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Ecosistemas costeros II. Fondos duros

Los fondos rocosos, o fondos duros, poseen una gran diversidad de ambientes y paisajes. Desde la orilla hasta las grandes profundidades, nos encontramos con plataformas rocosas, grietas, extraplomos, paredes o cuevas.

En el Parque Natural los fondos rocosos están formados en su mayoría por dos tipos de “rocas” diferentes. Las de origen volcánico y los carbonatos.
Las de origen volcánico están formadas esencialmente por coladas volcánicas masivas, diferentes materiales piroclásticos, procedentes de los diferentes domos volcánicos que jalonan el litoral de Cabo de Gata, y derrumbes de las paredes de los acantilados originados por diferentes movimientos tectónicos o por la erosión.
Los carbonatos forman el otro grupo principal presente en los fondos rocosos del Parque. Son principalmente sedimentos marinos formados con posterioridad al último episodio volcánico hace 7,5 millones de años.
Las rocas sedimentarias acumuladas, mientras los volcanes estaban activos, son una mezcla de arenas y conglomerados, procedentes de la erosión de los edificios volcánicos emergidos, y de carbonatos bioclásticos compuestos por restos de esqueletos y conchas de briozoos, bivalvos, algas rojas y erizos, junto con corales solitarios y otros invertebrados menos abundantes. Estos depósitos se formaron en zonas marinas poco profundas y cercanas a costa, que eran extensiones del Mediterráneo sobre los relieves volcánicos en plena generación.

La superficie de los diferentes fondos rocosos suele estar recubierta por una capa continua de organismos que dificulta observar con nitidez su origen y composición. Estos organismos han desarrollado, a lo largo de la evolución, toda una serie de estrategias para obtener espacio y defenderse de otras especies, ya que, debido a la dureza del substrato, la mayor parte de ellos viven sobre la superficie de éste, disponen de una limitada superficie para su desarrollo.
En general, la presencia de un determinado tipo de organismos está condicionada por la profundidad y, en consecuencia, por la presencia de luz; así, en aguas superficiales predominan las especies fotófilas (necesitan la luz), en concreto las algas, mientras que en las llamadas zonas esciáfilas (con poca luz) predominan los organismos animales, tal es caso de zonas profundas o su equivalente en zonas más superficiales: las cuevas.

Los fondos rocosos como ecosistema
Como comentamos en el nº anterior, podemos clasificar los fondos duros en función del grado de influencia del medio marino, así tenemos organismos que sólo se ven afectados por las salpicaduras o por los grandes temporales o zona supralitoral; otras zonas que están emergidas y sumergidas periódicamente por las mareas o el oleaje, llamada zona mediolitoral y, por último, aquella zona que está siempre sumergida o zona infralitoral.

Zona supralitoral
Los organismos que están adaptados a este medio deben enfrentarse a unas duras condiciones de vida, con escasez de agua y altas temperaturas. Hay pocas especies en esta zona, siendo moluscos como los bígaros (Littorina punctata y neritoides) conocidos en la zona del Parque como “gurugaos” y crustáceos como las Mulatas (Chthamalus depressus) los más habituales.

 
Foto:
Fractura en los acantilados de Loma Pelada © Subparke
Estrellas de Mar © Subparke
Imagen mediolitoral. Los Escullos © Subparke

Zona mediolitoral
A continuación de la zona supralitoral encontramos esta zona en la que podemos
encontrar las primeras algas y una gran abundancia de organismos animales. La presencia de unos u otros viene determinada por el grado de exposición a la desecación o emersión que tengan, de esta manera, entre las habituales en zonas más expuestas a la desecación, estarían las lapas (Patella sp.) y algunas algas como Risoella verrucosa. Otras especies se presentan en zonas con constante emersión/inmersión producida por el vaivén de las olas. Tal es el caso de numerosas especies de algas y organismos animales. Suelen ser especies muy sensibles a las sustancias contaminantes. En las cubetas de agua que se forman en el mediolitoral se pueden encontrar especies propias de zonas completamente inundadas como los erizos o estrellas de mar.
En la zona de transición entre la zona medio litoral y la infralitoral destaca la presencia
de los vermétidos. Se trata de formaciones de origen orgánico constituidas por los tubos calcáreos del molusco sésil colonial Dendropoma petraeum recubiertos por los talos de algas rodofíceas incrustantes, fundamentalmente Spongites notarsii. El aspecto es como el de una roca y sobre ella se instalan otras especies. Cuando estas comunidades se ven afectadas por la contaminación se produce la desaparición de estas formaciones por lo que se trata de una especie bioindicadora, que refleja el buen estado ambiental del lugar donde se encuentra.
Estas estructuras, que pueden llegar a formar plataformas tanto verticales como
horizontales de más de 25 cm de grosor, sólo aparecen en las islas Baleares y en la península Ibérica entre las costas de Alicante y Almería.

Foto: Formación de vermétidos en el Embarcadero de Los Escullos © Subparke
 
   

Zona infralitoral
Es la zona que está constantemente en inmersión. Tiene unas condiciones ambientales más estables que las dos anteriores zonas (supra y mediolitoral) por lo que puede presentar una vida más diversa y abundante.
En los fondos rocosos bien iluminados y protegidos del hidrodinamismo se instalan las comunidades de algas. Si la transparencia de las aguas permite que la luz penetre, pueden extenderse hasta más allá de los 30 m de profundidad. Se trata de una comunidad de tal complejidad y diversidad que se puede comparar con los estratos vegetales al igual que los bosques terrestres.

Foto:
Organismos típicos de un ambiente de cueva © Subparke
El primer estrato lo formarían las algas calcáreas incrustantes, a su vez recubierto por pequeñas algas. Estos dos primeros estratos serían de algas esciáfilas ya que las algas que crecen por encima tamizan la luz. Les seguirían el estrato arbustivo, que lo formarían las algas erectas bajas y otro arbóreo de algas de mayor porte. Algunas de las algas típicas de estos fondos son: el champiñón de mar Acetabularia acetabulum, el codio o boina Codium bursa.
La degradación de esta comunidad por la contaminación implica la pérdida de
biodiversidad y la desaparición progresiva de los estratos algales, quedando sólo aquellas que son más resistentes.
En la zona infralitoral rocosa, además de las algas anteriormente descritas, también está presente la fanerógama marina Posidonia oceánica o Lijo como se conoce en nuestro territorio.
Foto: Posidonia oceaánica © Subparke

Otra importante comunidad que se presenta en la zona infralitoral es el coralígeno. Se
trata de una formación de algas calcáreas constructoras de hábitat que se encuentra sobre los fondos rocosos de mayor profundidad o en otros fondos donde se den condiciones ambientales similares, como cuevas o zonas más superficiales con poca iluminación. A pesar de que no son corales, se le denomina coralígeno por su similitud a la de los corales de los mares tropicales.
Algunos fondos de coralígeno han podido tardar en formarse más de 5000 años. Son
comunidades de gran valor ecológico y de elevada vulnerabilidad ya que las especies
bioconstructoras son de crecimiento muy lento. El coralígeno combina la presencia de especies animales y vegetales que tienen facilidad para calcificarse parcial o totalmente (gorgonias, esponjas, briozoos, etc.).
La pesca de arrastre o el uso de dragas en las pesquerías suponen una gran amenaza
para estos ecosistemas. Los cambios ambientales (cambio climático) es otro de los peligros para este tipo de fondos, ya que el aumento de la temperatura del mar puede afectar al ritmo de calcificación de las algas calcáreas o causar una alta mortandad de los animales suspensívoros (animales filtradores) como la Nacra.
Por último encontramos las formaciones llamadas maërl, constituidas por algas calcáreas(rodofíceas) que puede encontrarse hasta fondos bastante profundos. Tienen la particularidad de ser formas de vida libre (no fijadas al sustrato) y de fijar carbonato cálcico, lo que les da un aspecto pétreo y reciben el nombre genérico de rodolitos.

Feliz otoño para todos y todas. Continuará…

Fuentes:
Instituto de Ecología Litoral. Gestión Sostenible de la Costa.
El Ecosistema Marino Mediterráneo. Guía de su Flora y Fauna.

Karlos Mina
Director Técnico Subparke
karlos@subparke.com