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Arquitectura tradicional en el Cabo de Gata |
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La arquitectura tradicional también es patrimonio cultural de una tierra. El mantenimiento de la estética tradicional de los pueblos supone un atractivo turístico. Siempre que leemos algo sobre arquitectura popular tradicional almeriense aparecen numerosas referencias sobre el Campo de Níjar, lo que prueba lo peculiar de estas construcciones y su buen estado de conservación hasta ahora, de cuanto elementos la conforman: viviendas, molinos, aljibes, pozos, chiqueras, norias…
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Foto: Cortijo de La Loma © Oscar Molina |
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Pero también tenemos en San José, por ejemplo, el modelo de cómo no se debe construir en un espacio protegido. Y aún así podemos llorar con un ojo, pues, aunque queda lejos aquella estricta normativa de edificación de González Montoya a finales de los años 60, siempre ha habido normas urbanísticas que no permiten edificaciones en altura, con lo que las poblaciones del Parque se han salvado, de momento, de convertirse en un Benidorm o en un Roquetas. No ha sido así con la tipología del urbanismo y, sobre todo, de las edificaciones tan variopintas, que confieren a algunas poblaciones un aspecto tan heterogéneo que le hace perder totalmente su personalidad. |
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Foto: Casa tradicional en el Pozo de Los Frailes © JMJ |
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Como afirma Torres Balbás, la casa popular no es un producto exclusivamente geográfico ni puramente humano: sus formas llevan impresa la marca del medio geográfico y del factor humano; no depende sólo de la herencia o sólo del medio, sino de ambos a la vez1. Es la arquitectura del pueblo realizada por individuos pertenecientes al pueblo2 y, como tales, imprimen al aspecto de las poblaciones las características que derivan de las condiciones geográficas, naturales y humanas que las convierten en una seña de identidad, señas de identidad que se van perdiendo con la uniformidad con que están construyendo las viviendas en aras de las modas más que de la necesidad.
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Foto: Iglesia del Pozo de los Frailes © JG |
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Convencidos de que la forma tradicional de construir y urbanizar es también una parte del patrimonio cultural de la comarca, creemos que debe gozar de una protección tan rigurosa como el entorno natural o como otros elementos del patrimonio. No basta con limitar las alturas, hay que potenciar el aspecto tradicional de las poblaciones, con sus calles alineadas y adaptadas al relieve, no permitiendo modernas urbanizaciones como montones de formas arrojadas sobre la ladera o que se corresponden con el esquema general de todas las urbanizaciones turísticas despersonalizadas. |
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Foto: Casa tradicional Las Presillas © Oscar Molina |
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Se debe potenciar también la estética tradicional de las viviendas, ya que su aspecto exterior, por muy tradicional que sea, no tiene porqué restar confortabilidad a su interior y si, antes con los materiales tan precarios que había, se construía así hoy con los recursos actuales se puede hacer como se quiera. Es necesaria una política de control de la edificación más específica, no solo de rehabilitación de la arquitectura popular existente, sino para las nuevas construcciones, campañas de divulgación para convencer a los ciudadanos de que la estética tradicional no es sinónimo de la pobreza de antes y algún plan de incentivos para ese tipo de construcciones, como el que me contaba un arquitecto gallego sobre algunos pueblos de su tierra donde los ayuntamientos regalaban los proyectos de obra para que se hicieran las casa según la tipología tradicional. |
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Foto: Casa tradicional con horno en El Argamasón © JG |
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Estamos convencidos de que el mantenimiento de la estética tradicional de los pueblos también es un atractivo turístico.
Asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar
1. Torres Balbás, L. La vivienda popular en España. Folklore y costumbres de España, tomo III, edición facsímil, p. 148. Ed. Merino, Madrid 1988
2. García-Lisón, M. Reflexiones a modo de prólogo sobre la arquitectura popular. Gil Albarracín, A. Arquitectura y tecnología popular en Almería, p. 13. Almería 1992. |
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