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Senderismo, rutas para el alma y el cuerpo
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Hace ahora diez años y unos meses que la Asociación de Amigos del Parque hace rutas por este espacio natural de una manera continua. Al frente de esta actividad, como promotor y guía experto, un hombre enamorado de este paisaje: Julián Vera. Su iniciativa se ha convertido hoy en un punto de encuentro para los Amigos del Parque y también para curiosos y visitantes que acuden puntuales a la convocatoria mensual.
“Hace 21 años empecé a moverme por la zona”, explica Julián. “Al principio en plan turista. Conforme iba visitando más rincones del Parque, más me picaba la curiosidad de conocerlo a fondo. Pasados unos años, aproximadamente hace catorce, empecé a hacer rutas con amigos de una manera informal. Caminar por el Parque me hace sentir una felicidad difícil de describir. Me llena de paz y libertad. Deseaba compartir estas sensaciones con otras personas. Y pensé que podía canalizar esta actividad a través de la Asociación de Amigos del Parque; y tener así la oportunidad de mostrar a otros el tesoro que tenemos los que vivimos aquí: la suerte de poder disfrutar de este paisaje.” |
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Fotos: Ruta “Costa mágica”, 8 de noviembre 2009 © GG |
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Beneficios de caminar
La Organización Mundial de la Salud recomienda caminar al menos treinta minutos al día como fórmula para prevenir un sinfín de enfermedades, entre ellas los infartos de miocardio y los accidentes vasculares cerebrarles prematuros. Entre los muchos beneficios que las investigaciones atribuyen al caminar están: mejorar la oxigenación y la circulación de la sangre, disminuir el colesterol malo (LDL) y aumentar el bueno (HDL), contribuir al consumo de calorías, regular la presión arterial, prevenir la osteoporosis y la artrosis, evitar la hiperglucemia, colaborar contra la aparición de diferentes tipos de cáncer, tonificar los músculos, elevar las defensas, disminuir la ansiedad y combatir el insomnio.
Consejos básicos para una práctica saludable
Para quienes acaban de iniciarse se recomienda velocidad lenta, pasos cortos, brazos relajados con balanceo lento y posición corporal levemente inclinada hacia delante. Según se va avanzando se puede aumentar la velocidad, la zancada y el balanceo de los brazos. Hay que entrar en calor poco a poco. Comenzar o terminar la caminata muy deprisa. Y no caminar más de lo que se puede ni más rápido de modo que nos falte el oxígeno o el cuerpo acabe dolorido. Al principio lo ideal es practicar 2 ó 3 veces por semana veinte minutos. Gloria Garrido |
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