Dicen que esta vez no hay vuelta atrás. Según ellos, los modos de producción y el modelo económico de turno a nivel global tienen que ser modificados cuanto antes.
“Es el capitalismo salvaje -y no el dióxido de carbono- lo que ha permitido saltarse todas las normas y apoderarse de la economía global (desde los años 80) abocándonos a la destrucción del planeta y a una creciente desigualdad entre los seres humanos que lo poblamos.
Es decir que el problema no es sólo que la temperatura del planeta suba. Con eso ya estaremos bastante jodidos. La cuestión es que este neocapitalismo genera un sinfín de problemas, y que el mayor es que está en juego el propio mecanismo de sostenibilidad de la tierra.”
“No queremos vernos obligados a sobrevivir en un mundo del que hayamos hecho algo prácticamente invivible”. Después de todo, “ni la esclavitud ni el apartheid terminaron porque los gobiernos así lo hayan querido: las movilizaciones masivas no le dejaron otra opción a los líderes políticos”, expresaron en el libro Stop Climate Crimes, según informó el diario británico The Guardian.”
Fracasos anteriores
Durante el pasado agosto a 100 días de la COP21, el comisionado para el clima de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, ya advertía sobre la imperante necesidad de llegar a un acuerdo en diciembre, sobre todo tras los fracasos de las conferencias anteriores, en especial la de 2012 en Copenhague. Así lo dijo también el embajador de Bolivia en las Naciones Unidas, Pablo Solón, en diciembre del año pasado.
“Terminaremos teniendo algo peor al protocolo de Kioto. Éste contenía niveles y compromisos de reducción de emisiones. Pero han cambiado el lenguaje: de compromisos a promesas. Ahora no son promesas sino 'contribuciones'”, declaró Solón.
En la reunión de 2012, ni Estados Unidos ni Japón, ni China ni Canadá –y luego se sumó Rusia– quisieron hacerle caso a las recomendaciones de las 500 páginas de Kioto. En consecuencia, estas recomendaciones fueron de tan solo el 15%.
Para entonces hacía seis años (2006) que les habían dado un plazo para hacer ajustes dentro de los próximos cuatro (2010) con relación a los modos de producción (desarrollo sostenible) y así impedir la escasez de agua potable que los científicos han afirmado sufriremos dentro de poco. Han pasado nueve y todo se quedó en dicho 15%, pues los países que más contaminan son los de la lista, en especial EE.UU., que genera más de un 50% de la contaminación global.
Sin embargo, ante nuestra estupefacción dos meses más tarde, quedando tan solo días para su realización "La ONU RECONOCE QUE LA CUMBRE CLIMÁTICA PUEDE NO LOGRAR SU OBJETIVO".
Los compromisos hechos hasta ahora por 146 países predicen que la temperatura crecerá al menos 2,7° antes de que acabe el siglo XXI. Obviamente estos compromisos no son suficientes. Aunque parecieran muchos países del mundo, sólo tres de cada cuatro países ya han anunciado cuáles son sus compromisos de reducción que esperan firmar en París, pero aún suponiendo un avance importante, serán insuficientes para lograr el objetivo de limitar el aumento de temperatura del planeta a 2° antes de finales del siglo XXI.
Es hora de decir basta y de realizar acciones en pro del futuro inmediato de nuestras generaciones.
Si no se actualizan los compromisos más allá de lo que previsiblemente desean firmar en la cumbre del clima, se elevará al menos 3,5° la temperatura del planeta antes de finales del siglo.
Cada pequeño aumento de temperatura supone una gran diferencia. Supone más sequías, mayor aumento del nivel del mar, eventos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos y sus correspondientes efectos económicos.
Los científicos calculan que cualquier aumento de más de 2° tendrá una repercusión impredecible porque puede desatar una reacción en cadena"
Son consecuencias gravísimas que no podemos admitir.
Hay que tener muy en cuenta que además el calentamiento global tendrá consecuencias especialmente perjudiciales para la mayoría de países pobres y en desarrollo. Muchos estudios indican que el aumento de las temperaturas afectará en mayor medida a los países menos desarrollados, que para colmo son los que han contribuido menos a este cambio climático.
En estos países, cuya población depende directamente de la tierra, cualquier cambio que afecte a las cosechas o al ganado tendrá consecuencias inmediatas y más graves.
Como persona interesada en la justicia social, y en representación de la asociación Mar solidaridad, deseo hacer un llamamiento para tomarnos en serio y actuar ante este gravísimo problema que, en un mundo globalizado, todos sufriremos tarde o temprano.
Pero es especialmente injusto e inhumano que sean precisamente los países empobrecidos por este sistema, que nos tiene presos a todos, los que vayan inicialmente a sufrir sus mayores consecuencias. Desde aquí hacemos un llamamiento para acudir a alguna de las manifestaciones programadas y mantenernos alerta en los próximos tiempos ante la necesidad del cambio que necesita el mundo.
El pacifista africano, Desmond Tutu, finalmente afirma que reducir las emisiones de dióxido de carbono no es solo una necesidad científica: "ha surgido como un nuevo reto para los derechos humanos en nuestra era".
En cualquier caso, si la respuesta ciudadana es contundente, hay razones para pensar que la Conferencia de las Partes o COP 21 de París, marcará un antes y un después en la lucha contra el cambio climático, gracias a la consecución de un compromiso vinculante y definitivo para la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera a partir del año 2020. Hasta esa fecha durará el aplazamiento que, desde la COP de Copenhague, se hizo al Protocolo de Kyoto, el cual marcaba un recorte en las emisiones de CO2 del 15% para los países firmantes con respecto a lo emitido en 1990.
El ‘Acuerdo universal sobre el cambio climático’ que se pretende cerrar en París tiene como objetivo principal limitar el aumento de la temperatura global en menos de 2º C. y como no presionemos con determinación corremos el gravísimo riesgo de que no se cumpla.
Así ante un cúmulo de problemas generados por la ambición desenfrenada de un reducido número de personas amparadas en un sistema económico que, siendo destructor, inviable y perverso, se nos ha presentado como el único posible e incluso positivo y necesario, “sustentado por la libertad y la democracia”, necesitamos una respuesta global a la altura de la crisis generalizada que ha comenzado.
El reto es pues monumental, como monumental ha de ser nuestra respuesta.
Para leer más:
Esto lo cambia todo, Noami Klein
Petroleras ya sabían daño del CO2 cuando financiaban a escépticos
El mundo marcha por el clima
Marcha Ciudadana por el Clima: la revolución comienza aquí (artículo del fundador de Avaaz, Ricken Patel - en inglés)
Paco Villalta
Kiosko de San José. Humanista
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La reunión, o COP 21, se celebra en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre. Es crucial, ya que debe desembocar en un nuevo acuerdo sobre el clima para mantener el calentamiento global por debajo de 2°C.
"El cambio climático no va a evitarse, porque ya estamos bajo un mundo completamente transformado por él. La atmósfera ya está cargada y hay un incremento de temperatura de 0,8 °C que va a continuar: no es cuestión de solucionar nada, sino de frenar mayores perjuicios y de manejar los riesgos."
Christina Figueres secretaria ejecutiva de la Convención de Naciones Unidas. |