Algunos vecinos de Carboneras, unos obligados, otros engañados y todos recalentados por su alcalde y el resto de la corporación municipal, se han echado a la playa, con el ánimo encrespado, a defender con violencia el macrohotel ilegal del Algarrobico, ante el acoso de lo que ellos llaman grupos de ecologistas radicales forasteros y que les son presentados como hordas malignas que quieren perjudicar sus intereses económicos.

En la playa estaban el alcalde con su familia, por razones obvias; muchos empleados municipales, que le deben fidelidad ciega para conservar el trabajo; directivos y miembros del PSOE de Carboneras, la mayoría puestos por él; los empresarios que están mezclados en el turbio asunto de la “Loma de La Cañada” y “Torre del Rayo”, por intereses también obvios; miembros de la asociación ADUTECA, cuyo fin es anular la ampliación del Parque, y que inexplicablemente se dedica a hacer seguidismo del alcalde, que es el que fomentó la ampliación que ellos quieren anular. También estaban algunos representantes del PP y del GIAL que, llevados por un equivocado sentimiento de solidaridad con su pueblo, hicieron el papelón de secundar las peregrinas aventuras de su odiado alcalde.

En su delirante discurso anti todo lo que sean críticas a la mala gestión del ayuntamiento de Carboneras, los eternos dirigentes de este sufrido pueblo, tratan de convencer a su gente de que los ecologistas se manifiestan porque cobran dinero de un maligno contubernio, en el que se mezclan ENDESA, Mojácar, Greenpeace, Cristina Narbona, el PP, la CIA y todo lo que haga falta; según su teoría, este imaginario grupo de presión le tiene manía a Carboneras, y quiere que sus habitantes no trabajen y que no se desarrollen. Por favor, hay que pensar un poquito más y no dar crédito a semejantes capulladas. Para que el personal se entere, los grupos que se quejan del hotel del Algarrobico, lo hacen solamente porque es de todo punto ilegal, y se quejan igualmente de todas las barrabasadas que se hacen en Almería. Nadie quiere quitarle el pan de la boca a los parados de Carboneras, que por otra parte no son los que se contramanifestaron sin permiso, agrediendo a la gente que pacíficamente expresaba su opinión en el Algarrobico.

Los enemigos de los propietarios de terrenos en el Parque son la Consejería de Medio Ambiente y su alcalde, que les metieron en el Parque sin consultarles ni informarles; y no los ecologistas y demás grupos sociales, que lo único que hacen es presionar para intentar que las administraciones hagan bien su trabajo.

Por otra parte, si los vecinos de Carboneras, que se contramanifestaron en el Algarrobico, quieren que les dejen en paz y que no se hable mal de su pueblo, lo peor que pueden hacer es defender ilegalidades y a los que las fomentan, sobre todo fotografiándose en los medios de comunicación increpando a gente pacífica, como energúmenos exaltados.

Está claro que ésta no es una buena publicidad para atraer turismo, ya que se deja entrever que en Carboneras se acepta con gusto el dinero de los que vienen de fuera pero nada más. Paga y calla. Compra una casa a precio de oro pero no te quejes de ninguna de las burradas que veas a tu alrededor. No te quejes si el ayuntamiento no cuida las calles, si no hay aparcamiento, si el Parque Natural que te habían estado vendiendo como la última maravilla de la naturaleza empieza a poblarse de rascacielos, etc, etc, etc…

Los sucesos del Algarrobico contra la ruta de Banderas Negras forman parte de las últimas boqueadas de un alcalde que se autodestruye y lo peor es que está arrastrando a parte de su pueblo en su alocada caída.

Nos gustaría pedir un poco de cordura y un poco de sentido común a la buena gente de Carboneras, que sepan que los ecologistas y los grupos conservacionistas del patrimonio no son sus enemigos, sino sus colaboradores, y que sepan que hay vida después de Cristóbal y que Carboneras seguirá siendo Carboneras cuando él se haya marchado y todos le hayamos olvidado, y que esa vida será, seguramente, mejor y con un ambiente más libre y menos crispado.

Ciudadanos libres de Carboneras

El pasado mes, una campaña promovida desde la Asociación Desalysol consiguió lograr su objetivo. Las asociaciones ecologistas, los vecinos y una campaña de denuncia a través de Internet y la prensa evitaron lo que, a ojos de Desalysol, hubiese sido una Aberración en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

Hace unos meses, el dispositivo de separación de trafico marítimo se amplió a más de 30 millas, por este motivo el radar de salvamento marítimo, situado actualmente en el faro. se quedó corto. La opción lógica para Gestión de Trafico Marítimo sería colocar un radar en Vela Blanca (230 metros de altura), pero al parecer las negociaciones con Telefónica no dieron fruto.

Es entonces cuando a alguna 'lumbrera' de la administración se le ocurre la genial idea de construir una torre de 50 metros de altura y 4 x 4 metros de base en el Faro de Cabo de Gata. Una mole metálica que, como comprenderéis, queda estupenda en pleno Parque Natural. Trinidad Cabeo, Presidenta de la Autoridad Portuaria, da su visto bueno (¿habrá estado esta mujer alguna vez en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar? ¿O sencillamente tomó esta decisión sin saber ni lo que hacía?). Ahora falta la autorización de Medio Ambiente.
En Desalysol esperábamos que Medio Ambiente ni tan siquiera considerase dicha idea. Colocar esa monstruosidad en el corazón del Parque, ya no es que sea estéticamente un horror, es que habría que hacer un estudio de siglos para saber el impacto medioambiental, desde la influencia en las personas de dicho radar, hasta la influencia que podría tener en las migraciones de aves, etc, etc. Sería de bastante poca vergüenza que Medio Ambiente pusiese el grito en el cielo cada vez que un vecino de la zona coloca un mojoncito para delimitar su terreno, y sin embargo diese el visto bueno a una torre metálica de 50 metros de altura.