Desde hace siglos en China e India practicaban la risa como terapia para equilibrar la salud. Ahora que la cultura y el saber oriental son cada vez mas conocido por los occidentales, este tipo de terapia se está utilizando con muy buenos resultados.
En Mumbai (India) un profesor de educación física llamado Kataría es fundador desde 1995 del yoga de la risa. Kataría promete que este tipo de yoga libera del estrés, aumenta la inmunidad, combate la depresión y hace que las personas sean más positivas. Cuando empiezas a reír, tu química y tu fisiología cambian y tus posibilidades de experimentar la felicidad son mucho mayores, afirma Kataría.
Hay estudios que ponen de manifiesto la relación directa que existe entre el humor y la salud. Mientras reímos los músculos se relajan, los ojos se lubrican, los vasos sanguíneos se dilatan, los tejidos se oxigenan y el cuerpo segrega endorfinas, responsables de la sensación de bienestar. La risa autentica permite vaciar la mente de los pensamientos y emociones que la ocupan, distanciarse de los problemas y verlos desde puntos de vista nuevos. El humor aleja a un segundo plano todo aquello que impide disfrutar de la alegría de vivir. El sentido del humor nos hace creativos porque nos obliga a imaginar una realidad distinta. Es por lo que puede ser un buen antídoto contra el dogmatismo. La religión o la política tienden a excluir el humor, porque dar otro significado a las cosas es sinónimo de trasgresión. Cuanto mas dogmática es una sociedad menos sentido del humor hay en ella.
Sabemos que reír es intrínsecamente humano. Sólo de algunos primates se puede decir que ríen. La risa aparece en un estadio muy temprano de la vida, antes de aprender a hablar y pensar, es decir antes de usar el lenguaje. Pero lo que todavía no ha llegado a descubrirse cual es el mecanismo que nos hace “partirnos de risa”.
Lo que sí sabemos es que para tener sentido del humor y llegar a la risa se necesita espontaneidad, creatividad y un enorme sentido de libertad y que la capacidad de sonreír y apreciar lo divertido es un indicador del estado de salud de una persona.
No es preciso que realicemos ningún curso de risoterapia para disfrutar de sus beneficios, basta con que busquemos más ocasiones para la risa con las personas que frecuentamos, esos momentos compartidos crean además un vínculo más estrecho entre las personas que lo han vivido.
Vale la pena probar su eficacia sobre nuestra salud, es además una medicina que no tiene efectos secundarios.
Clara Milla
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