Home
El Eco
Noticias
Juridico
Senderismo
Conocer
Planos y mapas
La Asociacion
Estatutos
Enlaces
Contacto
Casas rurales, hoteles, cortijos,
y otros servicios
en el Parque

Visita nuestros Patrocinadores
  Camisetas de la Asociación
Diferentes tallas, modelos y colores
Descúbrelas
y cómpralas
 
Síguenos en

Sitemap

Aviso legal
Política de cookies
Política de privacidad

Webdesign: espacioazul.net

 
 
 
 

Cartas y opiniones

Desde aquí os animamos a enviar vuestras cartas contándonos anécdotas, comentarios y opiniones sobre todo lo relacionado con el Parque Natural. Podéis hacerlo a través de Internet o por correo postal. Gracias.
Una casita en el campo...

Hola Amigos!

Nosotros, mi marido y yo, vivimos en Madrid y venimos tres o cuatro veces al año al Parque de Cabo de Gata. Nos encanta pasear por el campo. En uno de esos paseos encontramos, ya hace un año, unos movimientos raros en medio del campo.

¡ Vimos como se había vallado un trozo de terreno, de aproximadamente 500 metros cuadrados, y se habían plantado pequeñas matitas de siempreverde alrededor. Nada más. ¡Que raro! Y empezamos a emplear nuestra fantasía: ¿Qué se va a hacer aquí? ¡En la nada! Sin agua ni luz ni carretera. Bueno, sí hay un camino que sube desde El Pozo de los Frailes.

Foto: Entre Los Cortijos Grandes y el Pozo de Los Frailes, © Juanjo y Maricruz
-"Uno se va a construir una casa aquí"- dijo mi marido.
-"¡Pero no puede ser, está prohibido!"- le grité a mi pobre Juanjo, que solamente había expresado verbalmente lo que probablemente un sinvergüenza se atreverá a realizar.

Desde entonces, cada vez que venimos al Parque, subimos al terreno vallado, entre los Cortijos Grandes y el Pozo, para mirar lo que hay de nuevo. La última vez nos llevamos una cámara digital que nos regalaron nuestros hijos en el 25° aniversario de nuestra boda; os mandamos unas fotos de lo que encontramos esta vez en el terrenito: había un depósito de agua del que salen unos tubos con los que regar los siempreverde, al lado hay un agujero cuadrado en el que se ven materiales que podrían servir para construir, y un enorme contenedor verde.

-"Qué te dije"- me gritaba mi marido cuando vimos esto, -"uno se va a hacer una casa aquí, en la nada, con vistas maravillosas."

Juanjo y Maricruz, Madrid

Arreglos electorales

El otro día iba hacia las Amoladeras a disfrutar de una vista maravillosa e increíble, un bosque de pitas que parece no acabar hasta el mar, cuando me detuvieron unas obras en la carretera: “ya están aquí las elecciones y por eso hay tantos camiones”, pensé, y me escandalicé de mi propia suspicacia, así que esperé mi turno para adelantar aquellas máquinas envueltas en vapores de alquitrán intentando alejar mis fantasmas y ser más positiva.

A los pocos días entraba en San José cuando de nuevo las máquinas vaporosas en medio de la lluvia frenaron mi marcha, no pude evitar pensar mal de nuevo: “carreteras arregladas, municipales ganadas”. De nuevo me asusté de mi mala leche y pensé cuánto nos molesta que asfalten en Semana Santa o en Agosto, justo cuando está todo lleno de gente y se forman tremendos atascos, así que de nuevo me observé suspicaz y quise ver que era un buen momento para arreglar las carreteras, sobre todo ese agujero que había a la salida del Pozo y que me había ya costado los dos amortiguadores.

Otro día iba pensando en ese maldito agujero cuando de nuevo la señal triangular de obras me hizo poner las luces de emergencia y ralentizar a tope la marcha para encontrarme con que las flamantes aceras de El Pozo de los Frailes eran horadadas para meter la conducción de algo, luz, agua, alcantarillado… no lo sé, una rima facilona pasó por mi mente “obras a raudales, elecciones municipales”, y dudé entre mi suspicacia o una súbita e inesperada eficacia, de la gestión municipal se entiende.

Pero al día siguiente me contó un amigo de Rodalquilar que por fin iban a solucionar el problema de aguas que allí tienen, que en vez de ser potables son contaminadas. Pensé que ante unas elecciones el pueblo debe estar sereno, y que habían decidido acabar con las emociones fuertes, pero cuando me contó que también iban a hacer un parque infantil, otra rima se posó en mi cabeza “con un parque infantil otros veinte años, o mil…”.

Como mi propio nombre indica suelo ir “de miranda”, y es que el nombre, quieras o no, te condiciona, así que estas coplillas que llegaban a mi mente podían ser efecto de la primavera o de que realmente el Parque en el que vivimos sea, como muchos dicen, sobrenatural.

Para poner los pies en la tierra me apunté al curso de mantenimiento que han puesto para las señoras, señoronas y señoritas el ayuntamiento, esta vez no fui suspicaz, pues todos los años hacen cosas así, pero al ir al curso me di cuenta de que estaban en obras de mejora en el edificio municipal y de nuevo las rimas aparecieron por arte de magia “reforma consistorial, propaganda electoral”, en fin, todavía no me he paseado por Las Negras, Agua Amarga o San Miguel, y es que estoy pensando que si sigo de Miranda lo mismo me convierto en poetisa, y la verdad, no sé, quizás los tambores de guerra están reñidos con la poesía y no sería muy acertado, así que voy a evitar un tiempo los paseos urbanos y me voy a aficionar al senderismo, que para ir de miranda no hacen falta vehículos.

Además no me gusta el dicho popular de “piensa mal y acertarás”, prefiero el de “haz el bien y no mires a quién”, pero mi mente obtusa confundió las palabras y sin querer escribí “vota bien pensando bien a quién”¿Verdad que me irá mejor de “miranda” que de poetisa?

Miranda de Miranda