En declaraciones recientes,
la Consejera de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía - noticia recogida en La Voz
de 8 de noviembre - ha ratificado la decisión
de la Junta de no incluir en toda esta legislatura
la petición de que el Parque Natural de
Cabo de Gata pase a ser Parque Nacional.
Es una reivindicación
tradicional de la Asociación de Amigos
del Parque que ha hecho suya Ecologistas en Acción.
Muy numerosas fueron las razones que formalmente
alegaron estas Asociaciones para que se pidiera
esa calificación de Parque Nacional, entre
ellas la de conseguir una mayor protección
de conservación y la singularidad de los
valores ecológicos de este espacio protegido,
que permitían muy bien formar parte del
proyecto de un parque nacional de subdesiertos,
que incluía junto a Cabo de Gata otras
zonas almerienses en torno a la cuenca baja del
Río Andarax y Tabernas. Para ello, se propuso
un corredor ecológico de comunicación,
coincidente con una zona LIC (Lugar de Interés
Comunitario), a través de Sierra Alhamilla.
En la actualidad ese corredor
está completamente devastado por la instalación
de desmontes e invernaderos ilegales. Actuaciones
clara y gravemente ilegales que no han sido frenadas
por la propia Junta de Andalucía. La gestión
y control del espacio protegido, muy deficiente
por parte de la Junta, es otra de las razones
que llevaron en su día a intentar que la
tutela fuera estatal, si este parque natural pasase
a ser Parque Nacional. Pues, efectivamente, nos
encontramos ante unas malas noticias para el Parque
Natural de Cabo de Gata, que no va a optar siquiera
a esa máxima calificación de protección.
La Junta no estima oportuno solicitar para el
mismo la calificación de Parque Nacional.
Igual suerte han corrido otros espacios protegidos
de Almería como la Isla de Alborán
o el Parque Natural de la Sierra de María-Los
Vélez.
Un indicio más de
que la Junta no tiene interés en que se
consoliden zonas de máxima protección
ambiental y ecológica. Debemos esperar
una continuidad y, esta negativa, es una muestra
evidente de la política de la Junta en
lo que se refiere a desarrollo económico
o francamente especulativo, como sucede y se proyecta
para el futuro en relación con el desarrollo
urbanístico en Cabo de Gata y un entendimiento
tremendamente relajado en lo que afecta a las
actuaciones ilegales, de absoluta tolerancia para
el mantenimiento de invernaderos ilegales o viviendas
y construcciones en suelo protegido, no urbano.
Amigos del Parque
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