Al sisal
lo conocemos más comúnmente por
el nombre de pita. Es un agave, procedente principalmente
de Méjico, cuyo fruto es el pitaco. Éste
posee un tronco largo que cuando está creciendo
parece un espárrago triguero gigante. Posteriormente
echa ramificaciones, como un árbol espigado.
Desde Costacabana,
viniendo de Almería por la costa, y tras
pasar la Universidad, se inicia una pista de tierra
que, paralela al mar nos llevaba hasta el pueblo
de Cabo de Gata. Esta pista se ha cortado por
las obras del Toyo. Desde Retamar iniciamos la
marcha hacia la cercana ermita de Torregarcía
por un camino de tierra. Nuestra ruta de hoy nos
guiará por todo lo que rodea este lugar.
Como ya
hemos referido en otra ocasión: el 21 de
diciembre de 1502, estando el vigía de
la torre, Andrés de Jaén, vio aparecer
en la orilla la imagen de la Virgen del Mar, rodeada
de una luz que iluminaba el cielo justo en el
lugar donde apareció. En el siglo XV toda
la costa estaba salpicada de torres vigías
cuya función era avistar y dar la voz de
alarma ante las continuas incursiones de los piratas
berberiscos. Se piensa que la imagen de la Virgen
fue cortada a hachazos de algún barco atacado
por dichos piratas, para evitar que cayera en
sus manos. El caso es que esta imagen pasó
a ser la patrona de Almería. Posteriormente
se construyó una ermita, que cobra mayor
protagonismo el primer domingo de cada año,
cuando se celebra una romería en la que
la Virgen vuelve a su origen en una carroza de
flores, acompañada de cientos de fieles.
La mayoría de éstos van a ponerse
las botas, comiendo y bebiendo todo ese día.
Cerca de
Torregarcía se encuentran los restos de
una antigua fábrica romana de salazones,
puesta en funcionamiento desde el siglo I hasta
el IV y parte del V. En esta factoría tanto
se conservaba pescado (salazón) como también
se obtenía productos derivados de éste.
Uno muy apreciado en la época era el garum,
que era una salsa de sabor muy intenso compuesta
por pescado macerado en sal. El mejor y más
caro se obtenía de la caballa. Así
mismo, se cree que de los moluscos conocidos como
cañadillas se obtenía
una púrpura que servía de colorante
para túnicas y trajes de emperadores y
reyes.
A continuación
se encuentra la Rambla de las Amoladeras, desde
la que divisamos, unos metros más arriba,
un pozo romano dentro del mismo cauce de la rambla.
Si nos salimos de la rambla, hacia el interior,
podremos observar la mayor extensión de
azufaifos del Parque; que van desde Retamar hasta
el pueblo de Cabo de Gata. Los azufaifos son matorrales
espinosos, con ramas zigzagueantes con dos tipos
de espinas: unas rectas y otras en forma de garfio.
Poseen largas raíces con las que poder
tomar agua a más profundidad que la mayoría
de las plantas. Por lo que en verano mantiene
sus hojas verdes, y, curiosamente, en invierno
pierde sus hojas; ya que la planta prefiere protegerse
así contra el viento, como si estuviera
muerta. En primavera brota flores verdoso amarillentas,
muy agrupadas. Es una planta totalmente adaptada
a zonas áridas. Genera grandes masas, en
ocasiones de más de 25 metros de diámetro,
de porte semiesférico y achaparrado. Permite
fijar la arena de las dunas fijas y formar suelo
mientras que las hojas coriáceas condensan
el vapor de agua. El aire cargado de humedad queda
estancado entre su enmarañado ramaje, que
se hace impenetrable, proporcionando sombra y
cobijo. Son verdaderos ecosistemas que dan refugio
a la víbora hocicuda, conejos, la alondra
dupont, camachuelos trompeteros, lagartijas colirrojas,
etc.
Entre la
Rambla de las Amoladeras y Rambla Morales nos
encontramos un pequeño desierto de piedra,
denominado minireg. A continuación
una formación de dunas, más al interior.
Antes de declararse Parque Natural esta zona presentaba
unos magníficos paisajes de dunas, con
enormes montículos de arena que desaparecieron
enmultiples camiones de arena para los invernaderos,
principalmente del campo de Níjar. Aún
así se conserva una importante cadena de
dunas que el viento da vida y forma. Algunas alcanzan
hasta cuatro metros. En esta zona se rodaron escenas
de la película Lawrence de Arabia.
La vegetación más abundante de las
dunas es el taray, y de las contradunas el barrón
y las pegamoscas.
Vuelvo hacia
la costa y tomo la pista de vuelta a Torregarcía
pues se ha hecho tarde y tengo fiesta en casa.
Me esperan para preparar mi famosa sangría.
Nos refrescaremos y endulzaremos este verano con
esta suculenta bebida. Aunque a mí hoy
no me hace falta ya que me llevo un buen y dulce
sabor de boca del recorrido que hemos realizado.
¡Feliz
verano amigos y amigas!
Julián
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