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Es de noche, los faros
del coche hacen relampaguear dos intensos y brillantes
puntos azules a un lado de la carretera. Al pasar
vislumbro la silueta de un zorro que me da la
espalda y se interna entre el esparto y los palmitos.
El zorro común (Vulpes
vulpes), o la zorra que aquí siempre se
le ha nombrado en femenino, es una de las especies
más pequeñas de la familia de los
cánidos, mide entre 90 y 105 cm. (sin incluir
la cola), pesa unos 7 Kg y se distingue por sus
orejas y pies de color negro, con la punta de
la cola blanca; la capa de pelo es, normalmente,
de un color rojo-herrumbroso o castaño-rojizo
en el dorso y en los flancos, y blanco grisáceo
en la parte ventral. En las zonas del sur los
zorros son más pequeños y tienen
el pelaje algo más claro.
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Gracias a su carácter
cauteloso y a lo agudo de su vista, oído
y olfato, el zorro puede vivir en lugares
habitados por el ser humano sin que éste
advierta su presencia.
Los alrededores de
las granjas o los campos de cultivo abiertos
les ofrecen buena cobertura y abundantes
roedores, en especial ratones de campo.
Siempre que los zorros han sido erradicados
de las áreas rurales, las poblaciones
de roedores han aumentado mucho convitiéndose
en plagas muy difíciles de controlar.
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A pesar del uso de venenos
por parte del hombre, el zorro resiste la presión
humana y se distribuye por toda la Sierra de Cabo
de Gata y zonas rurales adyacentes. Recorre las
lomas y las ramblas incansablemente, utilizando
como madrigueras huras de conejo agrandadas o
restos de galerías y minas derruidas. Sus
correrías nocturnas se hacen evidentes
por la gran cantidad de deyecciones que deposita
en lugares estratégicos (rocas, arbustos,
lindes de caminos, etc.) que delimitan, a nivel
olfativo, sus territorios frente a otros congéneres;
sus huellas quedan marcadas en el cieno arcilloso
de los charcones salinos que visita, buscando
huevos y pollos de limícolas, durante la
época de cría.
Su alimentación
es muy variada y consiste en ratones, topillos,
conejos, huevos de aves, insectos grandes e incluso
los frutos de la higuera y el palmito, tampoco
desprecia los restos de animales, es un auténtico
omnívoro. Cazadores solitarios, ágiles
y veloces, su territorio de rastreo puede llegar
a ser de 8 km2, área que defiende de las
incursiones de otros zorros.
Se aparean a mediados del
invierno y, tras un período de gestación
de 49 a 56 días, la hembra se retira a
una madriguera subterránea y suele parir
una camada de 8 cachorros. Los zorreznos nacen
con los ojos cerrados y son atendidos por padre
y madre durante las primeras cinco semanas. En
otoño, los progenitores obligan al joven
zorro a abandonar el territorio familiar. Se cree
que los zorros comunes se emparejan para toda
la vida; llegan a vivir unos 12 años.
M. Goya
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