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Gente del Parque

Maika y Enrique

En este número 60 del Eco del Parque queremos recordar a dos personas muy queridas en Almería y en el Parque Natural Cabo de Gata Níjar, MAIKA y ENRIQUE.
Mª Carmen Aparicio, MAIKA para todos y todas, se fue el 29 de agosto del 2012 y ENRIQUE SISTACH, que nos dejó el 25 de febrero del 2013.

A Maika queremos decirle lo mucho que la queremos y que no olvidamos los divertidos y buenos momentos que hemos pasado juntos; tu generosidad, sensibilidad, espontaneidad, tus carcajadas y, cómo no, esas ganas de vivir que han sido tu bandera. ¡Tu presencia siempre andará por San José dando guerra! Es difícil olvidar algunas noches de verano observando las estrellas con Enrique Sistach en el mirador de la Amatista, donde Enrique nos daba clases magistrales sobre el universo, y disfrutamos como niñas de aquellos momentos especiales.

Foto: Aparcamiento en Mónsul © JG

 

Maika, ha sido un placer y le damos gracias a la vida por haberte conocido, y porque nos haya puesto en el mismo camino en un momento determinado del tiempo.

     

Y a tí, Kike o Enrique “Siestás”, como Juan y yo te llamábamos, decirte que para nosotros siempre estás; y que cuándo paseábamos y aún seguimos paseando por la playa de San José, vemos tu pequeño y precioso observatorio del cielo, que con tanta ilusión y pasión te hiciste. Te llamábamos y te seguiremos llamando, a voces y entre risas, “Hey… Enrique SIESTÁS! ¿Cómo estás?”.

Queremos desde este Eco de Verano, recordar y agradecer a Enrique su gran labor por tantos proyectos que llevó a cabo y que llegaron a buen puerto por su constancia, tesón y gran trabajo.

Foto: Aparcamiento en Mónsul © JG

 

Él fue, entre otros, uno de los impulsores del puerto deportivo de San José en la primera década de los 80; Director General de Michelin desde el año 1975 hasta 1986; por cuenta propia creó una empresa dedicada a la compraventa de bienes inmobiliarios y fue uno de los socios fundadores de la Asociación de Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar y miembro fundador de la revista del Eco del Parque.

   
     

Recuerdo aquellas primeras reuniones; éramos pocos y no creía mucha gente en la Asociación de los Amigos del Parque. En tu casa o en la de Lisa Frohn, pasábamos tardes enteras entre sonrisas, té, cerveza y buen rollo; intercambiando ideas, textos y muchas ganas de hacer bien las cosas para que el proyecto saliera adelante.

Foto: Aparcamiento en Mónsul © JG

 

Los primeros Ecos del Parque se hicieron con tu ordenador, sin medios, sin dinero y qué simples y apañados nos quedaban. Primero fueron seis páginas, luego 12… Cada ejemplar iba aumentado de tamaño y veíamos, con mucho trabajo e ilusión, cómo crecía y se consolidaba, a pesar de las duras críticas, en un referente para el Parque hasta convertirse en este estupendo y bien “currado” número 60 del Eco.

 
 

Gracias Enrique por tu vitalidad, tu entusiasmo por todo lo auténtico, por ser un buen tipo, por tu sensibilidad demostrada en tus aficiones: el mar, el universo, la música, la naturaleza, las buenas conversaciones y, también, por haberte cruzado en nuestro camino. Y como te dicen tus nietos, que te han escrito una preciosa carta: “Aunque ya no estés aquí, nos seguiremos acordando de ti”.

Enrique Sistach (“SIESTÁS”), siempre estarás en nuestros recuerdos.

Luisa Cobo G.

* * *

Querido Kike:
Te echamos mucho de menos porque has sido un abuelo estupendo.
Contigo hemos aprendido a navegar, a tocar el piano, a identificar algunas estrellas, hemos volado aviones y estrellado alguno en la playa de Genoveses.
Has sido un abuelo aventurero con el que hemos esquiado y pinchado alguna rueda en la montaña del refugio de Miguel. Ahora estaréis juntos hablando de piedras, flores y estrellas, también nos acordamos de él y le echaremos de menos este verano.
A pesar de todo, estos últimos meses han sido un regalo para nosotros. Hemos podido desayunar todos los días contigo, molestarte un poco durante la siesta y hasta jugar al fútbol en la terraza.
A partir de ahora, tal y como tú nos pediste, cuidaremos entre todos de la abuela Brigitte para que no esté triste.
Dale a Victoria un beso de nuestra parte y cuidarnos mucho desde el cielo.
Aunque ya no estés aquí, nos seguiremos acordando de ti y estarás con nosotros en nuestros corazones.
Te queremos mucho,

Tus nietos