El Ayuntamiento de Níjar recalificará más de 120 hectáreas de la Serrata de Níjar (Al otro lado de la Serrata respecto del Cautivo) de un solo propietario, Terrenos La Cumbre S.L.; los terrenos en cuestión quedan a mano derecha de la carretera una vez pasamos la Serrata desde Níjar a San José. Actualmente a estos terrenos le son de aplicación la ordenanza de zona de especial protección paisajística SNU-PJ 1.3 y serán recalificados para que se les aplique la ordenanza de terrenos de regadío SNU-RG-3.2.

El proceso sería "legal" según la Consejería. Es decir, transformar el terreno, por cierto relativamente escarpado (extremo de la Serrata), para instalar una enorme finca de invernaderos, e incluso, se podría construir, si el Ayuntamiento lo considera oportuno otro tipo de construcciones que permite la ordenanza o que estén amparados por una declaración de interés social.

Gran parte de los terrenos a recalificar presentan un marcado y predominante carácter forestal, que se evidencia en su flora natural de monte bajo, pronunciada pendiente del terreno, cerros, barrancos, etc. Esto lo convierte en un terreno poco adecuado para la implantación de cultivos agrícolas, por lo que no parece idóneo ni procedente que el Planeamiento municipal clasifique para uso agrícola unos terrenos con claro predominio forestal, ya que existen grandes extensiones de terrenos clasificados para uso agrícola en dicho planeamiento, que aún no están ocupados por explotaciones agrícolas y que sí reúnen las características favorables para uso agrícola.

Consideramos que las condiciones, criterios y motivos que dieron lugar en su día en el vigente planeamiento urbanístico a clasificar los terrenos como SNU-PJ-1.3 se siguen manteniendo actualmente, por lo que deben continuar con esa calificación, ya que de lo contrario supondría una clara contradicción al propio planeamiento vigente, en el que los terrenos colindantes que no sean recalificados, se mantendrán como SNU-PJ-1.3 siendo de iguales características que los que van a ser recalificados.

Con esta recalificación solo se persigue el interés particular del propietario de los terrenos, que pretende incrementar su valor patrimonial con la recalificación de los mismos, permitiéndose ciertos usos hasta ahora prohibidos, lo que abriría las puertas a la especulación, con la posibilidad de parcelación de la finca, construcciones con declaración de interés social, venta de terrenos con mucho mayor valor que el actual... y, en definitiva, un negocio redondo para su propietario.

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