, y como les gusta
mucho se ilusionan hasta que les digan
el precio. Respuesta: 420.000 euros
y con piscina unos 3.000 euros extra!!!.
Frente a estos precios, nuestros amigos
se quedan sin voz y, sobre todo, muy
sorprendidos de que semejante subida
de precios sea al parecer totalmente
legal.
P.S.
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La
agonía de la Playa de Los Muertos |
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Desde
hace unos años, al llegar las
épocas de vacaciones, las pocas
playas semivírgenes, que sobreviven
de nuestro parque, se han convertido
en verdaderos hervideros de gente.
Ya sabemos cuál es el estado
de Mónsul y Genoveses; pero,
desgraciadamente, no son las únicas.
Es alucinante ver cómo la famosa
playa de Los Muertos, antaño
nudista y tranquila, por efecto de
la publicidad mediática que
ha ensalzado su antigua virginidad,
se ha convertido en una enorme romería.
Por
el empinado camino que da acceso a
la playa se forman caravanas de personas
de todas las edades. Mientras los
ancianos y los niños arrastran
las chanclas bajo el sol abrasador,
los más fuertes van cargados
con todo tipo de atrezzo playero.
En el estrecho camino se mezclan los
últimos objetos hinchables,
sillones y tumbonas de diseño
con el paellero, la botella de butano
y el chambao dominguero desmontable.
Después del tortuoso paseo
por la senda, los osados bañistas
se encuentran con una playa atestada,
donde las sombrillas casi se tocan
y donde las barbacoas con morcillas
y sardinas ocupan las zonas próximas
a las rocas.
Después
de una agotadora jornada de playa,
muchos de estos buscadores de playas
vírgenes dejan su basura en
la playa (que carece de servicio de
limpieza regular) y ascienden, con
la lengua fuera, tirando de sus chismes
y sus parientes.
No
puedo entender que una persona lea
en un periódico que la playa
de los Muertos es un sitio precioso,
virgen y paradisíaco, venga
hasta aquí, aparque su coche
en cualquier rastrojo de las inmediaciones,
y después de ver que a su alrededor
hay varios cientos de coches, tenga
valor para descender a la playa y
pasarse un día de atasco al
mejor estilo Torremolinos. Lo más
llamativo es que mucha gente repite
y, seguramente, cuando llegue a su
lugar de residencia, contará
que ha pasado sus vacaciones en una
de las últimas playas vírgenes
de la península.
Ni
que decir tiene que ninguna administración
pública se preocupa mucho de
los atascos, aparcamientos incontrolados,
basuras y demás efectos perniciosos
para este espacio protegido.
Los
antiguos usuarios de la playa de los
Muertos nos estamos refugiando en
las playas del pueblo de Carboneras,
mucho menos atascadas, mucho más
cómodas de acceso, con servicio
de limpieza, bares y restaurantes
a pie de paseo. Así de dura
es la vida en un Parque Natural.
Mario
Sanz Cruz
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