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Entrevista con Anne Kampschulte,
escultora afincada en Zurgena (Almería) con ocasión
de su exposición en el Jardín de los Sueños
en Rodalquilar, en abril de 2003.
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Foto:
Exposición en el Jardín de los sueños,
© Anne Kampschulte |
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P: Quiero empezar con
una frase tuya que lei en el texto de la exposición
en El Jardín de los Sueños, en Semana
Santa. Allí dices que "Llegando a
los límites se encuentran los caminos"
¿Qué quieres decir con esto?
R: Es una experiencia mía que he tenido
en varias ocasiones. Por ejemplo, en el teatro,
en la improvisación, sólo al límite
se llega a una nueva visión de las cosas.
Pero dentro de los límites hay muchísimas
posibilidades. Y antes de haber conocido estas
posibilidades, no se debería sobrepasar
la frontera, si no se pierde la calidad del movimiento.
Es una tema importante para mí.
P: ¿Estarás
de acuerdo en afirmar que "La creatividad
necesita límites para desarrollarse"?
R: No me atrevo a decir eso. Pero a mí
me gusta crear un marco al principio del trabajo
creativo. Es decir, que empiezo a trabajar a partir
de un concepto que me atraiga mucho; por ejemplo,
el concepto "cruzando". Éste
me ha interesado como movimiento plástico.
Empecé una serie de trabajos con un inicio
de lo más simple, que consistía
en dos elementos cruzándose. Siempre a
partir de una sola pieza. Así se han desarrollado
esta serie de trabajos "cruzando", y
todavía no he llegado a los límites,
porque me parece que es un concepto eterno.
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Foto:
Anne Kampschulte, © LF |
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Foto:
Exposición en el Jardín de los
sueños, © Anne Kampschulte |
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P: El título
de la Exposición en Rodalquilar:
"Diálogos con piedras".
¿Las piedras te hablan?
R: Sí.
Las piedras me hablan, y me atraen mucho
por su fuerte presencia en la naturaleza.
Al principio, cuando elijo este material
para mi trabajo artístico, no puedo
decir, concretamente, la piedra me dice
tal cosa. Pero mirando una piedra, ésta
me provoca un deseo de darle la forma que
se esconde todavía. La piedra me
la sugiere y yo la veo. Muchas piedras no
quieren que las toque. Están ya terminadas
en su forma. Hoy mismo, en la playa de Rodalquilar,
¡he visto tantas esculturas! Estando
abierto y despierto es muy fácil
descubrir la belleza de la naturaleza.
P: Piedra y cojín,
esa combinación provoca algo como
un susto, es muy contradictoria ¿Cómo
y cuándo se te ha ocurrido la idea
de hacer cojines de piedra?
R: Lo blando atrae y quieres tocarlo y acariciarlo.
La piedra también, pero es muy dura.
El volumen es un concepto importante en
la escultura, lo ví un día
en un cojín. Fue un momento de descubrimiento
y decidí comenzar a trabajar esta
idea. Al principio también quería
hacer algo figurativo, pero he sentido durante
el trabajo que ya no me importaba crear
cojines. Lo que me importaba era la sugerencia
de algo blando que lleva una energía
en el interior expresado por el movimiento
del volumen.
Empecé con
los cojines para la pared. Para mí
misma fue una sorpresa cuando decidí
colocar una pieza en la pared. Así
ganaba algo de ligereza, y me encantaba
sacar el cojín de su entorno. Después
hice cojines de piedras redondas y, poco
a poco, se hizo independiente la forma de
la idea figurativa "cojín".
Y con ello volvemos al tema de los límites,
porque lo figurativo supone un límite,
lo que no quiere decir que tenga menos calidad.
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Fotos:
Exposición en el Jardín de los
sueños, © Anne Kampschulte |
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P: Vives en Andalucía
desde hace doce años. En Alemania
dejaste atrás la carrera como profesora
de arte, matemáticas y química.
Tu primera casa en España estaba
en Macael, allí empezaste tu camino
como escultora. ¿Este cambio en tu
vida fue planeado u ocurrió a base
de circunstancias y casualidades?
R: Estudié arte. Durante los estudios
decidí trabajar la piedra, como ya
he dicho, era el material que me hablaba.
Como profesora no tenía la tranquilidad
y la energía para mi deseo de dedicarme
a este oficio. Así que decidí
coger un año sabático para
trabajar la piedra. Durante mis vacaciones
de verano una amiga me invitó a Cataluña
donde tenía la posibilidad de hacerlo.
Ocurrieron otras cosas que me llevaron a
Macael, el sitio donde está la materia
prima en las canteras y allí me afinqué.
Pero primero me fui medio año a Granada
para aprender español y, por supuesto,
allí también trabajé
la piedra en un Carmen del Albaicín
e hice las primeras esculturas en Andalucía.
En Granada me aconsejaron la zona de Macael
como único sitio en España
donde se encuentra mármol blanco.
Al principio trabajé
sobre todo mármol blanco Macael.
Como hay muchas empresas de mármol
en la zona que trabajan las piedras del
mundo entero, tenía acceso a todo
tipo de material aprovechando los desechos
de la industria para mis trabajos escultóricos.
Nunca tenía que comprar la materia
prima. En este sentido vivo en el paraíso.
Entrevista
realizada por Lisa Frohn
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