Este año vamos a por la 4ª edición de Libros de Artista. Algo que empezó como una curiosidad se está convirtiendo en un tradicional encuentro entre público y creadores. En estos tres años anteriores más de 60 artistas que viven o tienen algún tipo de conexión con la comarca participaron con sus obras.
Pintores, grabadores, artistas plásticos, ceramistas, recicladores, grafistas, fotógrafos, tipógrafos, etc., nos sorprendieron con sus creaciones.

Pero ¿Qué es un Libro de artista?
Se puede definir como una obra de arte creada por un artista visual. Es opuesto al libro común que es un producto industrial vendido en librería. Los Libros de artista solo se encuentran dentro del mercado del arte. O sea, el Libro de artista no es un libro de arte, es una obra de arte.

El concepto mismo de esta modalidad relativamente reciente permite un sinfín de posibilidades y opciones, dando una libertad total a quien se aventura en este mundo. Se puede utilizar cualquier tipo de técnica sobre cualquier soporte, siempre y cuando la intención final sea la de un Libro de artista.

La expresión Libro de artista se encuentra por primera vez en 1904 en Francia bajo la pluma del crítico Noël Clement para designar un libro concebido y realizado por un grabador especializado en la estampa y que se sustituye al libro del editor.
En 1912 estos vocablos reaparecen relacionados con un libro de Marinetti (futurismo vanguardista). Podemos entonces atribuir a las vanguardias esta nueva modalidad artística, que pretendían acercar el arte al ciudadano de a pie.
Dadá y los surrealistas primero, los seguidores de Fluxus después, o los cercanos al Pop Art, todos produjeron Libros de Artista, así como los integrantes del Arte Conceptual.

El libro sirve de excusa, de punto de partida con un enfoque más conceptual. Se puede considerar este nuevo concepto dinámico, ingenioso y didáctico, como una forma de expresión especifica del siglo XX, que seduce y atrae cada año a más adeptos.

Un guiño a Dadá
Para esta 4ª edición, los artistas que participan con sus Libros nos presentan obras marcadas por un condicionante: el sello Dadá. Un guiño para este movimiento que cumple 100 años (1916-2016) y sigue tan actual. Este grupo de jóvenes artistas plásticos, pintores, escultores, músicos, intelectuales y escritores que tenían un gusto marcado por renovar y revolucionar con experiencias inesperadas y llenas de fantasía nos siguen intrigando. Con collage, recortes de periódicos,
materiales inéditos, poemas simultáneos o fonéticos, lenguajes heteróclitos y manifiestos publicitarios, dan importancia a la caligrafía y las palabras en libertad.
El principio de Dadá es de lo mas intrigante… En un contexto caótico y marcado por la 1ª guerra mundial, utilizan el juego como niños que se burlan de las conveniencias. Sorprenden utilizando el humor y la creatividad, se atreven a la extravagancia y la burla con la finalidad de desdramatizar. En contra de todos los valores establecidos, ya sean burgueses o religiosos, en contra de la sin razón política y ética, en contra de una guerra mortífera y atroz, se unieron para dar forma a sus rechazo y rebeldía. Dadá crea una especie de anti-arte moderno, Dadá es una provocación abierta al orden establecido. Sin lógica, se inclina por lo dudoso, la muerte, lo fantasioso y, sobre todo, por la constante negación.