La decisión de permitir que agua desalada procedente de la planta de Carboneras llegue a cultivos bajo plástico del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar contradice frontalmente la filosofía recogida en los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales de este espacio protegido. Uno de sus objetivos es la conservación de los paisajes áridos terrestres, los agroambientes áridos y los costero-marítimos, como expresión de la integridad de ecosistemas y la interacción entre el medio natural y la actividad antrópica tradicional, desde el reconocimiento de que su excepcional singularidad constituye el principal referente de este espacio.

Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, junto al Grupo Ecologista Mediterráneo y a Ecologistas en Acción, nos hemos opuesto frontalmente a esta iniciativa por los efectos negativos que para la conservación de los hábitats naturales representa y por la transformación del paisaje.

La decisión, que permitirá el riego de más de 200 hectáreas de las zonas de Pujaire-Mazarrulleque, Los Martínez y El Jalí, va a provocar también la realización del trazado de tuberías por zonas consideradas de marcado carácter forestal en las que la función protectora de la vegetación frente a los agentes erosivos, la regulación de los recursos hídricos, su valor ecológico y paisajístico, o su importancia en la biodiversidad del Parque Natural, se consideran cuestiones prioritarias en el aprovechamiento de sus recursos.

Los grupos ecologistas no entendemos cómo no se ha tenido en cuenta estas normas del Parque y se ha concedido la autorización de agua desalada para el riego de cultivos. Mucho nos tememos que, al dejar abierta también la puerta para poder aumentar a más del doble la zona regable, en unos meses nos encontremos con casi 500 hectáreas de invernaderos dentro del Parque Natural.

Asociación Amigos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar