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La cerámica contemporánea en l’Atelier Níjar |
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No se puede hablar de la cerámica sin referirse a su importancia histórica. Es una de las huellas más relevante para poder entender el pasado, las formas de trabajo, la cultura y el desarrollo histórico.
Con el descubrimiento del fuego aparecen las primeras obras de arcilla, generalmente femeninas: Venus, diosas, maternidad. Sociedades matriarcales o privilegio femenino, en muchas culturas el trabajo de la cerámica estaba en manos de mujeres. Quizás por la obra de creación, la sensualidad de su tacto, el aspecto mágico que convierte el barro en figuras, el fuego que le da su fuerza… o por la similitud de los términos que se pueden confundir con los culinarios: cocción, bizcocho, pasta, maduración, masa, temperatura, caldo...
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Sin embargo, con el tiempo, le costó mucho a la cerámica destacar sobre otras formas visuales como obra de arte. En muchas ocasiones se ha relegado a elemento de artesanía ornamental o utilitaria, cayendo en el olvido como un arte menor. Quizás fue también un freno su difícil aprendizaje y manejo así como los múltiples conocimientos necesarios a la hora de concebir la obra y llevarla a cabo, puesto que las cocciones, los esmaltes elegidos o las temperaturas adoptadas, son condicionantes ineludibles.
En los años 60 del siglo pasado, gracias al interés y la pasión de algunos ceramistas (entre otros Herbert H. Sanders y Kenkichi Tomimoto) llegaron de Japón otros conceptos y técnicas que nos hicieron cambiar drásticamente el concepto mismo de la dimensión estética intrínseca de la cerámica y cambió la base discursiva de la función utilitaria que la caracterizó desde sus orígenes.
El ceramista actual no busca la perfección de la obra, sino su lado matérico, gestual. Se experimenta con las texturas, las mezclas de arcillas con índice de retracción distinto que crean craquelados. Se respeta el carácter mismo del barro, dándole libertad para seguir su propio camino. Muchos ceramistas utilizan, además de los esmaltes, recursos como los engobes (tierras coloradas), la tierra sigilata, los sulfatos o el ahumado que crean efectos aleatorios y mágicos de lo cual resultan piezas únicas.
Sin embargo persiste su carácter táctil como un arte de las manos que remite al tiempo lento y pausado que marca su realización, y que propone pautas de contemplación que trascienden lo estrictamente visual.
La creación del ceramista es un proceso largo y delicado dentro del cual las aptitudes personales del autor definen la creación como única a través de un lenguaje artístico personal.
Pintores, escultores, diseñadores o arquitectos encontraron y encuentran en la cerámica una misteriosa inquietud.
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Fotos:
© Sara Sanz
© Chloé van der Mije
© Mar Torres
© José Manuel Vela
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Las obras presentadas en l’Atelier Níjar
Esta exposición colectiva de ceramistas consagrados y noveles de Níjar, Almería y provincia, en colaboración con la Escuela de Artes de Almería, tiene la particularidad de presentar técnicas, materiales y cocciones diversas.
Raku: técnica tradicional oriental originaria de Corea que se perfeccionó en Japón. Muy vinculada con la filosofía zen y la ceremonia del té. Consiste en sacar la pieza bizcochada del horno (800º) y ponerla directamente en contacto con un material combustible que arde creando una fuerte reducción de oxigeno.
Raku desnudo: lo mismo que el anterior pero con una esmalte no adaptado al soporte y que craquela al secarse por no tener el mismo índice de retracción. El negro del humo entra por estas fisuras creando unas texturas que aparecen una vez retirado el esmalte con suaves golpes de martillo, desnudando la pieza.
Obvara: piezas bruñidas y bizcochadas que salen del horno a una temperatura de 600º y que se bañan en una masa a base de harina. El resultado son unas manchas ocres y marrones, muy suaves y difuminadas.
Crines de caballo: la pieza bruñida sale del horno a 600 º y se le aplica crines de caballo que, al quemar, dejan un entramado negro.
Sulfatos: las piezas bruñidas se cuecen empaquetadas en trapos de algodón sumergidos en caldo de sulfatos de cobre y hierro. Se hornean en un agujero excavado en el suelo con retamas, serrín y otros combustibles. A continuación se tapa el horno y la cocción puede tardar una semana hasta que se consume el combustible. El resultado es una superficie moteada, con manchas de diversos tonos rojizos, amarillentos y marrones, a veces turquesa.
Esmalte: es un barniz que por medio de la fusión se adhiere al soporte cerámico. Puede tener varias funciones: decorativa o impermeabilizante.
Espero con estas breves explicaciones técnicas no aburrir al lector sino picar su curiosidad e invitarle a visitar la exposición en l’Atelier Níjar del 9 de julio al 30 de septiembre. Recordar también que Níjar tiene talleres de alfarería tradicional que se pueden igualmente visitar.
Asociación Tierra y Cultura-Níjar
Participan:
Oscar Aguilera - Sophie Cuendet - Antonio Flores - Santi Gargallo - Elena Gómez - Vidal Hurtado - Chesco Pérez Pujazón - Sara Sanz - Safi - Mar Torres - Chloé van der Mije - José Manuel Vela - Marta Villamil - Matthew Weir
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