La trama urbana se encuentra dividida en dos núcleos de población diferentes, separados entre sí unos 200 metros, siendo el núcleo situado más al este, de menor superficie y de desarrollo más reciente, ambos están comunicados interiormente por el Camino del Sarmiento y tienen una superficie total de 87753 metros cuadrados.

La población total de Fernán Pérez es de 323 habitantes entre las viviendas diseminadas y las del núcleo de población.

La existencia de esta entidad poblacional se conoce desde el siglo XVIII en que se consolidó un pequeño caserío tras la casi desaparición de las epidemias que asolaron a la población en el siglo anterior, así como el surgimiento de una agricultura próspera y la seguridad que proporcionó a los habitantes de la zona la construcción de la batería de San Ramón en el Playazo de Rodalquilar. Actualmente, la mayoría de sus habitantes están vinculados económicamente a la agricultura, la ganadería y los servicios, aunque estas dos últimas actividades en menor medida. La agricultura tradicional de huertas con cultivos al aire libre todavía puede verse en las inmediaciones de esta localidad, así como los nuevos cultivos en invernadero a unos pocos cientos de metros, pero fuera de los límites del Parque Natural, ya que Fernán Pérez está justo en el límite del espacio natural protegido.

Nos adentramos en el núcleo urbano a través de su calle principal, la Calle Entrada, cuyo nombre viene dado precisamente por ser la que da entrada a la localidad, las viviendas son predominantemente de planta baja y a lo sumo de dos plantas, en su mayoría pintadas de blanco o colores claros, siendo habitual los recercados en las puertas y ventanas, característicos de la arquitectura popular del siglo pasado, que destacan los huecos de las fachadas al estar pintados de tonos ocres o verdosos, así como zócalos a baja altura que contrastan con el color de la fachada. La calle principal discurre de norte a sur con pendiente ascendente hasta llegar a la plaza principal, denominada Plaza Andalucía, recientemente remodelada pero que conserva su identidad ancestral. En esta plaza, que sirve de punto de encuentro de los habitantes, hay un bar y en torno a ella se encuentra el colegio público rural “Campo de Níjar Norte”, junto a este un parque infantil y el consultorio médico, equipamientos que sitúan a la plaza como indiscutible centro neurálgico de Fernán Pérez.

Desde la plaza podemos seguir ascendiendo por la Calle Hornillo hasta el Camino del Sarmiento y posteriormente bajar por la Calle La Tórtola hasta llegar a la Plaza de la Iglesia. En este descenso nos llamará la atención el singular campanario de su ancestral iglesia con tres campanas situadas en la parte posterior de la construcción realizada en una sola nave y con tejado a dos aguas.

Desde aquí podemos seguir visitando las tranquilas calles circundantes, como la Calle Trigo, Calle de la Noria o la Calle Valencianos. Si queremos pasar a la otra parte del núcleo de población, podemos retroceder por la Calle La Tórtola hasta la Calle Jayón, que nos conduce hasta dicho núcleo a través del Camino del Sarmiento. Allí todos los nombres de las calles están relacionados con la viticultura, así nos encontramos la Calle la Viña, La Parra, El Porrón, El Raspojo, Camino del Lagar, Camino del Mosto, etc.

El lavadero y su entorno era un espacio de interacción social, que la modernidad ha hecho desaparecer en muchos casos, pero que afortunadamente aún podemos contar con este de Fernán Pérez como atractivo turístico.

Ortofoto Fernán Pérez © Instituto de Cartografía de Andalucía

La Semana Santa de Fernán Pérez se vive de una forma intensa, cuya tradición les viene dada por la antigüedad de la población. Recientemente, tras más de 30 años, se ha recuperado la vieja tradición de hacer sonar la matraca por las calles y cortijos aledaños al inicio de los actos religiosos, ya que en Semana Santa no pueden sonar las campanas. Este singular instrumento musical de percusión, construido por varios vecinos de Fernán Pérez, consta de un cuerpo o tablero de madera al que se unen unos martilletes móviles que son los que se encargan de golpear el cuerpo de madera con un mango para sujetarlos, que al hacerlos girar provocan el sonido llamado matraqueo.

En los alrededores de Fernán Pérez existen varios cortijos que albergan todos los elementos típicos de los antiguos complejos agrosilvopastoriles, tales como eras, corrales, aljibes, norias, etc. destacando por su especial emplazamiento el Cortijo El Cerrillo, cuyo conjunto se erige sobre un pequeño cerro que domina las tierras de cultivo de los alrededores.
Al oeste de la población destaca sobre una elevación del terreno un molino de viento (molino de Manuel Gil) recientemente restaurado junto a un aljibe, elementos etnográficos que se han convertido merecidamente en iconos del Parque Natural por su singularidad y valor etnológico, que dotan al paisaje de una belleza inimitable.

Pero si tenemos que hablar de un elemento especialmente singular del entorno de Fernán Pérez, ese no es otro que su acueducto, obra hidráulica de gran envergadura situada al noroeste del núcleo de población, construido a principios del siglo pasado y cuya finalidad era salvar la hondonada del Barranco de la Cueva y conducir el agua procedente de una mina del Cortijo Expósito ubicado en la Sierra de Cabo de Gata hasta los campos de cultivo.

A las puertas del Parque Natural de Cabo de Gata Níjar, Fernán Pérez permanece fiel a sus tradicionales ancestrales legadas durante siglos, donde el visitante podrá contemplar diversos elementos etnográficos de especial singularidad y disfrutar paseando por sus tranquilas y apacibles calles.

Francisco Gálvez