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Gente del Parque

Marga Estebaranz

 

Entrevista en mayo 2011 en San José.

¿Te acuerdas cuándo viniste por primera vez aquí?
Sí, hace veinte años. Yo vivía en Madrid y vine aquí porque conocí a Jens y me enamoré de él. Y a los tres años de estar viajando de Madrid a Almería, nos planteamos vivir juntos, él no se quería ir a vivir a Madrid. Entonces tuve que decidir dejarlo todo, trabajo, familia y amigos. ¡Y aquí estoy!

¿Dónde os conocisteis?
Vine un fin de semana con una amiga a este maravilloso pueblo, fue la primera vez que vine a San José. Esta amiga conocía a Jens de vista y así coincidimos en el puerto y estuvimos tomando una cervecilla. Así le conocí. Entonces, el siguiente fin de semana, me llamó diciendo que había una regata y me invitó a participar. Yo nunca había subido a un barco. Me vine y ahí empezó nuestra historia.


 

¿En qué trabajabas en aquel momento?
En Madrid trabajaba en Cruz Roja, en relaciones públicas. Y como voluntaria en el servicio aéreo de rescate y salvamento. Soy madrileña, toda mi familia vive en Madrid. Pero un día me levanté y dije: me voy.

¿Cuántos años tenias?
Treinta. Al principio lo pasé muy mal en San José, horrible. Tenía mucho tiempo libre y poca actividad. Jens trabaja en el observatorio hispano alemán que hay en el Calar Alto. Y yo estaba mucho tiempo sola, y no conocía absolutamente a nadie.

¿No sabias disfrutar del mar y del paisaje?
No. Porque tengo un defecto. No sé estar sin hacer nada. Es decir el no tener nada que hacer mañana, para mí es un problema. Luego empecé a restaurar mi casa, y poner mucho verde en el jardín. También hice diseño en Madrid y un día empecé diseñando iluminación. Nosotros tenemos aquí un taller donde diseñamos y fabricamos lámparas. Es una empresa.

Foto: Marga © LF

¿Y cómo empezó esto?
Para decorar la habitación de mi hijo compré telas en una tienda de Almería, y les comenté mi proyecto, les gustó tanto la idea que me pidieron verla cuando estuviera acabada. Ahí comenzó una relación laboral, comencé decorando varios pisos piloto y habitaciones infantiles. Como no encontraba pantallas que me gustaran, empecé a hacérmelas yo, lo cual tuvo mucho éxito. En vista de ello me hice un book con fotografías de mis pantallas y las presenté en la Feria Internacional de Valencia. No fue fácil entrar, pero finalmente empecé a exponer este innovador producto a nivel internacional, y gustó tanto que tuve que crear una empresa y la infraestructura necesaria para producir todos los pedidos que me hicieron. Pedidos que vinieron de lugares tan distantes como California, Kuwait y Francia.

¿Cómo te has trabajado esto de tener toda la información sobre el material que hay?
Pues, tirando el hilo unos a otros. Cuando empecé a hacer pantallas no sabía hacerlas, entonces me fui y compré tres o cuatro, las deshice y entonces lo vi. Y la imaginación comenzó a correr. El proceso productivo es totalmente artesanal y en él incluimos lo que pensamos que es el ingrediente más innovador: el diseño. Pretendemos aportar a estos complementos de la iluminación conceptos nuevos, originales y diferentes. En definitiva, otra forma de ver y de utilizar la luz artificial como elemento importante en la decoración. El mundo infantil es uno de nuestros grandes proyectos y en él derrochamos imaginación. Y funciona bien, hay mucha creatividad dedicada a los más peques.

¿Os afecta la crisis económica?
La decoración en general está en crisis, es un sector de los primeros que entró y seremos de los últimos en salir. Nosotras apostamos por el diseño. Disponer de la totalidad de la fabricación y del diseño de modelos, nos permite adaptar éstos a las necesidades, gustos, entornos y estilos de nuestros distintos clientes, de forma rápida y personalizada.

¿Qué perspectiva tienes de futuro y a dónde quieres llegar?
Yo realmente hubiera podido crecer mucho más y haber montado una empresa mucho más grande. Irme a una nave industrial, pero no quería convertirme en una persona en que mi prioridad fuera el trabajo y trabajar doce o catorce horas diarias. Yo quería compaginar y disfrutar de mi vida privada y de mi familia. Mi hijo es muy importante. Ya sabemos que para hacerte de los grandes, son horas y horas, viajes, reuniones y tienes que aparcar tu vida. Yo he optado por tener y hacer lo que me fascina y vivir con mi familia. Y lo he logrado. Somos un equipo que funcionamos, que nos gusta nuestro trabajo y nuestro tiempo libre es importante.

¿Y si alguien del pueblo, por ejemplo, quiere comprar una lámpara tendría que ir a Almería a una tienda?
Según y como. Si quiere algo exclusivo, habría que hacerlo en nuestros puntos de venta en Almería. Para productos ya hechos ofrecemos un espacio de Outlet, aquí en San José, en el que tenemos un gran stock procedente de los muestrarios que llevamos a las  ferias. Hay lámparas desde infantiles, techo, sobremesas, desde minimalistas hasta la más barroca. Lo vendemos al cincuenta por ciento del precio que tenemos en la tienda. Saldrían a precio de coste. En verdad es una super-ganga.

Para terminar, ¿qué significa para ti vivir en el Parque natural?
Pues yo vivo aquí accidentalmente, y al principio, lo pasé francamente mal, porque yo venía de una gran capital con mucha actividad. Al llegar aquí me agobié. Ahora tengo mi actividad aquí, y me siento bien.

¿Entonces has empezado a disfrutar de este sitio?
Después de veinte años, sin darme cuenta, mi vida está aquí. Ahora no podría vivir en Madrid, aquí hay calidad de vida, y tengo grandes amigos. Aquí tienes más contacto humano. En San José no hay que quedar con nadie, sino que bajo a la plaza, me encuentro con alguien y me tomo una cerveza o un café. En Madrid para lo mismo, primero quedas y luego inviertes dos horas. Tengo mi “kit” de amigas. Y luego disfrutas más del tiempo libre, ver las estrellas por la noche en Genoveses y tu amiga te dice dónde están estrellas como “Arturo”, o haces un curso en Rodalquilar de plantas o huerto, aquí disfrutas mucho más. Me gusta vivir aquí.

www.estebaranz.es

 

Entrevista realizada por Lisa Frohn

La entrevista entera en www.cabodegatalife.com