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Faltan muchas cosas en la nevera, además necesito productos de limpieza y de higiene, así que hoy voy a hacer la compra. Cojo la lista, voy al supermercado y cargo en un carrito todo lo que creo que necesito. Normalmente voy con prisas, y por falta de tiempo cojo lo que tengo apuntado en la lista y elijo marcas que, creo, son de mi confianza por la calidad y por su respeto a la naturaleza y para qué nos vamos a engañar, por su precio. Hasta aquí, en nuestra sociedad de hoy, esto es lo más común.
Pero, cuando adquirimos estos productos, no se nos ocurre mirar la parte de atrás de la etiqueta, leer la composición de los ingredientes, si es de origen animal, ni buscar el logo del conejito lanzado por las empresas que se han unido al proyecto Humane Cosmetics Standard para la Abolición de los Experimentos con Animales, para más información:
www.eceae.org
www.gocrueltyfree.org
Porque “Clínicamente probado” o “Testado bajo control dermatológico” no implica que los productos no hayan sido testado sobre animales. Cuando el producto llega a nuestras manos, muchos primates, perros, gatos, conejos, ratas, cabras, cerdos, pájaros…, han sido sacrificados, provocándoles unos dolores horribles antes de su muerte, y los pocos que han sobrevivido se vuelven a emplear en otros experimentos a su misma suerte. En Europa se estima que se emplea unos doce millones de animales en experimentación, pero seguramente son muchísimos más.
Lo peor de todo es que, a día de hoy, existen métodos alternativos como son el cultivo de tejidos humanos, cultivo de bacterias, simulaciones por ordenador, bases de datos de pruebas ya hechas, pruebas en voluntarios humanos con técnicas no invasivas, vigilancia tras el lanzamiento de un medicamento…, por lo que estas muertes y dolores se podrían evitar. Estos datos los podéis consultar en diversas páginas en internet, os doy referencia de algunas de ellas, aunque por desgracia es para “ponerse a llorar” porque el contenido es de muchísimo sufrimiento:
www.forovegetariano.org
www.animanaturalis.org
www.stopexperimentacionanimal.org
Nosotros, como consumidores, no nos damos cuenta de todo este elaborado proceso, creemos que estamos solos y que no podemos hacer mucho ante grandes corporaciones que testan en animales, como son Procter & Gamble-Gillette, Nestlé, Colgate-Palmolive, Mars-Effem, Unilever, Johnson and Son, Reckitt & Benckiser… Este tipo de empresas no tienen ética ninguna con respecto a la experimentación en animales y se rigen por los beneficios económicos que les reportan sus productos, por lo que está en nuestra mano como consumidores el poder cambiar esto. Porque es a nosotros, a ti y a mí, a quien quieren vender sus productos, y somos nosotros como consumidores los que tenemos el poder de optar por otras marcas que no tengan sangre en sus manos.
Podemos empezar por cambiar la comida del perro o del gato (que también la testan en animales, produciendo fallos renales y luego recuperándolos con comidas bajas en proteínas), o por el champú del pelo (que los suelen aplicar a los ojos y en la piel de los conejos produciéndoles todos tipo de irritaciones, a veces hasta se quedan ciegos o se parten el cuello porque no pueden rascarse los ojos). Al cambiar nuestra mente para con ellos podremos cambiar este mundo. Aunque no nos engañemos, porque las multinacionales se rigen por la “ley del dinero” y quieren seguir teniendo el monopolio. Pero los tiempos van cambiando y tienen que optar por nuevos métodos que no testen en animales sus productos, para mantener y conseguir a nuevos clientes. Y esos somos nosotros, los que tenemos la última palabra.
En las siguientes páginas podéis obtener un listado de las empresas cosméticas que no experimentan con animales:
www.addaong.org/informacion_cosmeticas.html
www.gocrueltyfree.org
Mónica Rodríguez Castillo
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