Pero esa tarde mágica contó con la coordinación del escritor y poeta, enamorado de la obra de Federico García Lorca, Juan José Ceba. Con la versión de la Nana del caballo grande de Bodas de Sangre, interpretada por la cantautora Sensi Falán, acompañada al contrabajo por Rafi Molina y el baile de María del Mar Sánchez Molina, junto a la plasticidad que ofrecía el espectacular trote de un caballo perteneciente a la Yeguada Carreño.

Esta iniciativa se llenó de esplendor gracias a la colaboración desinteresada de sus protagonistas y de los voluntarios que, vestidos de negro, acudieron con linternas para iluminar las instalaciones que llevan 30 años ciegas, ante el deterioro de este ejemplo etnográfico de cómo se vivía en el campo de Níjar, y que, además, sirvió de inspiración para dos grandes escritores, una almeriense, Carmen de Burgos, la primera mujer periodista de España, con su novela Puñal de claveles; y un poeta y dramaturgo universal, el granadino Federico García Lorca, en su célebre drama Bodas de sangre, con el trasfondo de un suceso real. La plataforma asegura que esta es la primera de una serie de acciones, englobadas en un programa reivindicativo, con motivo del 25 aniversario del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

El trabajo quedará reflejado en un documental en blanco y negro, que será difundido a través de las redes sociales. A la órdenes del cineasta, los voluntarios abrazaron de forma simbólica la edificación, declarada Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía.

Quizás, esta nueva iniciativa anime a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a sancionar de forma clara y contundente a los propietarios del cortijo, que llegaron hasta esta tierra con el único objetivo de lucrarse mediante la explotación agraria a cielo abierto de los terrenos que rodean el edificio del siglo XVIII, olvidándose del valor cultural que presidía estas tierras. No basta con anunciar continuamente que se ha abierto un expediente sancionador a la empresa Agrícola La Misión, que ha obviado la restauración del BIC. Tampoco sirve que el Ayuntamiento de Níjar anuncie continuas negociaciones con los dueños del cortijo. Lo que realmente quieren los ciudadanos es que un bien reconocido por la comunidad internacional no termine convertido en una ruina irrecuperable.

Desde la Consejería de Cultura se anunció que las primeras actuaciones suponen una inversión inicial de 37.000 euros y, si decide calificar como falta leve este abandono manifiesto, la multa podría alcanzar los cien mil euros. Una cifra interesante que podría ayudar a evitar que el cortijo se desplome.

La Junta de Andalucía acordó en febrero del año pasado la inclusión de este edificio en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Sitio Histórico, por sus valores etnológicos, históricos, literarios-artísticos, paisajísticos y sociales. Esperemos que esta declaración no se quede en papel mojado.

Amigos del Parque

> ver vídeo de la acción reinvidicativa