LA MATERIA SE TRANSFORMA
Nané no cree que el artista permanezca, sino que se trasforma. Y esa trasformación se testifica en su obra a través de una gran cantidad de estilos. Ha pasado por el realismo, lo figurativo, lo abstracto, lo simbólico y “lo innominado”. Porque ante todo, Nané es un explorador al que no le importan los nombres de la leyes, sino el orden de esa ley. Para él, en la creación, no hay jerarquías. Todo está igualado, equilibrado en su importancia. EL hombre, la flor, el viento o el símbolo, participan de forma sincrónica y coordinada. Dice que “Todo en esta vida está interrelacionado. He querido insinuar que todo es lo mismo. Todo es materia viva y cada elemento forma parte de una única cosa”.
La figura humana ocupa un lugar representativo en la evolución victoriosa de este autor. Desde sus principios en que era una figura realista, hasta la de hoy en día en que es un cuerpo enlazado a otros cuerpos, no ya humanos. “Siempre ha sido muy llamativa la figura del ser humano para mí. La hago de mil formas. Hay en su representación una necesidad que crea un dialogo constante”. Pero eso sí, el hombre desde su perspectiva y no desde la que le imponen. “Hubo una época en que me metí en hacer encargos, Hacía retratos, más convencionales, eran peticiones. Eso me exigía tapar mis ideas y me encontraba muy mal, Es muy dura la independencia”. Y aunque sea dura, la ha elegido.
Ahora puede mantenerla. Da clases por las tardes y durante el día sólo pinta, y ya le parece poco tiempo el que le dedica.
“Me levanto todos los días sobre las 6 de la mañana y pinto siempre como una necesidad”.
DEL VACÍO AL CONTENIDO
Nané trabaja con técnicas diversas. Siempre ha deseado descubrir, aprender por sí mismo (con 17 años se empapó de teoría con una Historia del Arte que le llegó, hasta que supo que la mejor teoría es aquella que se escribe con la vida). Y todo ese aprendizaje multiforme ha dado como fruto mucha diversidad. “Pasé una época muy simplista, representaba el vacío. Ahora necesito meter más cosas para que digan algo… para que exploten”.
En la actual exposición, toda esa explosión hace un efecto de big-bang. De una idea surge una única expresión. Todos los cuadros forman uno solo. Así, los lienzos no están titulados porque no son independientes unos de otros. Mantienen continuidad de contenido y de forma. “El título limita el contenido del cuadro. Los acota”.
Este autor de la totalidad se siente coherente con toda su creación y aprueba cada expresión como manifestación de las etapas de la vida evolutiva del artista. “Hay épocas en la vida del pintor, como en la vida misma. En la primavera quieres romper con todo, es una estación muy agresiva. Recuerdo en Canarias, una muestra en la que la gente temía entrar porque todo eran lienzos negros, oscuros y grandes… Pero era necesario pasar por ahí para llegar a donde estás ahora. Después te vas esencializando. La vida te va dando cierta sabiduría y ahora busco ver qué es lo que me ha movido para llegar a este punto”.
Y el punto en el que está Nané, es ese veranillo del membrillo donde ya la luz es precisa y clara.
Josefina Aguilar Recuenco
TICU
Asociación artístico cultural Tierra y Cultura Cabo de Gata-Níjar
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