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Promar - invierno 2006

Varamientos que se han producido en Almería en 2006

56 varamientos llevábamos hasta esta fecha el pasado año 2005, 13 de noviembre, poca diferencia respecto al año 2006 en el que van por 53. Este año llevamos 10 tortugas, 3 más que el pasado año. En general casi todos los datos son parecidos en especies y números a los del pasado año.

Una de las buenas noticias ha sido que durante este año se han liberado al mar, tras recuperarse en las instalaciones de PROMAR en Almería, 4 tortugas marinas (Caretta caretta). Una de las tortugas ha estado en recuperación desde el 26 de julio de 2002 hasta el 22 de julio de 2006, cuatro años en recuperación, y con una aleta menos (amputada por redes) y tras estar totalmente recuperada, poderse manejar perfectamente y haber crecido mucho (ver fotos), ha sido liberada en la costa de Almería, una acción exitosa que ha sido fruto de la colaboración de muchas personas implicadas en los Equipos de Trabajo de PROMAR, la SEC (Sociedad Española de Cetáceos) y Mundomar.

Varamientos 2006

Indicar el varamiento masivo de Zifios de cuvier (4 ejemplares el pasado 26 de enero), debido a la actividad del sónar de una embarcación militar, siendo confirmada la causa por el Departamento de Anatomía Patológica Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias “varamientos masivos atípicos de zifios” asociados espacial y temporalmente a maniobras militares navales durante las cuales se utilizaron sonares activos antisubmarinos de media frecuencia.

Ecologistas en Acción realizó una petición al Comité de Peticiones del Parlamento Europeo, éste ha respondido a la solicitud de la forma siguiente:

“la comisión de Peticiones ha examinado su petición y que, de conformidad con lo establecido en el Reglamento Europeo, ha decidido admitirla a trámite, debido a que las cuestiones que se plantean en ella inciden en el ámbito de actividades de la Unión Europea.

La Comisión de Peticiones ha hincado el examen de su petición y ha decidido a tal efecto solicitar a la Comisión Europea que inicie una investigación preliminar sobre los diferentes aspectos del problema. La comisión de Peticiones proseguirá el examen de su petición tan pronto como disponga de la información necesaria. “

Al menos es un comienzo en el sentido de proteger las zonas en las que estos animales habitan en las costas de Almería y que se dirimen las responsabilidades oportunas del desastre que ocurrió.

Promar

Fotos:
Tortuga liberada tras cuatro años
de recuperación
26 de julio de 2002, © Promar
22 de julio de 2006, © Promar

Si quieres mantenerte informado de nuestras actividades lo puedes hacer a través de nuestro boletín electrónico, sólo tienes que solicitarlo por correo electrónico.

Colabora con nosotros. Cuando veas un cetáceo o tortuga marina varados en la playa o nadando con problemas llama a los teléfonos de PROMAR-Almería 649.56.57.12 o al gratuito de Emergencias 112.

También puedes contactarnos: promar.almeria@nodo50.org

Las medusas se multiplican de forma alarmante

La proliferación de las medusas en nuestras aguas está pasando de ser un “ligero” contratiempo, que nos impide disfrutar de los baños en el mar algunos días de verano, a ser un fenómeno continuo que ya está afectando a industrias básicas del Mediterráneo como son el turismo y la pesca.

Las medusas viven de forma natural a unas millas de la costa, que es donde hay una producción biológica mayor, y su época de reproducción es en Abril y Septiembre.
El que lleguen en verano a nuestras costas es debido a que es la época en la que los vientos de dirección mar-tierra son más frecuentes, lo que las arrastra hasta la playa, al ser animales sésiles sin capacidad de movimiento no pueden regresar a su hábitat.
Lo que sí parece confirmarse es que hay un crecimiento exponencial de estos animales en nuestras aguas. Síntoma de una serie de factores de los que parece que el ser humano es el principal responsable.

Ruptura de la cadena trófica.- El primero de ellos es la ruptura de la cadena trófica. Estamos exterminando a los principales predadores de las medusas: el atún y la tortuga marina, que ingieren miles de estos animales.

La población de atún rojo ha disminuido en un 80% y a pesar de que la tortuga marina es una especie protegida se pescan de forma accidental sólo en la costa mediterránea más de 25.000 al año. Esto ha provocado que la medusa se quede sin depredadores y pueda reproducirse a sus anchas.

Estos animales ponen hasta dos millones de huevos que a su vez se alimentan de zooplancton, huevos y larvas de peces de interés comercial.

Foto: Pelagia noctiluca, © Indalo de Oz
Foto: Cotylorhiza tuberculata, © Indalo de Oz

Esto provoca una disminución progresiva del estock de peces, lo que incide de forma directa en el sector pesquero. De hecho hay caladeros al Norte del Océano Pacífico que están cerrados debido a este fenómeno y en aguas de Namibia y Sudáfrica el número de medusas triplica ya al de peces.

Aporte de nutrientes.- El segundo factor que favorece este crecimiento anómalo es el aporte de nutrientes procedente de vertidos urbanos y la agricultura.

Las costas del Mediterráneo son presa de un alto nivel de urbanización, (llegando a tener un 85% de la misma carácter de riesgo según la Agencia Europea del Medio Ambiente), esto está generando un vertido continuo de aguas residuales al mar, que unido a los nitratos procedentes de la agricultura son un caldo de cultivo perfecto para el plancton del que se alimentan las medusas. El Mediterráneo se ha convertido en una rica y nutritiva sopa para las medusas.

Aumento de la temperatura.- Si a todo esto le añadimos calor el proceso biológico se acelera. Debido al cambio climático la temperatura del agua ha subido 0.6 grados desde el siglo XIX, lo que hace que estos animales encuentren cada vez más zonas aptas para reproducirse. El calentamiento del agua permite que nuevas especies de medusas puedan cruzar el Atlántico desde zonas subtropicales hasta el mar Mediterráneo donde se instalan y reproducen.

Disminución del caudal de los ríos.- La disminución del caudal de los ríos por la falta de lluvias y la construcción de presas, ha hecho que disminuya la cantidad de agua dulce que llega al mar. El agua dulce formaba un cinturón costero de aguas menos salinas que impedía a las medusas acercarse a la orilla ya que por ósmosis al introducirse este animal en aguas de menos salinidad se produciría su vaciado para equilibrar la concentración de sales del interior de la medusa y la del mar. Al desaparecer esta protección natural de la costa las medusas llegan sin ningún tipo de obstáculo a la playa.

El Mediterráneo es un mar cerrado donde todos los factores que hemos comentado hasta ahora se potencian, por lo que puede llegar a convertirse en un espacio de aguas viscosas y urticantes. La mejor forma de resolver este fenómeno sería recuperar el equilibrio del ecosistema, pasando por una disminución de la emisión de gases de efecto invernadero, una inversión de la tendencia a vivir en la costa, depuración total de las aguas residuales, desarrollar una agricultura de menor impacto ambiental y la puesta en marcha de programas pesqueros con una moratoria en las capturas de atún y otras especies, así como la erradicación de artes de pesca no selectivas.

Supongo que coincidiremos al pensar que esto es, vamos a decir “poco probable” por lo que habrá que estudiar otras soluciones más rápidas y menos eficaces que nos permitan seguir con nuestro tren de vida. Las respuestas que se nos suelen ocurrir son de tipo inmediato como por ejemplo pensar en pescarlas para consumo, o inventar un “antibiótico” que haga que desaparezcan. Pero cualquier solución que pase por su eliminación provocará otro desequilibrio de la cadena trófica, lo que se traduciría en otro fenómeno que podría ser aún más nocivo que este.

Por tanto hay que empezar a pensar en soluciones reales que para que sean efectivas tienen que tener carácter global. Los problemas medio ambientales han trascendido lo local por lo que no nos podemos limitar a la protección de ciertas zonas sino que ésta protección debe consistir en ciertas normas básicas que cubra la totalidad de los mares y océanos del planeta para que pueda ser realmente eficaz. Pero de todas formas no estaría de más que cada ciudadano y ciudadana comenzará a aportar su granito de arena para cambiar el actual modelo de desarrollo hacia otro más saludable.

Promar

Ficha animal Nē14: Tortuga laúd


Nombre científico. :
Dermochelys coriacea

Orden : Testudines

Familia : Dermochelyidae

Foto: Tortuga laúd, © Promar

Hábitat:
Especie pelágica, realiza largas travesías que cruzan los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. Solo las hembras pisan tierra y únicamente para desovar. La más cosmopolita de las tortugas marinas, pudiendo encontrarse en latitudes subpolares como las costas de Alaska y de Suráfrica, debido a que es capaz de regular su temperatura corporal. Puede llegar a los 1200m de profundidad.

Distribución:
Distribuida por los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Las playas de puesta están en ambientes tropicales, entre los 40ēN y los 35ēS. En el Atlántico anida en las costas de Surinam, Guayana francesa y Gabón, y en el Pacífico lo hace en el litoral de Méjico y Costa Rica y en el sureste asiático y Melanesia.

Morfología:
Longitud entre los 2 y 2’5 m. Peso en torno a 500 kg, hasta 800 kg. Caparazón áspero con textura y aspecto de cuero, formado por tejido conjuntivo con células grasas, lo recorren 9 quillas longitudinales. Rematado por un espolón supracaudal. Cabeza, maciza y no retráctil, destaca su pico robusto, que utiliza para atrapar y trocear sus presas. El par de aletas delanteras están muy desarrolladas a modo de remo, para la natación pelágica y para excavar profundos hoyos donde enterrar los huevos. Las aletas traseras son mucho mas cortas y actúan de timón.
Los machos se distinguen de las hembras por su cola, 15 cm mas larga que el espolón supracaudal, además de por tener el plastrón cóncavo. No presentan uñas ni escamas.
Comportamiento: Su especial sistema circulatorio le permite que su temperatura corporal sea superior a la del agua cuando ésta está muy fría. A pesar de su gran tamaño, basa su dieta en presas de escaso contenido proteínico, como estrellas de mar, tunicados y, sobre todo, medusas de los géneros Rhizostoma y Cyanea, lo que la convierte en un controlador de estos invertebrados.

Reproducción:
Las hembras vuelven cada 2 años a la misma playa que las vio nacer, siempre de noche. A media playa, por encima de las mareas altas, para evitar que el oleaje destruya la puesta, las hembras excavan 4 y 5 nidos de casi un metro en la arena, y en cada uno realizan una puesta de entre 60 y 120 huevos. Tras 60 días de incubación en los nidos a mayor temperatura (que darán mayor proporción de hembras) y 84 días en los nidos más fríos (más machos), las tortuguitas rompen la membrana y la cáscara del huevo con el diente de eclosión de su pico. Su longevidad supera los 30 años.

Amenazas:
- Asfixia al ingerir plásticos que confunden con medusas.
- Recolección masiva de huevos.
- Persecución directa para obtener aceite y como fuente de alimento.
- Capturas accidentales en los anzuelos de las flotas industriales de palangre.
- Otra amenaza a tener cada vez más en cuenta es el posible desequilibrio entre sexos como consecuencia del aumento de TĒ asociado al cambio climático.

Estado de las poblaciones:
En declive en buena parte de su área de cría, aunque sobre todo en el Pacífico. Según datos de Peter Pritchan en 1982 se estimaban unas 115.000 hembras adultas, el 60% de ellas en Méjico. Sin embargo, a mediados de los noventa tan sólo se contaba con entre 20 y 30.000, lo que supone una reducción de casi el 80% en poco más de 10 años. La única población esperanzadora en el Pacífico es la de Indonesia, aunque se ha reducido de 13000 a menos de 3000 entre 1984 y 1999. Algunos expertos estiman en poco más de 2000 las hembras reproductoras que quedan en el Pacífico, lo que convertiría a la población de estas aguas en la más amenazada de entre las tortugas marinas de cualquier especie.
Por el contrario, en la población del Atlántico, tras décadas de protección en las costas africanas, el número de nidos se ha multiplicado, al igual que en las costas del Caribe.

Categoría de amenaza :
“En Peligro Crítico” en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Incluida en el Apéndice I del Convenio Internacional Cites, regula el comercio de flora y fauna silvestres.

Pablo Gil Goñi
Licenciado en Biología