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El tabaco y el alcohol dañan las arterias |
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Las arterias de los adolescentes que beben alcohol y fuman, incluso de forma muy ocasional, ya comienzan a endurecerse a los 17 años.
Los hallazgos de una investigación del University College London, publicados en el European Heart Journal, viene a concluir además que una combinación de alto consumo de alcohol y tabaquismo está relacionada con un daño arterial aún mayor en comparación con el hecho de beber y fumar por separado. También influye la exposición al tabaquismo de los padres.
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Foto: Botellón en La Molina San José © JMJ |
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Este endurecimiento de las arterias es causa de futuros problemas cardiovasculares muy serios, como la hipertensión arterial, alteraciones del ritmo cardiaco, fallos circulatorios, infartos, embolias y aneurismas, todos con un alto riesgo de muerte. También esta enfermedad puede tener consecuencias distintas en función de la parte del cuerpo donde se dé el bloqueo arterial; por ejemplo, la formación de placas en las arterias de los riñones puede causar insuficiencia renal crónica y en las de las extremidades puede provocar enfermedad arterial periférica.
No obstante, el citado estudio evidencia que, si los adolescentes dejan de fumar y beber durante la adolescencia, sus arterias vuelven a la normalidad, lo que sugiere que hay oportunidades para preservar la salud arterial desde una edad temprana.
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Foto: Botellón en La Molina San José © JMJ |
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Si ya había suficientes razones para condenar el botellón y otros hábitos alcohólicos de los adolescentes, unidos en muchos casos al tabaquismo, este estudio abunda en la necesidad de estrategias de salud para evitar la adopción de estos hábitos en la adolescencia, comenzando por la actitud de los padres de mayor control, pero también de ejemplaridad, ya que muchos niños tienden a imitar a los padres en todas sus actitudes y, por supuesto, por parte de los poderes públicos mediante campañas de información, elaborando y haciendo cumplir normativas, como la prohibición del consumo de alcohol en la vía pública, también permanecer en la misma con un determinado grado de alcoholemia y la proscripción del consumo de tabaco en todos los espacios públicos frecuentados por niños y adolescentes, no solo en áreas o zonas de juego para la infancia, como establece la Ley 42/2010 (artículo 7), sino en otros espacios como playas, senderos, parques, terrazas de bares, etc., lugares idóneos para propiciar en nuestro parque la vida natural.
Juan Manuel Jerez Para saber más:
https://academic.oup.com/eurheartj/advance-article/doi/10.1093/eurheartj/ehy524/5079246
www.samfyc.es/Revista/PDF/v3n2/03.pdf |
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