La única especie que encontramos en el Parque es Ephedra fragilis conocida como encarnaíllo, carnaíllo canutillo o palaín fino. Es un arbusto que no suele superar los 3 metros, con un ramaje muy denso e intrincado. El color ceniciento de las ramillas, con grosores superiores a 1.5 mm de diámetro, así como la particularidad de que sus tallos secos se fragmentan muy fácilmente en pequeños trozos, la diferencian de otras especies. Precisamente esa fragilidad de sus tallos es a la que alude su nombre científico E. frágiles.
Las hojas alcanzan los 2 mm pero son difícilmente observables pues son prontamente caducas. Los tallos verdes son los que asumen la fotosíntesis, como ocurre con retamas o genistas, especies con las que se puede confundir y de ahí que también se la llame palaín fino, pues por palaín se conoce a la Genista spartioides.
Es importante conocer que se trata de arbustos dioicos, existen por tanto pies masculinos y pies femeninos. En los masculinos los conos (estructuras que sostienen las hojas reproductoras) aparecen en 48 pares. En los pies femeninos los conos contienen un solo óvulo. La dispersión del polen es a través del viento, y el óvulo, una vez polinizado y fecundado, da paso a una semilla que tiene la particularidad de estar recubierta por unas brácteas carnosas jugosas de color rojizo, a lo que aluden la mayoría de sus nombres comunes. Este tejido carnoso resulta atractivo para aves y pequeños mamíferos, que se alimentan del mismo, defecando luego la semilla y contribuyendo a su dispersión. La floración, por el pequeño tamaño de sus conos, casi pasa desapercibida, pero cuando los ejemplares femeninos se cubren de semillas encarnadas, a finales de verano y principios de otoño, resultan espectaculares, a la vez que un gran banquete para la fauna.
Ephedra fragilis además contiene los alcaloides L-efedrina y pseudoefedrina, que estimulan los centros nerviosos respiratorios. Se ha comprobado su poder antiasmático, antitusígeno e hipertensor, debido a su efecto vasoconstrictor y broncodilatador. En el Parque, y asociada a estas propiedades, está registrado su uso en infusión, en jarabe y en tisana junto con la Malva marina (Lavatera maritima). Pero el uso de esta planta está fuertemente desaconsejado debido a su fuerte toxicidad. El contenido de alcaloides es máximo en las ramas jóvenes de plantas ya adultas y durante el otoño, en cambio las raíces y las semillas no son tóxicas, de ahí que puedan ser dispersadas por los animales (algo similar ocurre con el tejo, cuyo arilo rojo es la única parte no tóxica de esta gimnosperma). |