Unas breves líneas de presentación para un gran poeta, Rafael Espejo (Palma del Río, 1975). Como carta de presentación nos regala este poema inédito, adelanto de su próximo libro inspirado por la magia de este paraje natural. Los poetas acuden siempre a nuestra ayuda y este poema narrativo nos sitúa en el centro de la experiencia amorosa de encuentro y reencuentro auspiciados por la telúrica atmósfera que rodea nuestro parque natural. La herencia de J. A. Valente encuentra en Rafael al poeta andaluz que mejor sintoniza con la poética del silencio, la del principio.

CABO DE GATA
Vagábamos en coche dos parejas.
El cielo era amarillo, luz terrosa
lentificando aquel atardecer.
Yo miraba
los picos achatados del desierto,
recordaba a mi madre
masticando turrón.

¿Habéis tenido alguna vez
la sensación de nube,
de no estar donde estáis,
de ser un pensamiento?

No sé quién dijo aquello,
ni si lo dijo alguien.
Yo estaba en el paisaje suspendido,
ocupado tal vez en proporciones:
cómo mecía el aire
polvo con vapor,
cómo a lo lejos, entre la calina,
oscilaban figuras…

Idealizamos lo que el ojo ve:
tierra quemante,
piedras abruptas para pies descalzos,
vegetación con pinchos
que, en conjunto, invitaban
a pertenecer.

Teníamos veintiocho.

Cuando tocamos costa
caminamos en paz por orillas desiertas.

De vuelta, en una plaza,
me recreé lamiendo helado de turrón.

Rafael Espejo (Inédito)