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El pato Malvasía Cabeciblanca

El pato Malvasía Cabeciblanca (Oxyura leucocephala), es una Anátida rechoncha de unos 45 cm. de longitud y con un peso entre 600 y 700 gr. El macho presenta un plumaje pardo grisáceo, en la parte superior, y blanco en la zona del vientre. La cabeza es gruesa y blanca con zonas negras en la parte superior y el cuello es de color negro. La cola es larga y suelen llevarla fuera del agua. El pico, abultado, de color pardo oscuro, cambia de color a un blanco azulado durante el período de reproducción; en este período las zonas negras se intensifican y el plumaje toma visos rojizos.

Foto: Pato Malvasía Cabeciblanca, ©Indalo de Oz

La hembra es más pequeña, completamente parda, dos franjas blancas en la cara y barbilla. El pico es gris oscuro y menos abultado. Son patos pequeños, discretos: su graznido es suave y se produce poco a menudo; suelen habitar aguas dulces o salobres provistas de abundante vegetación. Nidifican en solitario, en un nido hecho con plantas acuáticas, en el que, la hembra, deposita de 5 a 10 huevos y los incuba ella sola durante 25 días, hasta que nacen los patitos grisáceos que saltan al agua nada más nacer. El pato Malvasía Cabeciblanca se alimenta buceando, disciplina que domina a la perfección y que le hace llegar a profundidades de hasta 30 m. Come plantas acuáticas y pequeños animales que encuentra en sus inmersiones. Vive y descansa en el agua y vuela rara vez y a poca altura.

Esta Anátida es una de las más amenazadas del mundo, considerada por la Unión Europea como especie estrictamente protegida y como especie en peligro de extinción en la legislación española. Hoy en día sólo tiene tres núcleos estables, uno es la península Ibérica y otros dos en Argelia y Túnez. Por suerte la población española de estos patos goza de una salud aceptable y, poco a poco, se va recuperando. En Almería, las comunidades más grandes se encuentran en la Albufera de Adra, las Salinas de Cerrillos y la Cañada de las Norias.

Desde hace unos dos años, este escaso, bonito y silencioso pato buceador está manteniendo una colonia estable dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar precisamente en la desembocadura de la Rambla Morales, lugar elegido como idóneo por la empresa MEGAZ para introducir el gasoducto Argelia-Europa. Ni que decir tiene que los amigos de las aves estamos en contra, por lógica, de que un gasoducto discurra por un Parque Natural, pero la defensa de esta colonia de Malvasía Cabeciblanca es una razón añadida para que se imponga la cordura en las cuestiones ambientales, que son de importancia vital para la conservación de la biodiversidad y, a la larga, de nuestra propia vida.

Mariano Torrero