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El tabaco también mata en el mar

Diversas investigaciones revelan que las colillas de los cigarros son el mayor contaminador creado por el hombre.

Se estima que, de los 6 billones de cigarrillos que se fuman en todo el mundo cada año, 4,5 billones terminan depositados en la naturaleza y gran parte de ellos van al mar, bien por ser depositados directamente en sus aguas, bien arrastradas a ellas tras ser abandonadas en la arena, pero también como destino final de muchos vertederos. En las colillas, además de restos de papel y tabaco, se acumulan parte de los componentes del tabaco, incluidas las aproximadamente 4000 sustancias químicas, muchas de ellas cancerígenas, que se liberan en contacto con el agua, lo que supone una grave amenaza para la biodiversidad y para la salud humana, pues al final llegan a la cadena alimentaria.

Campaña de concienciación del Ayuntamiento de Níjar © JMJ
Cenicero portátil en la playa de San José © JMJ
 

Pero es que el propio filtro es ya en sí un gran contaminante, aunque esté limpio, ya que la mayoría de ellos están hechos de acetato de celulosa, un material no biodegradable que, por lo tanto, tarda bastante tiempo en descomponerse.

Algunos investigadores sostienen que las colillas pueden servir para hacer supercondensadores, las posibles baterías del futuro, para lo cual tendría que haber una recogida selectiva de las mismas, una cuestión que está muy lejos de la realidad.

En las playas, deshacerse de las colillas no es tan simple como en otros sitios, por lo que muchos ayuntamientos han optado por repartir ceniceros portátiles, que no son más que un cucurucho que puede clavarse en la arena para ir depositando las colillas. De todas formas, si no se dispone de estos recursos, siempre se pueden ir guardando dentro de una lata o cualquier otro recipiente que se tirará posteriormente a una papelera, nunca al wc como hacen muchos, porque entonces al final llegarán al mar a través del alcantarillado.

Pero la realidad es bien diferente y nuestras playas están sembradas de colillas, algunas, incluso, dentro de los cucuruchos, por lo que todos los usuarios, fumadores o no, estamos expuestos a los perjuicios del tabaco.

Una razón más para establecer las playas sin humo.

Juan Manuel Jerez