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La
regeneración de la playa de La Fabriquilla
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La urbanización de La
Fabriquilla es un tema que viene de largo. Los propietarios
tramitaron su suelo de 16 hs como urbanizable muy pocos
meses antes de que se declarara el Parque Natural y
en la actualidad disponen de una sentencia del TS que
les declara el suelo urbanizable pero en la que curiosamente
no se aporta documentación alguna sobre el PORN;
es más ni siquiera se cita esta disposición
legal que declara esas hectáreas como suelo protegido
y que es un instrumento prioritario de catalogación
del suelo. En conclusión, a partir de 1994, esos
terrenos dejaron de ser suelo urbanizable por imperativo
legal.
Es inexplicable que la Junta
de Andalucía todavía no haya hecho aparecer
ese argumento legal irrefutable. Por el contrario, hace
meses se presentó el proyecto de plan parcial
para urbanizar esas casi 16 hs. Lo proyectado son 151
casas y un hotel de 40 habitaciones. Las diferentes
asociaciones ecologistas almerienses (EA, GEM y nuestra
Asociación) presentaron alegaciones en el sentido
de que no se puede construir en suelo protegido; que
las corrientes marinas del cabo hacen que esa parte
de la bahía tienda a ensancharse y, por consiguiente,
convierte en inundable una parte de la urbanización
proyectada; se pretende urbanizar una zona extremadamente
sensible y de alto valor ecológico, porque los
límites de la urbanización llegan hasta
la misma frontera oriental de las salinas por donde
tenía su entrada el agua del mar, y que en la
actualidad esta regeneración natural no se produce
porque el asfaltado de la carretera hace de dique artificial
de contención. La respuesta de Obras Públicas
ha sido la de que el proyecto urbanístico no
puede desarrollarse como tal porque invade la zona de
servidumbre; es decir, está muy cerca del mar.
De todo lo demás, ni palabra, es más,
todavía estamos esperando respuesta a las alegaciones
presentadas a Medio Ambiente.
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Foto:
Señaladas en blanco las parcelas que se pretenden
urbanizar al lado de La Fabriquilla, © AP |
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Cuál no fue nuestra
sorpresa cuando hace unos días la prensa
local publica que la Administración está
en trámite de adjudicar el proyecto para
la regeneración de la playa de La Fabriquilla
y que esta regeneración ocupará
una superficie inmensa, hasta alcanzar la población
de San Miguel de Cabo de Gata (imaginamos que
es un error). La noticia continuaba con loas a
la Administración por emprender una actuación
incesantemente solicitada por los habitantes de
La Fabriquilla y anunciada desde 1996.
No parece que sea factible regenerar tal superficie
de costa dentro de un Lugar de Interés
Comunitario (LIC), ya se alegaron los inconvenientes
medioambientales, cuando tal regeneración
se proyectó en los planes especiales del
litoral. En cualquier caso, la Administración
la autorizó en 2003. Esta Asociación,
al igual que las restantes, se opondrá
a tal proyecto. Si fuéramos mal pensados,
diríamos que esa regeneración se
hace indispensable para poder abordar el proyecto
de urbanización. Como sucede en Macenas,
la actuación sobre la playa permitirá
ampliar los metros de distancia que se necesitan
con la línea del mar, pero, además,
en el caso de La Fabriquilla, se evitaría
el peligro de inundación. Evidentemente
hay que pensar también en los intereses
particulares. ¿Qué pasa con los
vecinos de La Fabriquilla que ven inundarse sus
casas? Nosotros entendemos que todos los que fueran
residentes y con propiedad en La Fabriquilla con
anterioridad a 1987 (momento a partir del cual
cualquier construcción posterior ha de
considerarse ilegal) deben ser resarcidos económicamente
por la Administración. Para respetar la
zona de servidumbre la administración debería
expropiar. Hay quien piensa que nadie tiene culpa
de que se hayan construido casas tan cerca del
mar, porque sería un riesgo equivalente
al que cada cual tiene que asumir si se produce
un terremoto. En caso de catástrofe, ninguna
administración está obligada a indemnizar,
salvo que tenga algún tipo de responsabilidad
en el agravamiento de las consecuencias de la
catástrofe.
En cualquier caso, sería
una medida muy poco costosa, sobre todo si se
la compara con los millones de euros que requerirá
la regeneración, porque, además,
¿cuántas casas y habitantes tenía
La Fabriquilla en 1987? ¿dos, cinco? En
estos momentos, La Fabriquilla se ha convertido
en un pequeño núcleo urbano, hasta
con dos alturas, pero casi todo es ilegal. Por
tanto, la demolición, que es lo que procede,
debe correr a cargo del infractor. Esperemos que
las administraciones implicadas hayan actuado
con diligencia en el cumplimiento de la ley y
estemos a punto de ver La Fabriquilla tal y como
era en 1987.
¿O será entonces que la regeneración
no tiene nada que ver con esos testimoniales habitantes
de La Fabriquilla?
Amigos
del Parque
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