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Piscifactoría para engorde de atunes en Vera

La Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía tiene intención de autorizar una piscifactoría de engorde de atún frente a la costa de Vera. Ecologistas en Acción y la Sociedad Española de Cetáceos apoyan las reivindicaciones del sector pesquero de Garrucha, considerando que causaría un alto impacto en la zona.
Es importante el impacto visual sobre el paisaje de la estructura flotante que en una zona eminentemente turística provoca rechazo ante su visión. Esa estructura también reduce la luz en el fondo marino incidiendo en el ecosistema.

El atún es una especie en peligrosa recesión. Durante los últimos años se ha reducido su captura en más de un 80 %, poniendo en peligro la flota pesquera que depende de esta especie.

El alimento no comido por los peces que se pretende engordar, también produce un severo impacto en las zonas aledañas. Para 2.464.800 kg de pescado que consumirían los atunes (entre julio y diciembre) se produciría 1 Tn. de excrementos y 196.200 kg de residuos de pescado. En total se verterían anualmente, frente a la costa de Vera, 1.200.000 Kg de residuos, que además irían impregnados de antibióticos y otros productos farmacéuticos. Estos residuos llegan al fondo del mar aportando cargas importantes de materia en suspensión y nutrientes. Además debemos considerar que cerca del 85 % del fósforo, el 80 % del carbono y el 52 % del nitrógeno introducido en las jaulas pasan al medio marino a través de la comida, excreciones y respiración de los peces.

También hay una reducción significativa de oxígeno en 30 metros alrededor de las jaulas. Los restos de comida y excrementos se depositan sobre el fondo, aumentando el consumo de oxígeno con riesgo de convertirse en anóxico, pudiendo generar gases tóxicos y aumentar la DBO de 2 a 5 veces, reduciendo la biodiversidad del bentos.
El comportamiento biológico puede sufrir alteraciones graves: alteraciones de las redes tróficas, reducción en la biodiversidad de la zona, reducción de praderas por la alteración de factores biológicos (aumento de la turbidez del agua, aumento de los depósitos fangosos, acumulación de materia orgánica, etc.), disminución de especies características de lugares limpios e incremento de especies no deseadas.

Según el Jefe del Servicio de Protección Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente: “la nutrición de los atunes rojos se realiza mediante el aporte de alimento fresco. Este tipo de alimentación produce una gran cantidad de residuos en contraste con la que genera otro tipo de explotaciones que utilizan pienso […], y si es pescado troceado del 20 al 45 % (AZTI)”.

Además de todo lo expuesto, los tratamientos químicos con compuestos farmacéuticos utilizados con los peces generan resistencia a los antibióticos por parte de las bacterias del entorno. Estos tratamientos y los utilizados como antiincrustantes producen toxicidad sobre la fauna marina y organismos incrustantes. Las heces y excretas de los peces tienen impactos similares a los producidos por los restos de alimentos. El Tráfico de los barcos que trabajan en la piscifactoría se suma a todos los anteriores agravando la situación de este espacio.

La captura de especies no comerciales para alimentar a los atunes supone destruir un recurso alimenticio de enorme importancia para delfines y otras especies protegidas, como así lo han demostrado diferentes estudios realizados por la Sociedad Española de Cetáceos, quien además destaca su valor para la preservación de otras especies mayores, que sí son de interés comercial para el sector pesquero.

En consecuencia, este proyecto oculta información acerca de los tratamientos farmacéuticos, del impacto real de los alimentos y carece de estudios sobre corrientes, por lo que se desconoce el alcance de sus afecciones; resultando peligroso para la sostenibilidad del sector pesquero, la calidad del turismo, la economía comarcal y la salud de las personas

Ecologistas en Acción Almería