Origen
Pronto tendremos la suerte de encontrar en el mercado
buenos y frescos calamares. En noviembre es la época
en que los pescadores salen en su busca con barcas y
lámparas. Al parecer, a los calamares les atrae
la luz.
La forma de cocinarlos por estos lares siempre ha sido
en su tinta; antes, consistía en poner el calamar
en una sartén con aceite, un poco de laurel y
unos ajos, pero esta receta ha evolucionado un poco,
ganando en sabor y consistencia. Sigue siendo rápida
de elaborar y nos encontramos con un plato que no suele
faltar en ninguna casa por Navidad.
Preparación
En una sartén, de las que tienen tapadera, se
cubre el fondo con el aceite de oliva, se ponen a freír
los ajos y el laurel, cuando están dorados se
reservan en un plato. En el mismo aceite sofreímos
la cebolla y la zanahoria, añadimos los calamares
limpios y enteros.
La bolsita de tinta la diluimos con el vino blanco y
la guardamos hasta que los calamares estén dorados,
momento en el que también añadimos los
ajos y el laurel que teníamos reservados, cocemos
a fuego lento con la sartén tapada, hasta que
los calamares estén tiernos.
Presentación
Podemos servirlos con una guarnición de patatas
fritas, puré de patatas con manzana, patatas
gratinadas o simplemente con unos aros de cebolla frita
o a la plancha.
Antonia Alcaraz Jiménez
Responsable cocina Posada Rural El Ajillo
elajillo@rodalquilar-cabodegata.com
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