III) LITORAL
El Parque Natural Cabo
de Gata-Níjar tiene una relación
muy íntima entre los tres elementos, mar,
cielo y tierra, unificados principalmente por
un concepto estético: la luz. Los días
brillantes, sus amaneceres y atardeceres coloreados,
así como las noches estrelladas, transparentes,
abiertas al universo, nos empequeñecen
en el espacio y tiempo. El litoral evoca dos conceptos:
movimiento y tiempo. Hay, en sus sierras asomadas
al mar, un intercambio continuo de tierras volcánicas
negras, coladas interrumpidas, líquidos
congelados con sedimentos blancos, arenas amarillas,
aglomerados de moluscos milenarios, dunas mecidas
por los vientos, dunas fósiles detenidas,
tierras rojizas de metales profundos, grises,
todos los ocres y marrones, etc. Todas las posibilidades
están mezcladas, apiladas unas sobre otras,
y expresan un tiempo largo, antiguo y azaroso.
El contraste con el mar calmado, azul y transparente
es único. Un paréntesis - Ágatas
- piedras azules, teñidas por el mar, piedras
amigas del mar, las que tanto intimaron con el
mar que se identificaron físicamente con
él, hasta darle nombre.
IV) LUZ Y VIENTO
La luz del Cabo de Gata
es el elemento estético más sobresaliente
del lugar. La luz es uno de los conceptos estéticos
contemporáneos más valorados. Fue
la pregunta por su naturaleza la que revolucionó
el arte, cuando los pintores impresionistas rompieron
con la Academia y fundaron el arte moderno. La
luz determina el ambiente, el color, el encaje
de las tierras, el cielo y el mar y su danza continua.
Además, aparte de la luz solar, nos fijaremos
en los modestos artilugios inventados por el hombre:
la luz nocturna de los faros y la luz inventada
en las atalayas que jalonan los altos del litoral.
Se podría plantear una acción reivindicativa
ocupando, un día señalado, cada
una de dichas atalayas y, por medio de espejos,
retomar la comunicación entre ellas hasta
formar un punto de encuentro luminoso en el mar,
simbolizando los esfuerzos conjuntos para la defensa
del Parque. Quedaría una buena fotografía.
El viento es otro elemento natural configurador
del Parque. El viento en esta esquina del continente
es una presencia constante, acompaña a
sus habitantes y se expresa en la naturaleza,
en las olas, en las nubes, las dunas, etc. Además
se aprovecha su energía para el hombre
mediante las velas de los barcos, los molinos
de cereal, alas, cometas, veletas, etc; objetos
todos ellos de gran valor estético. Un
Parque eólico utilizando todos estos elementos
sería otra bonita acción estética.
Vidal Hurtado
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